Nicolás Cabré: "Cada día pienso en colgar todo, no me muero si no actúo"

En una charla íntima con Teleshow, en varios pasajes hasta casi introspectiva, el actor del musical "Sugar" habla de los sinsabores de su carrera, de su timidez incurable y de su hija Rufina: "Ella es lo único que me interesa", dice. Además, por qué no opina sobre política

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"El interés de la gente es la excusa que usan los periodistas para decir: 'Si no te pregunto esto, me matan'. Me cuesta entender que les resulta más provechoso escribir cosas malas…". Lo dice un Nicolás Cabré reflexivo, que en los últimos años aceptó el vínculo con la prensa sin convertirse en esclavo del juego mediático: "Trato de modificar las cosas que no me gustan. He cometido muchos errores y no es que digo: 'Siempre tuve la razón'.-reconoce-. Me he equivocado, y hay cosas que no me gustan y no me van a gustar nunca en la vida, pero trato de modificar algunas cosas".

Días atrás, el actor mención en una entrevista radial la buena reacción de Rufina, la hija que tuvo con Eugenia La China Suárez, frente a la llegada de su hermana Magnolia, fruto de la relación de su ex pareja con Benjamín Vicuña. Y aquellas palabras fueron replicadas de inmediato por todos los medios: "Me sigue impresionando porque debo haber dicho cosas mejores que esa. Y te metés en un tema del cual no quiero participar. Pero es el método. También me habían preguntado si 'La China' sería una gran madre si tuviese otro hijo: 'Es una gran madre con éste, con el que viene, con el que…'. 'Ya está, se deschavó' (fue la reacción)".

—¿Creés que estaríamos todos más contentos si la criticás a 'La China'?

—Claramente, era lo que esperaban. Nadie esperó nunca jamás en la vida que "La China"… De hecho ella decía al principio que yo era buen padre y se resistían. Decían: "No, dice eso porque hay un tema de plata". Tardaron mucho tiempo en aceptar que no se me criticaba como padre, estaban esperando el padre abandónico. Se les hacía agua la boca cuando nos separamos. Pero como son cosas buenas, mucho no pueden hablar.

—Estás enamoradísimo de tu hija.

—Es lo único que me importa. Los enojos me duran tres segundos, pero tenés que estar atento no sólo con eso. El otro día, medio encubierto, con la excusa de algo lindo, me preguntaron: "¿Cómo te preparás para el día de mañana con los cambios de las mujeres, la crianza de Rufi con los derechos…?". Ya me querían hacer opinar sobre otro tema. Tenés que estar muy atento. No soy un opinólogo, no me interesa estar en polémicas, ya no quiero. No les sirvo, decididamente; pero prefiero no servir.

Tardaron mucho tiempo en aceptar que no se me criticaba como padre, estaban esperando el padre abandónico

—Cumpliste 38 años, y empezaste a los diez.

—Sí, trabajé más de la mitad de mi vida. Miro para atrás y estoy orgulloso.

—¿Y qué pasa si Rufina, a los diez años, te dice que quiere actuar?

—Es muy contradictorio porque estoy muy agradecido de que mis viejos me hayan acompañado y me hayan bancado. Es muy importante y les agradezco. Y tuve la suerte de estar rodeado de gente maravillosa como mi representante. Tuve la suerte de poder sobrevivir, para decirlo de alguna manera, a una profesión que a veces es muy brusca. Muchos chicos se encuentran con respuestas o con situaciones que no son de las mejores para determinadas edades. Si Rufi quiere ser actriz y tiene ganas de estudiar teatro, va a estudiar. Hay que saber diferenciar en el pedido muchas veces. Me encuentro gente que dice: "No, quiero estar en la televisión". Y es muy diferente querer ser actor y trabajar. Si tu pasión es actuar, actúas y aprendés, podés hacer cosas; trabajar es otra cosa.

