El PSOE exprime el ‘Watergate de Rajoy’ contra el independentismo catalán para presumir de su relación con Junts

El Gobierno aprovecha el presunto caso de espionaje para desmarcarse de las actuaciones de los populares en mitad de la ofensiva de Feijóo por los acuerdos con los de Carles Puigdemont

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El secretario General del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el secretario de organización del partido, Santos Cerdán, conversan en Ferraz. (PSOE)
El secretario General del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el secretario de organización del partido, Santos Cerdán, conversan en Ferraz. (PSOE)

El PSOE aprovecha las nuevas informaciones sobre la Operación Cataluña, lo que denominó “el Watergate del Gobierno del Partido Popular y Mariano Rajoy”, para presumir de su relación con Junts y contraponer su “modo de actuar” con el del PP. Los socialistas buscan despejar la presión sobre ellos, especialmente después de las versiones contradictorias en torno al último pacto sellado con Junts la semana pasada y las nuevas exigencias de los independentistas en el marco de las enmiendas a la ley de amnistía.

En este sentido, el PSOE mete una marcha más para engrasar su relación y la coordinación con el partido independentista, socio imprescindible para esta legislatura. Los avances en las relaciones, materializados a través de una nueva reunión este miércoles en el Congreso entre los principales interlocutores de ambos partidos para las negociaciones –el número tres del PSOE, Santos Cerdán, y el secretario general de Junts, Jordi Turull– contrastan con las nuevas informaciones que vuelven a poner al PP en la picota. Se trata del presunto uso ilegal de la cúpula de la Policía por parte del Gobierno de Mariano Rajoy para investigar al margen de la ley a partidos independentistas y orquestar campañas contra el procés.

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La reciente investigación periodística conjunta de La Vanguardia y Eldiario.es acredita, mediante documentación policial y unos audios, que el propio Rajoy conocía estas presuntas actuaciones ilícitas. Y es que, el entonces ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, hacía llegar las notas del supuesto espionaje al presidente del Gobierno a través de sus escoltas.

Desde Moncloa y Ferraz salen en tromba para desmarcarse de “unos comportamientos gravísimos en democracia”. Por ende, exigen “actuaciones judiciales inmediatas” y ahondar en la investigación política abierta en el Congreso sobre la Operación Cataluña, que “aclaren tanto el alcance como los creadores y conocedores de esta trama”. En esta ocasión, Pedro Sánchez ha enseñado los dientes y está dispuesto a permitir que Rajoy acuda de nuevo al Congreso a dar explicaciones.

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Las últimas informaciones de “enorme gravedad” relacionadas con este asunto fueron “objeto de análisis y debate” en la reunión del Consejo de Ministros del pasado martes. Tanto es así que el Gobierno quiere llegar “hasta las últimas consecuencias, analizando hasta el mínimo detalle y no hay que descartar la comparecencia de ningún miembro de la anterior administración del PP”, según señaló la ministra portavoz, Pilar Alegría.

El Gobierno pretende circunscribir la presunta trama de espionaje (comprendida entre 2012 y 2016) al PP, que “acabó” con la llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa tras la moción de censura a Rajoy. La parte socialista del Ejecutivo exprime el caso para separarse de las actuaciones de los populares y contrarrestar la ofensiva de Feijóo contra el PSOE por los acuerdos con los de Carles Puigdemont.

La ministra portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, durante una rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros. (Carlos Luján / Europa Press)
La ministra portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, durante una rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros. (Carlos Luján / Europa Press)

El Gobierno saca pecho de su capacidad negociadora frente al PP

Tanto Pilar Alegría, desde la sala de prensa de Moncloa, como el ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, condenaron la presunta actuación del PP: “Hasta el año 2018, el Gobierno del PP utilizaba los recursos públicos contra los rivales políticos y lo hacía, no solo para intentar conseguir algún rédito político, sino para intentar frenar el proceso independentista”, esgrimió Bolaños.

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Por ello, el Gobierno quiere poner en el disparadero el “modo de actuar” del PP frente a la estrategia de “diálogo” de los socialistas: “Cuando el PP estaba en el Gobierno, se dedicaba a fabricar pruebas falsas contra el independentismo, y cuando están en la oposición, quiere ilegalizar a partidos independentistas”, remató Bolaños en referencia a la propuesta de los populares de ilegalizar a los partidos que promuevan referéndums ilegales.

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“Afortunadamente, ahora hablamos de política, de diálogo, de entendernos entre diferentes”, celebró Bolaños para sacar músculo de la capacidad negociadora del Gobierno con las diferentes fuerzas políticas: “Al igual que nos hemos entendido con el PP para reformar la Constitución, también nos entendemos con los partidos independentistas para mejorar la vida de los ciudadanos”, ahondó el ministro de la Presidencia en alusión al polémico acuerdo con Junts para salvar los decretos anticrisis.

Lejos de practicar esas supuestas actuaciones contra el independentismo, el PSOE se jacta de que hoy puede negociar con Junts, una fuerza que hasta apenas unos años “actuaba fuera de la Constitución y fuera de las instituciones democráticas”. Por tanto, en Ferraz se escudan en el resurgir mediático de la trama para poner en valor las relaciones con Junts, principal arma arrojadiza de la derecha contra el Gobierno.