Tras su fuga del penal El Altiplano en julio de 2015, el capo narco Joaquín "El Chapo" Guzmán optó por ocultarse en zonas que dominaba, ahí donde tenía halcones y sicarios que lo cuidaban de los operativos de las Fuerzas Armadas de México.
Enclavado en la Sierra Madre Occidental, el denominado Triángulo Dorado fue su guarida, con esa cadena montañosa que sirvió de protección y dificultó al grupo de élite de la Secretaría de Marina de México irrumpir con facilidad, ya que el sonido de los helicópteros lo alertaba y le daba ventaja al jefe del Cártel de Sinaloa.
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