Michel Noher: "Parece que hubiera un plan desde los medios de generar cada vez más distancia con el otro"

“La política se ha vuelto la marioneta de los poderes económicos”, dice el actor en esta charla con Infobae en la que también cuenta cómo vive la paternidad y habla de la pareja con Celeste Cid: “Estamos muy bien, es todo un estado de amor”

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Sin duda está viviendo su mejor momento. Acaba de ser papá, está en pareja con una de las mujeres más bellas del país, tiene propuestas laborales en el exterior, estrenó Lo prohibido en el Paseo la Plaza y está a días de debutar con ADDA por la pantalla de Telefe: "La verdad, no me puedo quejar, hace tres años que vengo laburando con mucha continuidad. Estuve laburando en Brasil, donde pude hacer dos novelas y una miniserie. Venía trabajando muy bien, y Anton llegó y me encuentra con Lo Prohibido, una obra de teatro con música, no es una comedia musical. Los temas que se recorren son todos temas conocidos. Hay temas de Manzanero hasta Ricky Martin y Don Omar, pero es una obra de teatro", dice en esta charla el actor que disfruta conversar en las entrevistas, pero no termina de sentirse cómodo en las producciones fotográficas pese a ser considerado uno de los hombres más sexy de la Argentina.

—Si bien no es una comedia musical, la obra es muy cantada. ¿Cómo te llevás con eso? ¿Sos de cantar en tu vida?

—Es un desafío total y estoy feliz de poder enfrentarlo. Desde que fui padre no paro de cantar. Mi vida se ha convertido en una comedia musical. Todo se volvió una canción: "Vamos a cambiarnos la ropa", lo que sea se vuelve una canción, es medio ridículo pero sí. Él se calma, se termina durmiendo, así que funciona.

—Trabajaste mucho en el exterior. ¿Hoy el proyecto es 100% en Argentina?

—En este momento, estoy teniendo que descartar trabajar afuera, me aparecieron posibilidades para irme a Brasil, pero mi deseo ahora es estar cerca de mi hijo y por eso elegí hacer teatro, que me permite tener el día libre y no tener que despertarme tan temprano, puedo en mitad de la noche colaborar. A partir de mitad de año habrá que pensar nuevamente qué es lo que se desea.

—Contame cómo es Anton.

—Lo voy conociendo día a día, tiene dos meses y medio, entonces él mismo se está descubriendo. Pero se despierta de muy buen humor, te sonríe y ya está, eso genera un clima en la casa que es de alegría.

Tenía muchos deseos de ser padre y estoy pudiendo llevarlo adelante como me imaginaba

—¿Te estás encontrando con el papá que imaginaste que ibas a ser o te sorprendés?

—Las dos cosas, tenía muchos deseos de ser padre y estoy pudiendo llevarlo adelante como me imaginaba en principio. Y de golpe ves… En las reuniones sociales me doy cuenta de que me vuelvo muy obsesivo, no me gusta que ande de brazo en brazo. Después, más en la intimidad, soy bastante relajado y me gusta que se ensucie y haga cosas. Tiene que ver mucho con toda mi crianza en Bariloche, no nos rompemos tan fácil como parece. Celeste [Cid] está muy comprometida con amamantar, entonces él está súper bien, creciendo y todo. Hace poco se le detectó que tiene una cosa que es más o menos común, que es alergia a la proteína de leche de vaca; entonces Celeste está teniendo que cuidar enormemente lo que come. Es un tema medio jodido porque no está del todo legislado cómo tiene que estar etiquetado en los alimentos. Hay muchos productos que uno no sabe que contienen leche y que sin embargo lo tienen oculto dentro de alguno de los saborizantes o alguna de las cosas. Es una especie de celiaquía para los niños, pero, sin embargo, no está legislado el cuidado necesario. El bebé, cuando entra la proteína en su cuerpo, la pasa muy mal, le salen granos, vomita, hay chicos que llegan a hacer caca con sangre. Es una cosa muy tremenda.

