El jefe del Ejército se muestra dispuesto a trabajar con Trump para lograr un acuerdo de paz con las RSF

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El Gobierno de Sudán ha asegurado este martes que el jefe del Ejército, Abdelfatá al Burhan, está dispuesto a trabajar con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para sacar adelante un acuerdo que ponga fin a la guerra en el país africano, desatada en abril de 2023 y que enfrenta a las Fuerzas Armadas con las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF).

El Ministerio de Exteriores sudanés ha publicado un comunicado tras la visita a Al Burhan a Riad para reunirse con el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salmán, para discutir asuntos bilaterales y los "esfuerzos" del país asiático "para lograr la paz y la estabilidad en Sudán".

Así, ha manifestado que el también presidente del Consejo Soberano de Transición de Sudán ha expresado su "agradecimiento total a la determinación de Trump a la hora de implicarse en los esfuerzos para lograr la paz y poner fin a la guerra en el país con la participación de Arabia Saudí".

"Al Burhan ha afirmado la disposición de Sudán para trabajar con Trump, su secretario de Estado (Marco Rubio), y su enviado para la paz en Sudán (Massad Boulos) para lograr este noble objetivo", ha zanjado en su comunicado, publicado a través de su cuenta en la red social X.

Al Burhan rechazó en noviembre el plan presentado por Boulos, contra el que cargó duramente, y se negó a aceptar el llamamiento del Cuarteto --integrado por Estados Unidos, Arabia Saudí, Egipto y Emiratos Árabes Unidos (EAU)-- para un alto el fuego, criticando además el papel mediador de Abú Dabi debido a su apoyo a las RSF en el marco del conflicto.

En respuesta a la citada propuesta, las RSF anunciaron su respaldo a la misma y declararon un alto el fuego unilateral, si bien desde entonces han lanzado varias ofensivas en Kordofán argumentando que responden a ataques del Ejército, que por ahora sigue sin aceptar el plan e insiste en que los paramilitares entreguen las armas y se retiren de las zonas que ocupan de cara a iniciar un proceso de paz.

En este contexto, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, ha expresado este mismo martes su "alarma" por la "intensificación de las hostilidades entre las Fuerzas Armadas sudanesas, las RSF y el Movimiento de Liberación del Pueblo de Sudán-Norte (SPLM-N) --aliado de los paramilitares-- en la región de Kordofán".

"Pido a todas las partes en conflicto y a los Estados con influencia que garanticen un alto el fuego inmediato y que eviten la comisión de atrocidades", ha manifestado, al tiempo que ha lamentado que "al menos 104 civiles han muerto en numerosos ataques con drones en Kordofán desde el 4 de diciembre", incluidos cerca de 90 en un ataque de las RSF contra un hospital y una guardería en Kalogi.

Asimismo, ha condenado "firmemente" la muerte de seis 'casco azules' de la ONU en ataques con drones contra su base en Kadugli y ha recordado que "los ataques contra el personal de pacificación puede equivaler a un crimen de guerra". Por último, ha denunciado que otro ataque de las RSF contra un hospital en Dilling dejó varios muertos y heridos, incluido personal médico, "con protección específica" bajo el Derecho Internacional Humanitario.

La guerra civil de Sudán estalló a causa de las fuertes discrepancias en torno al proceso de integración del grupo paramilitar RSF en el seno del Ejército, situación que provocó el descarrilamiento de la transición abierta tras el derrocamiento en 2019 del régimen de Omar Hasán al Bashir, ya dañado tras la asonada que derribó en 2021 al entonces primer ministro, Abdalá Hamdok.

El conflicto, marcado por la intervención de varios países en apoyo a las partes en guerra, ha sumido al país en una de las mayores crisis humanitarias a nivel mundial, con millones de desplazados y refugiados y ante la alarma internacional por la propagación de enfermedades y los daños sufridos por infraestructuras críticas, que impiden atender a cientos de miles de damnificados.