Germán Reyes
Tegucigalpa, 14 dic (EFE).- El entusiasmo con el que más de tres millones de hondureños acudieron a las urnas el pasado 30 de noviembre contrasta, dos semanas después, con un creciente descontento por la ausencia de resultados oficiales, en un lento y ajustado escrutinio bajo acusaciones de irregularidades y fallas en el sistema.
El ambiente en el país se mantiene en una relativa tranquilidad, pese a la insistencia en la víspera del gobernante partido Libertad y Refundación (Libre, izquierda) a convocar a sus bases a la calle para apoyar los candidatos oficialistas que exigen una anulación de las elecciones.
La población continúa con sus actividades cotidianas; estudiantes de colegios y universidades celebran las graduaciones de fin de año, mientras los líderes políticos aguardan el avance del conteo especial de 2.773 actas con inconsistencias, iniciado el sábado como segunda fase del proceso electoral.
La falta de resultados también ha provocado una oleada de frustración en redes sociales, donde proliferan mensajes de descontento contra el oficialismo, los principales candidatos presidenciales y los organismos electorales.
Según la Ley Electoral, el Consejo Nacional Electoral (CNE) tiene hasta el 30 de diciembre para revelar los resultados definitivos que darán a conocer el futuro gobierno, el cual Libre ya ha avisado que no "legitimará".
Las dudas sobre la transparencia del proceso no son nuevas en el país. Desde el retorno al orden constitucional en 1980, Honduras ha enfrentado repetidas denuncias de fraude entre oficialistas y opositores, lo que alimenta el actual clima de escepticismo.
En la Plaza Central de Tegucigalpa, Dixon Norales, vendedor ambulante de dulces desde hace cinco años, resume el sentir de muchos ciudadanos: "Estamos inconformes porque todavía no han dado el resultado. Queremos saber quién ganó para pasar una Navidad tranquila, sin pensar que van a quemar llantas".
La consejera presidenta del CNE, Ana Paola Hall, atribuye los retrasos a "problemas técnicos" en el sistema de cómputo, el cual ha presentado fallas desde el mismo día de la elección y está bajo la responsabilidad de una empresa colombiana.
Norales, quien afirma no tener "color político" y apuesta por el "beneficio de Honduras", también expresó su rechazo al "comunismo" que, según él, proponía Rixi Moncada, candidata de Libre, situada en tercer lugar con 618.448 votos (19,29 %) con el 99,40 % de las actas escrutadas.
Desde que cerraron las urnas, no han faltado acusaciones cruzadas. El candidato del Partido Liberal, Salvador Nasralla, denunció "fraude"; mientras que Moncada, de Libre, habla de "un golpe electoral en marcha", respaldada por el expresidente Manuel Zelaya, coordinador general del partido, y su esposa, la presidenta, Xiomara Castro, de quien también es su principal asesor.
Los resultados preliminares los lidera el nacionalista Nasry "Tito" Asfura -quien se mantiene en silencio y es respaldado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump- con 1.298.835 votos (40,52 %).
Le sigue el también conservador Nasralla, con 1.256.428 sufragios (39,20 %), en una contienda marcada por una diferencia mínima entre ambos candidatos.
La tensión creció a mitad de semana tras pequeñas movilizaciones de simpatizantes de Libre quemando neumáticos en al menos tres ciudades importantes, una de ellas en Tegucigalpa frente al estatal Instituto Nacional de Formación Profesional (INFOP), centro logístico donde el CNE almacena material electoral.
Ante esa situación la Unión Europea (UE), la Organización de Estados Americanos (OEA) e instituciones de la sociedad civil han hecho llamados a la calma y al respeto del voto ciudadano.
El estrecho margen entre Asfura y Nasralla ha alimentado el desencanto de muchos hondureños. Evangelina Mejía, ama de casa, critica la falta de celeridad del CNE: "Votamos como corresponde y no se nos ha dado el resultado en el tiempo adecuado. La plataforma que usaron no es la adecuada".
Añadió, en declaraciones a EFE, que el próximo Gobierno, que asumirá el 27 de enero, debe buscar "otras opciones" tecnológicas para futuras elecciones.
Juan Godoy, bolero (lustrador de calzado) desde hace cinco décadas en Tegucigalpa, afirmó a EFE que el problema "se sabía que iba a suceder" debido a los desacuerdos entre los consejeros del CNE.
"En otros lugares, con millones de votos, en un día saben quién va adelante; aquí no, y por eso hay un descontento general", acotó.
Para Estephanie Michelle Soto, profesional de las finanzas, lo ocurrido empaña lo que considera un proceso electoral que "estuvo demasiado bueno".
"Parece que hubo fraude y no respetan la decisión del pueblo", lamentó. Aun así, pidió que se revisen "todas las actas" y que, si es necesario, el conteo sea "voto por voto, aunque tarde hasta el 30 de diciembre". EFE
(foto)(video)
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