Luego de más de 4.000 casos de microcefalia –la condición congénita asociada al desarrollo incompleto del cerebro– en Brasil, alrededor de 2.100 en Colombia y muchos en aumento en el resto de América Latina, el brote del virus del zika acaba de ser declarado emergencia de salud pública por la OMS.
Expertos en salud pública coinciden en que la anticoncepción y el a href="https://www.infobae.com/" rel="noopener noreferrer" aborto/a son dos de las mejores herramientas para luchar contra las consecuencias de la epidemia de zika. Sin embargo, la mayoría de las naciones latinoamericanas prefieren guiarse por el credo cristiano, en lugar de preocuparse por la salud de sus habitantes, penalizando el aborto y decidiendo sobre el destino de miles de mujeres.
Un artículo del portal Huffington Post advierte que "es hora de que los gobiernos de América Latina comiencen a tratar el tema, actualmente inevitable, del aborto como un problema de salud pública" y dejen de lado el enfoque religioso conservador. Remarcó que es el momento perfecto para que los activistas de los derechos reproductivos intensifiquen y organicen las demandas contra la respuesta insuficiente de sus gobiernos frente a una crisis que afectará a los infectados por el resto de sus vidas.
La mayoría de los países de África, América Latina, Medio Oriente y Asia meridional tiene leyes de aborto graves. Desde 2 a 6 años de prisión en Filipinas, a una pena de 30 años en El Salvador. Teniendo en cuenta estos sistemas pobres de salud en los países y la falta de acceso al aborto seguro, incluso las mujeres con embarazos amenazantes deben arriesgar su vida, ya sea por llevar a término el embarazo o por la elección de un aborto inseguro.
El Salvador, Nicaragua, Chile y la República Dominicana prohíben el aborto sin excepciones o consideraciones para las víctimas de violaciones o anomalías fetales. Y mientras que la mejor respuesta a esta emergencia de salud seguramente se encuentra en una vacuna contra el zika, esa respuesta simplemente no está disponible ahora. Sin embargo, gobiernos como el de El Salvador tienden a hacer que suene como si la solución está en camino al decirles a las mujeres que no se embaracen hasta 2018.
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