Este es el tipo de gafas con el que la DGT ha prohibido conducir

Estos aparatos vienen con una graduación establecida de fábrica que puede dificultar la conducción y acarrear problemas más graves de vista

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Una mujer conduce por la carretera (Pexels)
Una mujer conduce por la carretera (Pexels)

La Dirección General de Tráfico (DGT) carga contra un tipo de gafas muy utilizadas por los conductores españoles: se trata de las gafas premontadas. La nueva campaña de la DGT recuerda que estas no están permitidas al volante, pues han surgido preocupaciones relacionadas con la seguridad vial y la calidad de la visión de los conductores.

No es una norma nueva: lleva establecida varios años y ya en el 2015 los expertos recordaban que “las gafas premontadas están prohibidas para conducir”. El presidente de Visión y Vida, Salvador Alsina, explicaba en una entrevista con la DGT que los conductores estaban dejando de prestar atención a su vista, una de las aptitudes más importantes estando al volante.

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La menor atención a la vista se traduce en menos revisiones y eso que, según datos de la Dirección General de Tráfico, más de un millón de conductores en España tienen una agudeza visual inferior al límite legal establecido, que es de 0,5 dioptrías. Además, se calcula que hasta 3,5 millones de conductores podrían mejorar su visión simplemente revisando y actualizando su graduación, que en muchos casos se encuentra desactualizada.

Qué son las gafas premontadas

Imagen de archivo de unas gafas (Pexels)
Imagen de archivo de unas gafas (Pexels)

Las gafas premontadas, como bien dice su nombre, vienen preparadas de serie. Es decir, están fabricadas de forma estándar para todos los usuarios en general y cuentan con una graduación preestablecida que puede coincidir o no con la que necesita el cliente. Funcionan básicamente como lupas montadas en una estructura básica de gafas y por tanto no cumplen los estándares ópticos necesarios para una buena conducción.

En cualquier caso, será la misma para el ojo izquierdo y para el ojo derecho. Estas gafas se han vuelto muy populares por su precio económico: frente a los 200 euros que pueden costar unas gafas graduadas a la medida, estas tienen un precio de 50 euros aproximadamente, pero se venden por 20 euros e incluso 12 euros.

Sin embargo, no es recomendable su uso y menos para conducir. Las gafas premontadas presentan la misma graduación para ambos ojos. Pueden ser útiles para personas con poca pérdida visual para ocasiones puntuales, como leer. Pero estas no corrigen la visión de lejos y esto las hace peligrosas para manejar un vehículo.

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Los riesgos de utilizar gafas premontadas

Utilizar gafas que no tienen la graduación correcta puede ser peligroso para la vista. El paciente puede percibir una mala visión y su agudeza visual estará reducida. Con el tiempo, puede sentir una bajada en la calidad visual y, en casos extremos, en los que la diferencia de graduación sea muy grande, el paciente puede sufrir una diplopía o visión doble.

Además, los cristales de las gafas premontadas están situados a una distancia predeterminada el uno del otro, que de igual forma puede no coincidir con la de cualquier persona. En caso de que estos puntos no coincidan, se puede sufrir una pérdida de la calidad visual y, una vez más, visión doble.