“Trabajé más de la mitad de mi vida. Miro para atrás y estoy orgulloso” reflexiona Nicolás Cabré con Teleshow (Foto: revista Gente)
“Trabajé más de la mitad de mi vida. Miro para atrás y estoy orgulloso” reflexiona Nicolás Cabré con Teleshow (Foto: revista Gente)

—Cuando empezaste, ¿cuál era tu ambición? ¿Qué querías?

—Quería estar en la televisión, me divertía. Miraba "Flavia está de fiesta" y quería ser uno de los chicos que estaba ahí atrás. Cuando empecé a hacer "Son de Diez" me empecé a dar cuenta de que era lo que quería, y cambió mi actitud y mi manera de ver las cosas. Si vos me preguntás si desde chico dije: "Quiero ser actor, esta es mi vocación", la respuesta es no. Empecé trabajando y miraba, no sé, a (Alberto) Olmedo, y de repente entré en "Son de Diez" y estaba Javier Portales. Ahí empecé  a darme cuenta de que tenía que escuchar.

—¿En ningún momento quisiste colgar todo?

—Sí, todos los días. Te lo dije antes de empezar cuando me preguntaste qué viene después: "Después, a lo mejor me retiro".

—¿Está la fantasía?

—Sé que es una realidad. No sé cómo, no sé cuándo. Creo que sí.

—No sos de esos actores que dicen: "Me van a sacar con las patas para adelante del escenario".

—No. A lo mejor sí, eh. Pero preferiría vivirlo de otra manera. No soy de los actores que dicen: "Si no actúo, me muero", no. Lo hago, lo disfruto, tengo el privilegio de vivir de lo que me gusta. En este país es un gran privilegio, y lo disfruto. Sí también hay muchas veces que me he encontrado sentado en un camarín preguntándome qué era lo que me gustaba de todo esto, y en esos momentos a lo mejor no me lo podía responder. Entonces hubo un momento en el cual paré. Nadie sabía si era un retiro, ni yo. Necesitaba parar, acomodar un poco las ideas y diferenciar lo que era mi vida, lo que era otra cosa.

Tras el gran éxito en su primera temporada Sugar volvió a la calle corrientes por tres únicos meses
Tras el gran éxito en su primera temporada Sugar volvió a la calle corrientes por tres únicos meses

—¿En qué momento te gustaste por primera vez?

—No, me odio casi siempre. Soy demasiado autocrítico. Hay cosas que me divierten pero soy muy autocrítico. Me falta mucho, esto es muy largo. Muy pocas veces digo: "Me gusté". Siempre vas a encontrar algo.

—Qué hinchapelotas también…

—Sí. Muchas veces es una pelea conmigo mismo, esto de decir: "Qué hinchapelotas, dale". Tuve un año maravilloso, como nunca había tenido.

—¿No fue muy cansador tu año con las grabaciones de "Cuentame" en la TV Pública, y las funciones de "Sugar" en el teatro?

—Sí, fue cansador. Si lo pude hacer es porque estoy más organizado y estaba en dos lugares en el que se entienden mis prioridades y cómo funciono mejor. Estando en el teatro con Gustavo (Yankelevich), ellos saben que mi prioridad es mi hija y que mi hija disfrute. En la TV Pública ya había hecho "Variaciones Walsh"; cuando empezaron a barajar lo de "Cuéntame" le preguntaron a una de las maquilladoras: "Están pensando en Nicolás". Esta maquilladora, a la cual amo con todo mi corazón, les dijo: "Mirá que él te va a pedir el jueves porque Rufi tiene que hacer tal cosa, el martes no puede porque no sé…". Ellos ya sabían cómo me manejaba. La vida de Rufi no se modificó en nada. Cuando estaba conmigo yo la iba a buscar al colegio, la llevaba a natación. Tenía todo organizado. Después iba corriendo de un lado al otro para grabar.

—Es la prioridad absoluta.

—Es lo único que me interesa. Pasa muy rápido y cuando hacíamos "Variaciones Walsh", que estábamos hablando de matronatación (una forma de estimulación acuática para el bebé), había un día que yo decía: "No puedo grabar porque Rufi tiene natación".

