“¿Te diste cuenta que me iba a matar?”: detalles de la trágica noche que vivió Ángela Ferro, agredida con un hacha por su pareja

La mujer se encuentra en cuidados intensivos de la Fundación Cardioinfantil en Colombia después de sufrir siete hachazos en el cráneo.

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Ángela Ferro junto a Miguel Parra y la colección de hachas de Parra.  Fotos: Oscar Salazar/Facebook.
Ángela Ferro junto a Miguel Parra y la colección de hachas de Parra. Fotos: Oscar Salazar/Facebook.

Ángela del Pilar Ferro Gaitán está viva de milagro después de que su pareja sentimental, identificado como Miguel Camilo Parra Niño, la agredió con siete hachazos en el cráneo, en la madrugada del pasado sábado 17 de octubre.

Los hechos se conocieron luego de que Óscar Salazar, amigo de la víctima, publicó en su cuenta de facebook fotos que incriminaban a Miguel Parra como el presunto agresor de Ángela Ferro. Infobae conoció en exclusiva detalles de la noche del trágico suceso.

“Son siete heridas, de esas siete, dos son muy contundentes, una le rompió el cráneo, casi le da en una vena que está en la mitad de todo el cerebro. El médico le dijo a Ángela que era un milagro total que ella estuviera viva y consciente”, le dijo a infobae Oscar Salazar, denunciante del caso.

Salazar explica que su amiga le dijo que desde hace algunas semanas quería irse de su casa porque su pareja, Miguel Parra, estaba tomando una actitud violenta y había intentado agredirla a ella y a su hijo, menor de edad, que no es hijo de Miguel Parra Niño.

“-Después del incidente- ella como que iba y venía pero de alguna manera pude hablar con ella. Lo primero que me dijo cuando me vio fue: ‘¿te diste cuenta que me iba a matar?, yo ya te lo había dicho’”, cuenta Salazar.

Óscar Salazar / Facebook
Óscar Salazar / Facebook

Cómo comenzó todo

Según Salazar, se conoce de toda la vida con Ángela Ferro. Cuenta para Infobae que la víctima llevaba aproximadamente ocho meses saliendo con Miguel Parra, y seis viviendo junto a él y su hijo en un apartamento en arriendo al norte de Bogotá.

Salazar cuenta que hace unas semanas Ángela se había ido a quedar en la casa de él porque ya no aguantaba los constantes hechos de violencia que Parra Niño propinaba contra ella y su hijo.

“Ángela me dice: ‘gordo, de verdad me está pasando que Miguel ya no está respetando a mi hijo, ya no quiero nada’. Yo le dije que buscáramos un apartamento. Ángela quería que ellos mantuvieran una relación acorde, pero el tipo no lo permitía por sus celos obsesivos, le decía constantemente: ‘usted me quiere o no me quiere’”, dice el amigo de la víctima.

Óscar recuerda que unos días antes del suceso su amiga le contó que Miguel Parra llegó a la casa donde vivían ambos y agredió verbalmente al niño y físicamente a Ángela porque los encontró durmiendo en la cama de él.

“(...) El tipo llegó a las 5:30 a.m. y le dice: 'Oiga, usted ya me cambió por ese niño, sáquelo de mi cama, él por qué está en mi posición, por qué está en mi lugar, él por qué está acá. Empezó a empujarla para sacarla de la cama y entonces ella le dijo que se iba con el hijo”, recuerda Salazar.

Los anteriores hechos alertaron que algo no iba bien en esa relación y debían poner en conocimiento a las autoridades. Sin embargo, jamás creyeron que el presunto victimario agrediera de tal forma a la mujer que decía amar.

Quién es Miguel Parra, el presunto victimario

Oscar Salazar dice que Miguel Camilo Parra Niño se presentó a Ángela como un hombre cristiano, que no tomaba, no fumaba y era administrador de una tienda de artículos para mascotas. Sin embargo, Según Salazar, nada de eso era cierto. Además, Salazar cuenta que el presunto agresor de su amigo era homofóbico, violento y tenía una absurda obsesión con las hachas y con la estética lumbersexual. Tenía seis de diferentes tamaños guardadas en su casa.

Fotos suministradas por Óscar Salazar
Fotos suministradas por Óscar Salazar
“Esas hachas las usaba para fotos, yo creo que se obsesionó con la serie de ‘Vikingos’, Miguel se creía un vikingo, él no es del color en el que sale en las fotos, él es más moreno, pero las blanqueaba. (...) De ocho meses que llevan ellos, yo me dejé de hablar con él desde hace como cuatro o cinco meses porque una vez le dije: ‘bajale, Ángela no está cometiendo ningún error porque ella está con sus amigos y nosotros al ser gays pues no hay problema’. No nos bajaba de maricas hijueputas y nos decía que algún día nos iba a hacer algo”, denuncia Salazar.

Además, Oscar dice que Miguel Parra le tenía prohibido a Ángela hablar con él y su pareja porque eran gays. “Era supremamente homofóbico, nos tenía una bronca terrible, él es cristiano y pertenece a una iglesia que para mí es una secta completamente”.

El tema de la iglesia también habría incidido drásticamente en la relación de Ángela y Miguel. Según cuenta Salazar, los pastores de la iglesia a la que Miguel Parra asistía se inmiscuían en la relación de ellos y vivían constantemente aconsejándolos sobre cómo llevar una relación de pareja.