—Así que Celeste está con una dieta muy estricta.

—Exactamente. Y no sólo la dieta muy estricta, sino que es como una especie de paranoia, porque te dicen: "Che, podés comer acá", pero si, por ejemplo, yo este plato que te estoy ofreciendo lo preparé en la misma olla donde hace un rato hice algo con leche, ya está contaminado. Por eso lo asocio a la celiaquía. En otros países sí está legislado, no sé por qué acá en Argentina no.

—Subiste hace poco una foto de Celeste amamantando. Ella sube también fotos tuyas con Anton. ¿Están enamoradísimos?

—Sí, estamos muy bien. Es todo un estado de amor. Hay una cosa ahí que pasa con la creación de una familia y el encontrarse cada uno con sus miedos y sus fuerzas, y ayudarse. Lo más importante es el aguante, el compañerismo, el estar ahí para el otro y para él.

—El papel de la mamá los primeros meses es muy difícil.

—Y más para la mamá moderna que pretende, además de todo eso, hacer todo lo que siempre hacía. Había una mamá en otra época que se dedicaba… o habrá ahora mismo gente que también elige eso. Pero hoy en día hay, a partir de esta mayor igualdad, presión sobre la mujer que además también tiene que producir y hacer, y nunca dejar de estar espléndida y no sé qué. ¡Chicas, suerte!

—¿Cómo la ves a ella como mamá?

—Ella es mi héroe, yo no puedo creer. Es impresionante lo que hace y cómo lo lleva adelante, el compromiso que tiene con amamantar, con estar presente y no dejar de ser. Sigue con su marca, empieza a laburar dentro de poco, está a pleno.

—¿El hermano?

—André muy bien, también encontrándose cada vez más.

—¿Celoso?

—No, tiene 12 años, ya es otra edad. Se va encontrando cada día más. Pero Anton aparte reacciona muy bien cada vez que él está cerca, hay una cosa de hermanos, de la sangre, que se ve que está.

—Vuelvo al ámbito profesional. ¿Cómo conviven el actor y el conductor?

—Hasta ahora, cuando estuve haciendo una cosa, no estaba haciendo lo otro. Sí en un momento, ya al final de Hola y adiós, estaba al mismo tiempo haciendo teatro en el San Martín, pero no me pasó de estar haciendo una tira, una cosa así. La conducción no es algo nunca que pensé como tal sino más desde el lugar de entrevistador. Ese programa lo que tenía de valioso era la posibilidad de estar ahí haciendo las preguntas que uno querría hacer desde su casa y tratando de enterarme, como licencia para chusmear.

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—¿Va a haber una nueva temporada?

—Espero que sí. A mí me encantaría. Es un programa muy valioso para lo que es la televisión de hoy en día, donde quizás lo que aparece constantemente es una cosa de distancia con el otro. Aparece todo el tiempo un peligro de la otra persona, del desconocido, porque viste distinto, porque es de un equipo de fútbol distinto, porque tiene un acento distinto, un color de piel distinto. Parece que hubiera un plan desde los medios de generar cada vez más esta distancia con el otro. Este programa habla de eso de que, en realidad, antes que seres sociales, somos seres sensibles. Lo que a todos nos pasa es que extrañamos, que necesitamos el contacto. Y en ese sentido es muy valioso porque va en contra del camino al que, en general, lamentablemente, apuntan los medios de comunicación.

—¿Desde los noticieros?

—Desde los noticieros, desde los programas de espectáculos que se hacen, donde todo el mundo se siente muy libre de hablar mal de otra persona sin conocer nunca sus circunstancias. Eso deshumaniza. Deshumaniza es un decir, porque es poner un concepto muy elevado del humano que no sé si lo tiene. Esta cosa de distanciarnos, de volvernos cada vez más un objeto.

—¿Te parece que compramos mucho eso?

—Me parece que es inevitable, no es un tema de comprar o no comprar. Es algo que se va generando, si todo el día estamos haciendo eso, ya está. Yo consumo los mismos medios que consumís vos.