Durante el 2017 Nicolás Cabre protagonizó “Cuéntame cómo pasó” en la Televisión Pública junto a Malena Solda.
Durante el 2017 Nicolás Cabre protagonizó “Cuéntame cómo pasó” en la Televisión Pública junto a Malena Solda.

—¿Y los productores qué decían a eso?

—Es lo único que pedía. Si me decís: "No, Nico, es imposible", nos damos la mano: "Gracias por llamarme". Fueron tres meses lo de "Variaciones Walsh". Un día llegué a la pileta el martes, me puse la malla y me dijeron: "Nico, vos ya no entrás más". Y agradecí ese momento que puse lo de los martes, sino me despedía de la pileta tres meses antes. Son pavadas pero a mí me llena, y mi prioridad es estar. No quisiera darme vuelta y descubrir que Rufi cumplió 21.

Como papá trato de ser mejor todos los días y disfrutar. Descubrí que puedo reírme mucho más de lo que me reía antes

—Recién me dijiste que como actor no terminás de gustarte y sos muy crítico. ¿Y cómo papá?

—Como papá trato de ser mejor todos los días y disfrutar. Si hay algo que descubrí es que puedo reírme mucho más de lo que me reía antes. Trato de no perder eso, es lo único que me importa.

—¿Qué querés que herede tuyo, y qué querés evitarle?

—Algunos arranques… (risas). Quiero que sea ella; yo estoy maravillado con lo que es ella. No puedo creer lo sociable y lo compañera que es.

—Matronatación sí. ¿Chats de padres también?

—No (risas).

—¿Clases abiertas del jardín?

—Sí. Yo soy feliz. Y si hay algo que me maravilla de todo esto, y lo descubrí caminando por el barrio donde vivo, es que antes me señalaban y era "el chico de la tele"; hoy soy "el papá de Rufina". Es lo más maravilloso que me pudo haber pasado, me corrió del lugar en el que a lo mejor no me hacía estar tan cómodo.

—Más allá de Rufina, se sabe muy poco de tu relación de pareja, Josefina Silveyra. ¿Fue un trabajo resguardar esa privacidad?

—No, creo que se dio. Gracias a Dios. Mi privacidad y mi intimidad siempre estuvieron más que resguardas. Antes hablaban y hablaban y hablaban de cosas que ni yo me enteraba. El año pasado di una nota y me enteré que me había separado y que me estaba reconciliando. Si hay algo que me tranquiliza es que no saben nada de lo que soy ni de lo que hago.

Nocolás Cabré junto a Griselda Siciliani y Federico D’Elía en el teatro
Nocolás Cabré junto a Griselda Siciliani y Federico D’Elía en el teatro

Sugar, éxito de taquilla

"El año pasado lo disfruté y fue el mejor año de mi carrera. Pero estaba corriendo: fui, vine; siempre había un motivo. Estos tres meses los quiero disfrutar, los quiero aprovechar. La paso genial y voy al teatro con ganas de divertirme". Cabré está entusiasmado con la nueva temporada del musical que protagoniza con Griselda Siciliani y Federico D'Elía en la Calle Corrientes. Allí, Cabré nuevamente se anima a cantar y bailar aunque a pesar de los 20 años de carrera no perdió la timidez: "Cuando invito a un amigo, arranca la obra y está nuestro primer cuadro, sé perfectamente por la cara de mi amigo debe estar diciendo '¿Qué es esto?'", cuenta, entre risas.

La profesión me ha permitido hacer un montón de cosas que, siendo como soy, no las podría hacer jamás en la vida

—¿Tus amigos son los de siempre?

—Claro, son los mismos con los que voy a la cancha (es hincha de Velez). Y me da vergüenza cantar en la cancha.

—En ese sentido, ¿la profesión es un escudo de la timidez?

—Claramente. La profesión me ha permitido hacer un montón de cosas que, siendo como soy, no las podría hacer jamás en la vida.

—¿Y qué te pasa con la gente, afuera del teatro?

