La conmovedora historia de un niño que se curó de leucemia gracias a la donación voluntaria de sangre

Luciano Rotta tenía dos años y pocos meses cuando los médicos dieran con el diagnóstico que lo llevó a necesitar de innumerables transfusiones de sangre. En diálogo con Infobae, su mamá relató cómo todos los miembros de la familia se convirtieron en luchadores y voluntarios para salvar vidas

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La familia Rotta se convirtió en una especie de embajador en cada efeméride por el Día Nacional del Donante Voluntario de Sangre
La familia Rotta se convirtió en una especie de embajador en cada efeméride por el Día Nacional del Donante Voluntario de Sangre

El matrimonio Rotta recibió la noticia más linda en el año 2012: estaban esperando la llegada de Luciano, su tercer hijo. Los primeros años transcurrieron con total naturalidad, pero, cuando cumplió los dos años, al pequeño le diagnosticaron leucemia linfocítica aguda (LLA).

Cada 9 de noviembre se conmemora el Día Nacional del Donante Voluntario de Sangre, una fecha que busca promover la donación de sangre voluntaria y frecuente pero que además, es una fecha especial para toda la familia Rotta, ya que Luciano necesitó de innumerables donaciones de sangre para poder sobrevivir.

“Luego de llevarlo a varias consultas y de recurrir a la guardia del hospital repetidas veces porque se sentía mal, se produjo un episodio más dramático. El 7 de julio del 2014 me comentaron que algo no andaba bien. Ese mismo día Luciano entró en un estado más crítico entonces nos derivan a otra clínica para hacerle más estudios y descubren que estaba atravesando un shock séptico, una infección generalizada, entonces empezó un fuerte trabajo para entender el origen de esa infección y se descubre que además tenía un cuadro de neumonía y una infección en un vaso, por lo cual el panorama era muy complicada. Con toda esta situación a cuestas, deciden inducirlo a un coma para seguir investigando”, compartió con Infobae Ariana Cañas, mamá de Luciano.

Fue así que la familia de Luciano -conformada por su mamá Ariana, su papá Miguel Ángel, su hermano Ignacio y su hermana Melina- se enfrentó a una de las situaciones más difíciles por las que alguien podría pasar.

Luciano atravesó siete meses de internación
Luciano atravesó siete meses de internación

Luego de ocho días en un coma inducido dieron con una profesional en hemato-oncología para descartar que no haya nada relacionado a la médula ni a la sangre. Ariana todavía recuerda la expresión en su cara cuando la médica extrajo la sangre de Luciano: “Al momento de sacarle las muestras de sangre, lo visualizo mal y su cara nos dijo todo. A partir de ello, se empezó a hablar de la posibilidad de que tenga leucemia”.

“Efectivamente era leucemia pero un tipo específico: leucemia linfocítica aguda (LLA)”, explicó Ariana. Fue entonces cuando de a poco fueron sacando al pequeño del coma inducido y empezó la tarea más difícil, pedir donadores de sangre: “Necesitábamos 30 donantes en total para comenzar el tratamiento. Empezamos a convocar a distintas personas con las que teníamos vínculo: amigos, familia, jardín, el colegio de los chicos, entre otros. Además, el cuadro se complicaba un poco más porque todos tenemos sangre negativa; yo no podía donar por mis tres cesáreas y mi marido tuvo hepatitis B. Fue un momento muy crítico pero lo conseguimos”.

Con tan solo una donación se pueden salvar hasta tres vidas. Considerando que una persona puede empezar a donar a los 18 años, si lo hace cada 90 días, al llegar a los 65 años habrá donado 94 litros de sangre, ayudando a salvar potencialmente 564 vidas.

Luego de pasar tanto tiempo internado, la rutina de todos los días de la familia pasó a ser mayormente en el hospital
Luego de pasar tanto tiempo internado, la rutina de todos los días de la familia pasó a ser mayormente en el hospital

Luego de la primer transfusión de sangre continuó el arduo tratamiento con todo lo que implica en un pequeño menor a tres años: “Estuvo internado durante siete meses. Fue una de las situaciones más difíciles, ya que empezó a full con todos los tratamientos y uno lo ve tan chiquito... La quimioterapia fue en 5 bloques y en cada uno tenía que recibir transfusiones. Por bloque eran 49 bolsas de sangre y fue en el bloque 3 que nos habían adelantado que necesitábamos nuevamente donantes y esta vez fue un poco más complicado pero finalmente pudimos contar con la sangre necesaria”.