—¿Qué sí te gusta de lo que hay en la tele?

—No estoy mirando nada de tele, no te quiero mentir. Hubo un momento muy interesante hace poco que empezaron a aparecer muchos programas muy alternativos, con propuestas diferentes; todos los programas que produjo Gastón Portal me parecen muy interesantes. Bueno, El Marginal me parece un producto de una factura alucinante. Hubo muchas cosas que hizo Underground a través de los subsidios del INCAA.

Intratables me hace mal al alma

—Pero siempre en ficción te voy a encontrar como espectador.

—Sí, salvo en canal Encuentro, me cuelgo viendo programas más documentales o cosas de ese estilo que también me atraen. Me cuesta encontrar noticieros que me traigan. El otro día estaba viendo uno que me gustó bastante que es el del Canal 7 de la noche, La quinta pata de la noticia me pareció interesante. Me gustó cómo está tratado, me gustó el tiempo, me gustó que no había nadie gritando ni imponiendo una idea. Creo que la televisión está muy imperativa.

—Más eso, menos Intratables

—Sí, a mí Intratables me hace mal al alma, es una cosa que decís: "Loco, este nivel de violencia" con gente que debería ser todo lo contrario, porque muchas veces son representantes nuestros.

—Te leo de vez en cuando tuitear con cierta ironía y con contenido político, ¿te interesa?

—¿Puede no interesarte? Sí, puede, todo puede no interesarte. Pero vivimos acá, vamos viendo las cosas que pasan y a uno le genera opinión, le genera algún tipo de reacción y a veces Twitter es el lugar donde lo decís con un chiste.

—¿A qué políticos les creés hoy?

—Qué difícil creerle a un político. No sé si tengo una respuesta para decirte, sobre todo porque uno escucha una opinión y al instante se escucha la contraria. La política se ha vuelto la marioneta de los poderes económicos. Como que cada actor político… viste esa palabra que se está usando mucho últimamente. El tipo está actuando. ¿Para quién? ¿A quién está representando este actor? ¿A qué interés económico está representando este actor? Es una palabra que yo no la tenía escuchada antes, la empecé a escuchar hace uno o dos años, no antes. No quiero decir que está mal aplicada o algo pero me sorprende.

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—¿Con qué soñás?

—Con poder vivir un poco más lejos de la ciudad, con poder armar una vida donde este sea mi lugar de trabajo, porque es inevitable para la actuación, sobre todo si uno labura en tele y todo eso. Pero poder tener un espacio un poco más alejado donde poder disfrutar cómo crece Anton con más libertad. Estuvimos en Bariloche para Año Nuevo y estábamos caminando por el medio de la montaña en unos lugares que quería que conocieran y nos cruzamos con un chico de 8 años, caminando que venía compartiendo el pan con sus dos perros, y yo pensaba: "Qué loco, porque acá en Capital, si uno ve un chico de 8 años solo por la calle, en general está pidiendo plata". Me gustaría poder darle un poco más de libertad en ese sentido.

—¿Qué te pasa con el chico de 8 años cuando te pide plata?

—Es parte de lo que nos pasa en las ciudades, en las sociedades, hay una cosa donde a uno lo primero que le surge obviamente es dolor, porque es injusto. Y, por otro lado, lo segundo que surge es una barrera, porque decís: "¿Qué hago? ¿Voy, lo abrazo y lo llevo a mi casa? ¿Qué puedo hacer? ¿Es a mí a quien le corresponde hacer? ¿Es al Estado? ¿Quién es el Estado? ¿Yo soy parte del Estado porque voto, porque aporto? ¿Me representan quienes son mis representantes?". Ahí se vuelve mucho más grande. A todos nos pasa lo mismo, primero, el dolor y después, intentar bajar una barrera tratando de no volver todos los días llorando a tu casa.

"Lo prohibido" se presenta de miércoles a domingos en el Paseo la Plaza.