Tras el golpe de Estado, Malí se interroga sobre su futuro

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Dos semanas después del golpe de Estado que llevó a los militares al poder, Malí busca un futuro en un momento crucial en que "el campo de lo posible es amplio porque los desafíos son grandes".

Los mismos interrogantes tiene cada habitante de Bamako: cómo sacar al país de una espiral perniciosa, qué lugar tendrán los militares y religiosos en el Malí del futuro, cómo renovar una clase política anquilosada y corrupta y cómo no repetir los errores del pasado.

El Malí de 2020 es un país marcado por los desafíos: años de guerra, sucesión de ataques yihadistas pese a la intervención de las fuerzas internacionales y extranjeras, violencia intercomunitaria, pobreza, descomposición de los servicios de salud, educación y del Estado en general.

La corrupción y el clientelismo son endémicos. Muchos son los que piensan, como el instituto de reflexión de Estudios sobre Seguridad (ISS), que el golpe de Estado puede ser la oportunidad de una "renovación democrática".

Los coroneles han prometido devolver el poder a los civiles tras una transición en la que las autoridades provisionales prepararían elecciones en un plazo "razonable".

La elección abriría la vía a un gobierno y un parlamento dotados de una nueva legitimidad, especialmente ahora que descrédito de las instituciones es uno de los principales causantes de la crisis.

Cada cual tiene sus propuestas y apoya a su líder. Los aspirantes a asumir responsabilidades en el futuro se posicionan. La confusión es grande.

"Demasiados interrogantes en mi cabeza, la historia se repite. ¿Soy bobo? En realidad, me preocupa un pueblo analfabeto", dice el rapero Mylmo, figura de la escena capitalina, en su título publicado tras el golpe de Estado del 18 de agosto.

- "Criba" -

Bréma Ely Dicko, sociólogo de la Universidad de Bamako, aboga por "no precipitarse". "Hay que cribar", sugiere.

"El nuevo Malí no se construirá en unas semanas. Pero a partir de ahora hay que colocar las bases", dice antes de agregar que el "campo de lo posible es amplio porque los desafíos son grandes".

Mientras se espera el surgimiento de este "nuevo Malí" del que también hablan los militares, los diplomáticos y los responsables políticos están concentrados en la transición, su duración y quién debe dirigirla, la mayor urgencia del momento.

La junta inicialmente propuso tres años de transición bajo la dirección de un militar antes de reducirlo a dos, bajo la égida militar o civil. De momento, ha investido a su número uno como jefe de Estado.

En cambio, los vecinos de Malí, piden que la transición no se prolongue más de un año,  preocupados por la estabilidad de un país central en el conflicto en el Sahel que lleva ya cuatro golpes de Estado en sesenta años de independencia.

Durante las discusiones con la junta, varios diplomáticos occidentales rechazaron la idea de que un militar en activo sea jefe de la transición, pero aceptarían un "militar retirado o que haya regresado a la vida civil", según testimonios recabados por la AFP.

-#MaTransition en internet -

"No es tan importante quién debe dirigirla ni la duración. Lo primero es que los malienses retiren su hábito de hombre político y acepten el hábito de ciudadano para participar en el impulso nacional", pide el sociólogo Dicko.

La etiqueta #MaTransition se ha convertido en viral en las redes sociales y cada internauta hace sus propuestas. Para algunos, escribir una nueva Constitución es fundamental, para otros, la educación y la seguridad deben ser prioritarios.

Son necesarias "reformas profundas", en particular en los ámbitos electoral y administrativo, recordó en un comunicado la plataforma de las organizaciones de la sociedad civil.

La cuestión de la "articulación de poderes" entre el presidente, el primer ministro y el parlamento es crucial, dice Abdourhamane Ben Mamata Touré, abogado y exdirector de la formación en la Escuela Nacional de Administración (ENA) francesa. Una de las principales críticas contra el presidente depuesto Ibrahim Boubacar Keita era precisamente que ejercía en solitario el poder.

La gobernanza futura, incluso colegiada, debe "responder a las expectativas de los malienses", agrega, y la hoja de ruta debe proceder de una "verdadera apropiación nacional", dice por su parte el ISS, en una nota publicada recientemente, "en vez de que sea impuesta por socios de fuera".

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