Recibidores de granos hacen huelga en Argentina, pero impacto en puertos es reducido

Compartir
Compartir articulo

BUENOS AIRES, 21 feb (Reuters) -El sindicato argentino de recibidores de granos realizaba el lunes una huelga de 24 horas por un reclamo salarial que está afectando la provisión de granos pero no los embarques, porque la medida de fuerza tenía lugar lejos de los puertos.

Al involucrar centros de acopio no portuarios, la protesta del gremio Urgara -que nuclea a técnicos que analizan los granos guardados en acopios y cargados en barcos- redujo el nivel de camiones que llevaron granos a terminales fluviales y marinas de Argentina, uno de los mayores exportadores mundiales de alimentos.

El gremio afirmó en un comunicado que la medida tenía un "alto acatamiento", y confirmó que el martes habrá una reunión con empresarios y el Gobierno para dialogar sobre los reclamos. Se enfatizó que la huelga era solo por el lunes.

Las firmas agroexportadoras con plantas en los puertos del país cuentan con reservas de granos para operar días sin la llegada de nueva mercadería.

"En los puertos está todo tranquilo, no hay ningún impacto de la medida", dijo a Reuters Guillermo Wade, gerente de la Cámara de Actividades Portuarias y Marítimas (CAPyM).

Según la empresa de logística de cargas Agroentregas, el lunes llegaron 1.669 camiones a los distintos puertos de granos del país, desde los 2.201 registrados el viernes.

"Hay un fuerte acatamiento (de la huelga) en las zonas neurálgicas de acopios de granos. Vamos a seguir con la medida si no tenemos respuesta", dijo Juan Carlos Peralta, secretario de prensa de Urgara.

Las medidas de Urgara a veces causan disrupciones en el comercio internacional de Argentina, el principal exportador mundial de aceite y harina de soja, y de maíz.

En esta ocasión, la protesta tiene lugar en un momento de bajas exportaciones agrícolas, ya que la cosecha de trigo terminó en enero y aún faltan meses para el comienzo de las de la soja y el maíz.

(Reporte de Maximilian Heath;Reporte adicional de Jorge Otaola;Editado por Nicolás Misculin)