De a poco el pequeño fue respondiendo al tratamiento y pudo volver a su casa y continuar con la terapia. “Tuvimos la suerte de que Lu no experimentó ningún retroceso. Todo lo que iba recibiendo su cuerpo lo aceptó bien”. Sin embargo, aún les quedaba otra de las patas más difíciles: volver a la realidad. Y es que la internación del más chico puso en una especie de pausa todo lo que sucedía alrededor de la familia Rotta. Su casa, el colegio de sus hermanos y su jardín, los compromisos, todo estaba alterado.

El pequeño estuvo internado 7 meses
El pequeño estuvo internado 7 meses

Al responder tan bien al tratamiento, el pequeño no necesitó trasplante de médula. “Luego de siete meses de tratamientos, quedó un año y medio con quimio oral. Finalmente desde el 2016 está libre de la medicación; superó la enfermedad. Haber dado con un lugar en donde no solo le salvaron la vida sino que tuvimos una contención sin igual fue la clave para poder superar todo esto”, enfatizó Ariana.

Donar sangre salva vidas

“Entrando en este mundo de una enfermedad tan compleja conocimos a chicos con esta u otras enfermedades. Algunos pudieron sobrellevarla, otros fallecieron porque nunca les llegó el donante. Desde que nos pasó esta situación, nos postulamos todos para ser donantes de sangre, de médula, de plaquetas, órganos, entre otras. Por supuesto que ante una historia como la nuestra es algo que fue casi automático, pero es tan importante e insignificante en cuanto a tiempo invertido en donar y se salvan vidas y por eso es importante que se den cuenta del valor que cobra esa donación”, comentó emocionada la mamá de Luciano.

La donación en Argentina

Donar sangre salva vidas (Shutterstock)
Donar sangre salva vidas (Shutterstock)

En Argentina, actualmente no se cuenta con la sangre suficiente para afrontar las cantidades requeridas. Se estima que si entre el 3 y el 5% de la población fuese donante habitual, se cubrirán las necesidades de la comunidad. Sin embargo, la primera razón por la que las personas lo hacen es por pedido de su entorno y sólo la mitad de los donantes realiza esta práctica en forma frecuente.

“El porcentaje de donantes que tenemos en nuestra población es muy bajo. Actualmente solo el 1% de la población es donante voluntario. También hay otro factor: cada vez es más complicado conseguir donantes porque hay un aumento en los procedimientos invasivos, piercings, tatuajes que imposibilitan a la persona a donar. El objetivo que tenemos que tener como país es lograr el número de donantes para la comunidad y que la comunidad responda a los pacientes cuando necesiten”, dijo a Infobae Susana Anhel (MN.1454 ), jefa de Departamento de Hemoterapia de Swiss Medical Group y jefa bioquímica del Centro Regional de hemoterapia de la Fundación Swiss Medical.

En ese sentido, como país se debe lograr contar con el 100% de donantes altruistas y repetidos. Todas las personas tienen derecho a recibir sangre y sus componentes con garantía de calidad en los procesos y procedimientos. Si bien los tipos de sangre más requeridos en hospitales son 0+ y 0-, se necesita sangre de todos los grupos sanguíneos, especialmente de los más frecuentes, dado que estos son los más comunes para la mayoría de la población.

¿Quiénes pueden ser donantes?

Donar sangre es una práctica segura, que no implica riesgos para quienes lo realizan. Antes de hacerlo es importante tener en cuenta que:

  • Los donantes de sangre deben ser mayores de 18 años y pesar más de 50 kilos.
  • Es necesario gozar de buena salud y sentirse bien. No se debe estar anémico (bajo de glóbulos rojos) ni embarazada o en período de lactancia.
  • Los hombres pueden donar hasta cuatro veces por año y las mujeres hasta tres veces. Entre cada donación debe pasar al menos dos meses.
  • Las personas con tatuajes o perforaciones pueden donar después de un año de su realización.
  • El día de la donación, se debe desayunar de manera habitual y concurrir al establecimiento con DNI.
  • La donación dura 45 minutos. En este tiempo se extrae una unidad equivalente a 450 mililitros, que se reemplaza en cuestión de horas, por lo que no es frecuente sentirse mal ni que esto afecte las actividades que la persona realizará ese día.

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