Álvaro Uribe y su respuesta a quienes quieren cerrar iglesias en Colombia

El expresidente se sumó a la polémica que generó la propuesta del congresista del Partido Liberal Juan Carlos Losada de transformar la capilla del Congreso en un espacio neutro de culto

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El expresidente se sumó a la polémica que generó la propuesta del congresista del Partido Liberal Juan Carlos Losada de transformar la capilla del Congreso en un espacio neutro de culto. Foto: Archivo
El expresidente se sumó a la polémica que generó la propuesta del congresista del Partido Liberal Juan Carlos Losada de transformar la capilla del Congreso en un espacio neutro de culto. Foto: Archivo

El pasado miércoles 14 de septiembre, el representante a la Cámara por Bogotá Juan Carlos Losada propuso la transformación de la capilla María Auxiliadora, ubicada en el Capitolio Nacional, en un espacio “neutro de culto” en el que “todos los credos pudieran ser profesados”.

La proposición del parlamentario del Partido Liberal, que recibió el respaldo de los congresistas Alirio Uribe, del Pacto Histórico, y Luis Alberto Albán, del Partido Comunes, generó una oleada de rechazo por parte de sectores católicos que se opusieron a esta iniciativa que buscaba hacer respetar la libertad de culto y laicidad del Estado contempladas en la Constitución.

“Atendiendo a lo previsto en la Jurisprudencia de la Corte Constitucional que ha señalado ‘que la autorización para destinar recursos públicos con miras al estímulo de un rito religioso vulnera los artículos 1 y 19 de la Constitución en lo concerniente a la laicidad del Estado y el deber de neutralidad religiosa’”, señaló el congresista en la proposición.

Algunos ciudadanos y congresistas católicos promovieron una tendencia en redes sociales bajo el numeral de “La capilla se queda” en la que manifestaron su inconformidad frente a la propuesta del legislador, quien apelaba a la transformación del recinto como una forma de cumplir a la Constitución, en particular de los artículos que contemplan la neutralidad religiosa y la libertad de culto.

A estas declaraciones se sumó el expresidente Álvaro Uribe, quien aseguró que en Colombia el hecho de cerrar los templos no estimulaba la libertad de culto, tal como señalaba el congresista Losada, sino que era un acto de “ofensa a la religión” que se profesaba en el espacio que se pretendía cerra; sin embargo, la iniciativa del parlamentario no contemplaba el cierre sino la “transformación”.

“La libertad de cultos exige respeto a todos, que haya tantos templos como quieran las comunidades, pero a nadie hay que quitarle o limitarle su templo, que solamente crea tensiones que pueden tener cualquier desarrollo de agresividad y violencia”, indicó el expresidente, quien lidera el partido de oposición, Centro Democrático.

Las declaraciones del exprimer mandatario coincide con el pronunciamiento del parlamentario de esta colectividad, Christian Garcés, quien señaló que quería “eliminar la capilla católica en el Congreso”, y aseguró que se trataba de un “ataque a una fe en particular; un Estado laico no promueve una religión especial, sino que garantiza libertad de cultos. Si quieren un espacio para sus creencias, que lo soliciten al Congreso. La capilla se queda”.

La reacción no se esperó al debate de la propuesta dejada como constancia para una posterior votación, sino que se trasladó a las redes sociales, donde los profesantes de la fe católica apoyaron el numeral LaCapillaSeQueda para rechazar la posibilidad de retirar los símbolos católicos del espacio en el Congreso.

La propuesta de Losada se presenta un mes después que el aeropuerto El Dorado anunciara a través de sus redes sociales que el espacio del oratorio católico sería modificado y tendría adecuaciones con el objetivo de llegar a ser un lugar para la reflexión natural de cualquier tipo de culto.

Así mismo, otra modificación de los recintos del Capitolio ha generado debate. El presidente del Senado, Roy Barreras, había propuesto modificar el fresco de uno de los salones por la ausencia de mujeres y la pintura de personas negras encadenadas. Sin embargo, Gustavo Bolívar, de su misma bancada, se opuso por considerar que tenía derechos de autor y patrimonio.

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