Tal como suele suceder en la previa de cada clásico, la locura sin límites se adueña de Rosario. Y claro que esta vez no fue la excepción. Pese a que desde la organización se intenta tomar recaudos y ya se dispuso de un megaoperativo policial para el partido del domingo (desde las 14:00 en el Coloso Marcelo Bielsa) con mil efectivos afectados, el temor está latente.
¿El motivo? El banderazo que hicieron este jueves los hinchas de Newell's con el intimidatorio mensaje de 'MATAR O MORIR' para sus jugadores encendió las alarmas. Y como consecuencia de esto desde el Ministerio de Seguridad de la Nación tomaron nota de lo sucedido y enviaron notificaciones tanto a la Asociación del Fútbol Argentino como a la Gobernación de Santa Fe para pedir que se tomen medidas urgentes. La misma pasaba por lograr que el compromiso se juegue directamente a puertas cerradas.
Sin embargo, esta posibilidad sólo duro un 'puñado' de minutos. ¿Por qué? Sencillo: por miedo a que el remedio sea peor que la enfermedad, se confirmó que se jugará con el público local, tal cual estaba estipulado desde un principio.
Pero mientras se espera por la decisión final, la violencia continúa apoderándose de la escena. Es que hubo un ataque a una sede de Rosario Central, la ubicada en Juan B. Justo al 900, la cual amaneció con el frente quemado (habrían prendido fuego una cubierta) y vidrios rotos. A raíz de esto, se dispuso de custodia policial tanto en el lugar del hecho como en las otras sedes canallas y también leprosas, para evitar represalias.
iUn caos.../i