—La gente siempre fue la única que entendió absolutamente todo. Y a mí me tratan muy bien. Por eso cuando dicen: "No, porque la gente pide…", la gente a mí en la cara me dice: "Mandalos a todos a la puta madre que los parió".

—Por la prensa.

—Claro. La gente no me pide que abra la puerta de mi casa. Entienden que hay cosas que me gustan y mi única responsabilidad antes de hacer cualquier cosa es, y más en los tiempos de hoy, que la gente viene, invierte en vos, es una salida y está difícil. Es saber y tener la tranquilidad de que se van con un show espectacular, donde se invierte. Me preocupa que la gente no se vaya diciendo: "Uh, ¿en esto compré las entradas?". Tuve la suerte de ser criado profesionalmente por un representante con quien nunca hicimos nada por plata. Nos han ofrecido un montón de cosas que nos servían más monetariamente, pero yo me crié así: la cosa es entender que la profesión es muy larga y que es de a poco, rodearme bien, aprender de los que tengo al costado, no saltar escalones, estar bien rodeado.

—¿Los "No" son tan importantes como los "Sí"?

—A veces son más importantes que los "Sí". Creo que respetarse uno, o tratar de no traicionarse y respetar lo que aprendiste, lo que te enseñaron, es más importante que todo. Cuando digo que es muy ingrata a lo mejor la profesión o que se viven momentos difíciles, y más cuando sos un niño, es que hoy estás y mañana desapareciste y no te conoce nadie. Y los que dicen y te amaban porque vos eras genial, y sos maravilloso y son grandes amigos tuyos, te creció la panza, se te cayó el pelo y no te conocen nunca más, no saben quién sos. Hay cosas muy bruscas. Y puede pasar.

—¿Tan así, tan duro es?

—Claro que sí, pasa. Y hay un montón que se quedan en el camino y todos estos que te decían: "Ay, sos lindo", de repente creciste y creciste medio mal, y sos feo, "¿Y por qué no trabajaste más?". "Y… porque crecí mal". Esto es un negocio, esto hay que tenerlo claro: sos un número, cuando sumás, sumás, cuando restás… Muchas veces tenés que decir que no, y entender que esto, si bien puede ser muy corto, es muy largo también.

“No opino primero porque no entiendo, no me parece relevante” dice Nicolás Cabré en esta charla con teleshow (Foto: El Planeta Urbano)
“No opino primero porque no entiendo, no me parece relevante” dice Nicolás Cabré en esta charla con teleshow (Foto: El Planeta Urbano)

—Nunca te metiste en conflictos políticos. ¿No te generaba ningún problema estar en una ficción como "Cuéntame", que si bien trataba una historia de una familia también se ocupaba de un momento durísimo del pais?

—No. Es un personaje. Lo que estaba buenísimo de "Cuéntame" es que te contaba y se permitía comentarios y reacciones políticamente incorrectas. Estaban todas las miradas. A ninguno nos involucraron con nada político.

—Y vos, en lo personal, tampoco te has ido involucrando. ¿No te gusta?

—No. No, me interesa. La primera vez que entré a la TV Pública con lo de Variaciones Walsh, que era un momento en el que estaban todos desesperados, la segunda o tercera pregunta era: "¿A quién votaste?". Querían saber si eras K, ultra K, no K, cero K. Y cuando entré al canal y hablamos, me dijeron: "Acá despreocupate que no te voy a preguntar ni qué pensás ni qué no pensás; acá, de política no se habla". Me sacaron un peso de encima porque de hecho de afuera estaban muy interesados en qué pensaba, pero yo no opino. Porque no entiendo, y porque no me parece relevante. Soy de una familia en la que, cuando se hablaba de política, mi abuela se paraba y decía: "Acá de política no se habla", y se callaban todos. Me crié así, es un tema que no me interesa. Tengo mis opiniones, tengo mis cosas, pero siempre traté de estar lejos de las polémicas de la semana. Igualmente aplaudo al que lo hace, eh. Lo aplaudo.

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