Preocupación e indiferencia en las calles de Irán ante la crisis con Israel

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Jaime Léon y Aydin Shayegan

Teherán, 17 abr (EFE).- En las calles de Teherán nadie diría que el país intercambia golpes con Israel. La vida prosigue con aparente normalidad, con grandes atascos y cafés llenos, en una mezcla de indiferencia y cierta preocupación por que la crisis vaya a más.

En la ruidosa avenida Nelson Mandela del norte de Teherán se escuchan los gritos de los niños de un colegio cercano y la gente anda deprisa por las calles, aparentemente ocupados y ajenos a la posible represalia israelí al ataque iraní del sábado.

El ataque del fin de semana con cientos de misiles y drones fue una represalia al bombardeo del consulado iraní del 1 de abril, del que Teherán responsabilizó a Tel Aviv, y en el que murieron siete miembros de la Guardia Revolucionaria.

Israel ha indicado que responderá a su vez a la ofensiva iraní, aunque no causó grandes daños.

Esa consecución de ataques es lo que preocupa a Mohammad Reza, traductor de inglés-persa de 36 años y padre de un hijo de tres años. Y es que si se rasca bajo esa aparente indiferencia generalizada aparecen inquietudes ante la situación.

“Yo pienso que Israel va a responder y que después Irán querrá vengarse de nuevo, y si eso ocurre, pues ya estaríamos en una guerra total”, dice a EFE el traductor.

“No me siento bien psicológicamente”, asegura Reza, a quien le agobia la difícil situación económica del país, con una inflación del 40 % y un rial en continua depreciación, que cree que empeorará si hay un conflicto.

Otras personas entrevistadas por EFE consideran que Irán hizo bien en responder al bombardeo del consulado, incluso las que se declaran en contra de la República Islámica dirigida por el líder supremo de Irán, Ali Jameneí.

“Creo que el ataque de Irán fue razonable, ya que si no hubiera respondido al bombardeo del consulado, Israel actuaría con mayor atrevimiento contra el país”, dice a Efe Mahin, un mujer de 28 años que realiza un Máster en Literatura Persa.

La joven se declara no partidaria de la República Islámica y de hecho no lleva velo, un tema candente en el país en estos momentos, pero aún así cree que hizo bien.

Le preocupa sin embargo que la cosa vaya a más. “Si Israel ataca ahora directamente a Irán ahora habrá una guerra”, considera y cree que ello pondría en peligro la “existencia de la República Islámica”.

Esa preocupación a una respuesta israelí parece estar también en la mente de las autoridades iraníes, que en los últimos días han multiplicado las advertencias.

“Si el régimen sionista comete la más mínima agresión en nuestra tierra, recibirá una respuesta feroz y severa”, advirtió este mismo miércoles el presidente de Irán, Ebrahim Raisí, en un discurso.

El ataque fue celebrado en varios puntos de Teherán y en otros puntos del país, donde hubo hasta fuegos artificiales.

El martes, en la céntrica plaza Palestina de la capital, se vivieron de nuevo festividades, con los asistentes ondeando banderas de Irán y la Guardia Revolucionaria, en una celebración organizada por el Gobierno.

Unas celebraciones con las que no concuerda Ali, zapatero de 52 años.

“La guerra es lo peor que puede pasar a un país. Es muy fácil apretar el botón, pero es demasiado complicado lidiar con las consecuencias”, dice Ali.

En el extremo completamente opuesto se encuentra Sara, estudiante de medicina de medicina.

“Yo no sigo las noticias sobre el tema y ni me interesa. Sigo viviendo mi vida normal sin prestar atención a lo que se dice en los medios o en las noticias”, asegura.

Y Marjan, empleada de 34 años de un tienda de  electrodomésticos, se muestra más preocupada por la nueva campaña policial para reimponer el velo, que ya se ha saldado con arrestos de mujeres con el cabello descubierto.

“Saben que casi todas las mujeres que no se ponen el velo están en contra del sistema”, dijo a EFE esta mujer que asegura que resistirá hasta donde pueda para no ponérselo.