Expertos denuncian la estrategia de detección del coronavirus en EEUU

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Problemas técnicos en el desarrollo de pruebas para detectar el coronavirus y la limitación de los test a una pequeña parte de la población han contribuido a la propagación del COVID-19 en Estados Unidos, denunciaron varios expertos sanitarios.

Se han detectado más de 800 casos positivos y se han registrado al menos 28 muertes en el país, según las cifras divulgadas el martes por la Universidad Johns Hopkins.

En un estudio publicado el lunes en el Journal of the American Medical Association, los epidemiólogos de las universidades Johns Hopkins y Stanford recuerdan que la única prueba utilizada al comienzo de la epidemia fue la desarrollada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC).

La prueba utilizaba la misma tecnología que una prueba desarrollada en Alemania y distribuida en todo el mundo tras recibir la aprobación de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Pero a causa de un problema con los reactivos, los primeros kits distribuidos por los CDC dieron algunas veces resultados no concluyentes, ni positivos ni negativos.

Las primeras pruebas también se limitaron a las personas que habían viajado a zonas de riesgo y a aquellas que habían entrado en contacto con personas infectadas.

La FDA, la agencia de medicamentos de Estados Unidos, también había prohibido a los laboratorios públicos estatales desarrollar y distribuir sus propias pruebas basadas en la prueba de la OMS.

La prohibición no se levantó hasta el 29 de febrero, después del anuncio de la primera muerte por coronavirus en Estados Unidos y más de un mes después de la confirmación del primer caso.

Los CDC anunciaron el lunes que 78 laboratorios públicos podrían analizar las pruebas. Se espera que más de cuatro millones de kits estén disponibles para el final de la semana.

Criterios más amplios para la detección, así como pruebas más diversas, "podrían haber ayudado a identificar casos tempranos en Estados Unidos y contener el virus", dijo Michelle Mello, de la Universidad de Stanford, coautora del estudio.

Los problemas en el desarrollo de pruebas "siempre son un riesgo", dijo en su blog de la universidad, reprochando a los CDC "poner todos sus huevos en una canasta".

Los autores del estudio también advirtieron sobre la reacción desproporcionada del público ahora que la epidemia se ha propagado.

Se refieren a pacientes preocupados por una tos o fiebre que ingresan a los centros de salud sobrecargando las instalaciones "que deberían enfocarse en los pacientes con mayor riesgo y aquellos que ya están infectados".

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