Óscar Salazar / Facebook
Óscar Salazar / Facebook

“Tengo audios cuando la mujer del pastor le decía a Ángela: 'entiendo la situación, pero tú tienes que darte una oportunidad con Miguel. Le estaban lavando el cerebro y Miguel depende mucho de las personas de esa iglesia. Ella me decía que estaba mamada de que la estuvieran llamando y la tuvieran hasta las 11 de la noche hablándole de terapias de pareja. Había una palabra que él le decía muchísimo y muy clara y era: ‘usted me tiene que dar la honra porque yo soy su hombre’”, relata el amigo de Ángela Ferro.

Después del suceso que Oscar Salazar narra, en el que Miguel Parra celó a Ángela con su propio hijo, la mujer tomó la decisión de abandonar su casa e irse a otro lado: este fue el detonante de la agresión de este sábado en la madrugada.

“Ángela me dice: ‘Oscar yo tengo miedo, yo siento que algo me va a pasar’, y yo le decía Ángela no me digas eso, cómo así que te va a pasar algo, vente para mi casa, quédate aquí y los dos buscamos un apartamento”, recuerda Salazar.

Además, dice que la semana antes del suceso que la mandó al hospital, Ángela se fue a vivir con Oscar, pero decidió ir a la casa donde vivía con su pareja para recoger unas cosas. Sin embargo, durante esa semana no volvió y le dijo a su amigo:

“No gordo, todo está bien”. Yo siento que ella ya venía sintiendo todo esto pero se quedaba callada por temor a que nosotros accionamos contra Miguel", recuerda Salazar.

La escabrosa noche

En la madrugada del pasado sábado, Oscar Salazar recibió dos llamadas del celular de su amiga Ángela, cuando contestó recibió una noticia que le cayó como un baldado de agua fría.

“Como a las 2:45 de la mañana yo recibo una llamada y entre dormido la colgué, vuelven y me llaman a las 2:50 de la mañana y nuevamente colgué, pero a las 3:03 de la mañana yo contesto y vi que decía Ángela, contesté, era la voz de un hombre, era la voz del hijo de Ángela que me contesta atacado llorando y me dice: ‘Oscar por favor sálvame, salva a mi mamá, Miguel le pegó un hachazo en la cabeza a mi mamá’”, recuerda entre lágrimas el amigo de la víctima.

Oscar cuenta que despertó a su pareja, se alistaron y se dirigieron rápidamente a la casa de Ángela y Miguel. Dice que llegó a las 3:45 de la mañana y al estar en el lugar de los hechos encontró algo que no le pareció convencional.

“Cuando ingreso a la casa de Ángela, ingreso con mi pareja y en ese momento está entrando el papá de Ángela y la compañera sentimental del papá de Ángela, ingresamos y lo primero que encontramos es a la mamá y a la hermana de Miguel sentadas en una silla de la casa con dos o tres policías. Ahí vi la escena, las fotos que yo subí son de cuando vi toda esa casa llena de sangre, no me cabía en la cabeza”, cuenta para Infobae el amigo de la víctima, que hoy clama justicia por Ángela.

Ángela Ferro y su pareja / Óscar Salazar Facebook
Ángela Ferro y su pareja / Óscar Salazar Facebook

Oscar dice que le pareció muy raro que sino es porque el niño lo llama y lo alerta de la situación, la mamá no llama a ninguna autoridad. Basado en estos argumentos, Óscar dice que la mamá de Miguel Parra podría estarlo encubriendo.

“El niño nos contaba que Miguel le decía a Ángela que era lo peor, que era una hijueputa, que como lo iba a dejar, que si era por puta. (...) De lo último que se acuerda Ángela es que le dijo a Miguel que se iba de la casa porque la distancia les iba a permitir estar mejor y de ahí no se acuerda de nada más”, dice Oscar.

Ángela no se acordó de nada más porque se presume que en ese momento el presunto victimario le propinó siete hachazos que por poco le cuestan la vida. Los relatos del hijo de la víctima, testigo presencial, son un material clave en la investigación que se adelante en este momento por parte de la Fiscalía.

Óscar Salazar / Facebook
Óscar Salazar / Facebook

“El tipo encierra al niño en un cuarto y por eso las fotos de las puertas rotas, porque el niño intenta romper la puerta para salir. Miguel le dice: ‘subete’, el niño se sube y Miguel lo deja encerrado. Cuando el niño intenta salir, Miguel ya había cometido la agresión de los hachazos, según lo que me cuenta el niño, él lo amenaza y le levanta el hacha y le dice: 'Súbete (sic), y usted no vaya a decir que fui yo o ya sabe lo que le pasa”, relata Oscar quien recuerda lo que le dijo el hijo de su amiga el día de los hechos.

Óscar Salazar / Facebook
Óscar Salazar / Facebook

Los hechos del pasado sábado en la madrugada son ahora materia de investigación. Se presume que el presunto victimario fue quien llamó a la línea 123, otras hipótesis dicen que fue el hijo de la víctima quien alertó a las autoridades del suceso. Infobae trató en repetidas ocasiones comunicarse con Miguel Parra pero no atendió a los teléfonos de contacto.

Lo que queda claro es que el caso de Ángela Ferro es otro intento de feminicidio que en lo que va del año, un delito que ha aumentado drásticamente durante la pandemia. En Bogotá la situación es alarmante, en el periodo de la cuarentena el único delito que no disminuyó fue el feminicidio, que tuvo un aumento del 8,6 por ciento en comparación con el 2019. Según el Observatorio de Feminicidios Colombia, en lo que va del año se han registrado 445 casos.

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