En lo que fue su primer día de pontificado, Francisco visitó ayer Santa María la Mayor. Allí reside el cardenal retirado Bernard Law, de 82 años, quien está acusado de haber encubierto a unos 250 curas pederastas entre 1984 y 2002, cuando fue arzobispo de la diócesis de Boston, Estados Unidos.
"El cardenal Law estaba presente en Santa María la Mayor como arcipreste emérito (cargo en el que lo nombró Juan Pablo II) y vio al Papa, después saludó a Francisco y continuó su camino", reconoció más tarde el vocero del Vaticano, Federico Lombardi.
De acuerdo al diario italiano Il Fatto Quotidiano, el primer papa americano no dudó en comentarles a las personas que lo acompañaban: "No quiero que (el cardenal) frecuente esta Basílica". Como interpretó el diario El Mundo de España, se trata de "una actitud completamente nueva a la hora de afrontar la pederastia".
Incluso, según el periódico italiano, estaría decidido a enviarlo a un convento de clausura para que cumpla con el retiro espiritual que anunció que haría cuando renunció al arzobispado de Boston, en lo que fue uno de los mayores escándalos de la historia de la Iglesia. Según la organización de víctima de curas pederastas SNAP, Law no habría hecho absolutamente nada para frenar unos 5 mil abusos sexuales.