Viajó a Mallorca por un trabajo que no fue y al ganarse la vida con ingenio descubrió su enorme talento

Natu Dumrauf nació en Olavarría y vivió hasta los 30 en Mar del Plata. Conoció al hombre de su vida bailando salsa pero un hecho violento y traumático los llevó a las tranquilas Islas Baleares, España. La propuesta laboral que tuvo su marido y se cayó a último momento. Y cómo de chef y bailarina de salsa terminó convertida en una pintora reconocida de la isla

Compartir
Compartir articulo
Natu Dumrauf es conocida en Palma de Mallorca por hacer reinterpretaciones de cuadros famosos como La Mona Lisa, de Leonardo Da Vinci, El Guernica, de Picasso o Las Meninas, de Velázquez (Crédito Natu Dumrauf)
Natu Dumrauf es conocida en Palma de Mallorca por hacer reinterpretaciones de cuadros famosos como La Mona Lisa, de Leonardo Da Vinci, El Guernica, de Picasso o Las Meninas, de Velázquez (Crédito Natu Dumrauf)

A la ahora artista plástica Natu Dumrauf jamás se le hubiese ocurrido que ganaría fama por vender cuadros enérgicos y coloridos en la paradisíaca isla Palma de Mallorca. En primer lugar, porque cuando vivía en la Argentina no se dedicaba a la pintura. Segundo, no estaba en sus planes mudarse de país.

La argentina vivió en Mar del Plata hasta los 30 años, donde se ganaba la vida en el rubro gastronómico y el tiempo libre se llenaba de los ritmos alegres de la salsa cubana, donde entre canción y canción, conoció a Sebastián, su marido y padre de su hija Macarena. La mudanza a la capital de las islas Baleares no se debió a un deseo ir en busca de fortuna a Europa, porque estaban bien económicamente, sino una huida después de un robo violento y traumático: su marido fue gatillado cuando le robaron una moto y milagrosamente la bala no salió.

Natu y su marido Sebastián viven actualmente en la isla española Palma de Mallorca
Natu y su marido Sebastián viven actualmente en la isla española Palma de Mallorca

Natu nació en Olavarría hace 39 años. Su padres la llevaron a vivir a La Feliz cuando tenía solo tres años. Su papá era el encargado del edificio donde vivían en pleno centro. Fue a los 15 cuando conoció a Sebastián en una salsera. “Pero él estaba de novio y después se fue a vivir a Miami por varios años. Cuando volvió yo ya estaba más grande, él soltero y nos volvimos a cruzar en la salsera. A pesar de que ninguno quería nada serio acá seguimos casi 20 años después”, cuenta con humor la pintora.

En la Argentina su vida laboral oscilaba entre la cocina y los gimnasios. “Trabajaba en la cocina de algunos lugares, porque soy chef, además de pintora. De joven di clases de aeróbica porque soy instructora y además soy bailarina de salsa. Así que daba clases y hacía shows”.

La artista plástica Nati Dumrauf y su marido se dedicaron a dar clases de salsa en su llegada a la isla Palma de Mallorca

La pareja, que se había elegido bien dentro y fuera de la pista de baile, tenía un programa de radio muy escuchado por el ambiente salsero marplatense. Estuvieron en el aire durante seis años en FM Láser hablando sobre ese género musical, donde Sebastián había logrado entrevistar a figuras relevantes, entre ellos Oscar de León. Después continuaron el programa online, de forma independiente.

La salsa colmaba sus vidas mientras crecía su hija Macarena. Pero el robo que casi termina con la vida de Sebastián, los llevó a buscar un lugar donde sentirse seguros. “Me daba miedo salir después de las cinco de la tarde”, contó quien llegó a vivir con angustia y paranoia.

Además de que tenían un amigo ya en Palma de Mallorca, el marido de Natu tenía una propuesta laboral. “Una mujer que quería hacer un programa de salsa y lo iban a contratar. Al final, esta mujer se separa del marido y a último momento se echa todo para atrás. Nosotros ya teníamos los pasajes, así que nos mandamos igual”. Claro, la pareja había vendido todo, Sebastián había dejado su empleo y de una oferta laboral firme de golpe se encontraron con las manos vacías. Por lo que decidieron lanzarse a la aventura: “listo, ya está. Nos vamos y vemos cómo podemos subsistir en Mallorca”, relata la pintora.

Natu en su taller de Palma de Mallorca trabajando sobre una nueva obra
Natu en su taller de Palma de Mallorca trabajando sobre una nueva obra

Mientras se alojaban en la casa de un amigo, la pareja salió a ganarse el pan haciendo de todo un poco: iban por negocios ofreciendo empanadas caseras, y algunos les dijeron que sí, daban clases de salsa y Natu empezó a vender piedras pintadas. “Las piedras nos han salvado más de una vez. Vendíamos bastantes”, relata sobre un momento en que estaban con poco dinero en el bolsillo.

Sin saber si estaba prohibido o no, Natu empezó a juntar piedras grandes en la playa para pintar con acrílico. Las barnizaba y las vendía online. “Las publicaba en las redes sociales y se vendían. De hecho una vez me encargaron unas 30 mariposas”. Como Natu y Sebastián comenzaron a frecuentar un local cubano llamado Cuba Live, donde daban clases y shows sus propios alumnos empezaron a comprar las piedras coloridas.

Los compradores de la obra de Natu Dumrauf elogian la energía de sus colores y también sentido del humor
Los compradores de la obra de Natu Dumrauf elogian la energía de sus colores y también sentido del humor

Hay cosas que nunca se olvidan y a Natu siempre le había gustado dibujar. Recuerda un cuaderno del secundario donde hacía hadas y duendes y después los terminaba regalando. Algo de lo que hoy se arrepiente porque no le quedó ningún recuerdo.

¿Cómo pasaste de pintar piedras a cuadros que hoy te compran turistas de todo el mundo?

— Porque fui agregando cosas de a poco y terminé en esto que es una mezcla de vitreaux con un poco de todo, con cubismo. El proceso fue toda una metamorfosis. Cuando nos establecimos empecé a comprar lienzos y a pintar uno al mes, porque entre las clases y andar de acá para allá, no tenía tiempo. Solo le dedicaba los fines de semana. Hasta que junté unos cuadros y me pusieron en contacto con una persona que lleva la Nit de ‘Art en Palma, una noche en la que se juntan todos los artistas y exponen. Trabajé con ella y después un periodista de la isla a quien le gustó mi obra, la mostró en un programa de televisión. Fue todo muy de golpe. Solo habían pasado dos años de llegar al Palma de Mallorca. Y los siguientes ocho años no paré.

Natu Dumrauf con su marido Sebastián y su hija Mararena, que nació en la Argentina y ya cumplió 18 años
Natu Dumrauf con su marido Sebastián y su hija Mararena, que nació en la Argentina y ya cumplió 18 años

¿Qué influencias recibiste? ¿A qué pintores admirás?

— Con las redes veo un poco de todo, pero soy super fanática de Milo Lockett. Me gusta mucho su arte, su pensamiento. Cómo da las entrevistas, me parece fantástico. Me gusta mucho también Yayoi Kusama, con sus lunares. Picasso. De todo un poco.

¿Cuál era tu búsqueda? ¿Que tenías ganas de expresar en esos cuadros?

— Yo creo que la alegría porque me sentí súper bien al llegar y encontrar tranquilidad. Dejé de tener miedo en la calle, de mirar para atrás, de llevar agarrado el bolso. Estaba paranoica. Por otra parte, la isla tiene una luz especial, sus paisajes, se juntó todo.

Natu pasó de pintar piedras para sobrevivir a recibir encargos de cuadros de distintos lugares del mundo
Natu pasó de pintar piedras para sobrevivir a recibir encargos de cuadros de distintos lugares del mundo

Hoy Natu dedica el 100 por ciento de su tiempo a la pintura. Le hacen encargos no solo de cuadros, también de objetos, como zapatos, un casco de un patinador. Si son clientes de Palma, por lo general visitan su taller que está en su casa, a solo dos cuadras de la Plaza Mayor y eligen alguno de sus cuadros. Y los encargos hoy le llegan principalmente de Alemania y Estados Unidos.

La obra se caracteriza por una explosión de colores vibrantes y figuras geométricas. La artista se inspira en la inocencia de los niños, que la motiva a seguir aprendiendo y desarrollando sus capacidades creativas. Comprendí que el arte fue y es como aprender un nuevo idioma, un nuevo lenguaje y éste es el mío. No podría expresarme hoy de otra forma que no sea esta: con colores, rayas, lunares y dibujos simples y ojos enormes; no intento ser algo que no soy. Mi pintura es simple pero directa y sincera, al igual que los niños”, expresa la pintora, que comercializa su trabajo desde su cuenta de Instagram (@natudumrauf)

¿Qué elogian de tus pinturas?

— La palabra que más repiten es la energía, la energía de los colores. También, el sentido del humor por algunas cosas que pongo en mis pinturas. Las reinterpretaciones, como por ejemplo la Mona Lisa. De la tradicional al ver mi versión, impacta.

En un futuro a Natu le gustaría mudarse a una casa más grande y tener su propia galería donde trabajar más cómoda y poder hacer lienzos de mayores dimensiones porque la limita la falta de espacio. Uno de sus sueños es pintar un mural. Todavía sorprendida por su presente artístico dice que si volviese el tiempo atrás y alguien le dijera “mirá, te va a pasar todo esto. Estas son las obras que que vas a pintar y no lo hubiese creído. De verdad que no lo hubiese creído”, dijo quien aprendió de forma autodidacta, hasta que los aciertos fueron mayores que los errores y se abrió su propio camino. Hoy los cuadros de la argentina rondan entre 400 y 2500 euros.

Las cocina y las clases de salsa, quedaron atrás, pero la pareja sigue bailando como desde un principio porque dice que eso no hay que dejarlo nunca. Hasta hace poco sus obras se exhibieron en la céntrica Galería Jaume III y actualmente pueden verse en Suiza, en la Galería Flussreif Fotostudio & Kunstgalerie, en Bremgarten, cuenta orgullosa. Natu Dumrauf ya participó en más de 25 exposiciones en España y recibió el reconocimiento de organismos internacionales, como la Federación de Asociaciones Iberoamericanas y la Asociación Cultural Ecuatoriana Iberoamericana.

“Quiero que mi arte toque las almas de las personas”, confesó.