La Fórmula E, una vidriera para la llegada de los autos inteligentes

La carrera desarrollada en el circuito callejero de Puerto Madero es una ventana del futuro. Para el 2020 se espera que haya 250 millones de autos conectados

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(Télam)
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La competencia organizada por la FIA que se instaló en Puerto Madero es una referencia de lo que se avecina. El cambio climático, la constante contaminación y la escasez del petróleo son algunos argumentos que potencian la hipótesis relacionada al cambio radical que vivirá el parque automotor mundial.

"La Fórmula E es una carrera ecológica que incentiva a la gente a que el día de mañana utilice autos a energía renovable. La verdad es que el evento se puede hacer en Buenos Aires porque se necesitan ciudades limpias para instalar este tipo de tecnología", destacó el jefe de seguridad vial y medio ambiente de la FIA, Pablo Azorin, en diálogo con Infobae.

Naturalmente, la vida inteligente se traslada a otros ámbitos. Como lo explicó Rafael Steinhauser, presidente de Qualcomm en Latinoamérica, ya se están desarrollando ciudades inteligentes. "En Nueva York, por ejemplo, el uso del WiFi es de lo más habitual en la vía pública, de forma gratuita y veloz. En Inglaterra también hay un planeamiento de la distribución de la energía dependiendo de cuál sea su consumo", comentó el ingeniero.

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Se trata de una revolución que se irá implementando de a poco. Como le detalló a Infobae, Alex Holcman, otro de los ingenieros de Qualcomm, "se estipula que para el 2020 haya 250 millones de autos conectados", aunque los mismos todavía no serán eléctricos. "En el futuro cambiará el modo de uso de los vehículos. En Estados Unidos hay un promedio de 3 autos por familia, pero más adelante habrá menos coches, lo que permitirá un tráfico más accesible y menor contaminación. Incluso se analiza la posibilidad de que las personas sean trasladadas por drones", agregó.

Por lo pronto, la Fórmula Uno ya puso primera al reemplazar los motores de V8 por híbridos, que mezcla la combustión con la electricidad. Si en la Máxima se empezó así, no se puede pretender que los usuarios produzcan la revolución de forma inmediata. "No hace falta que la gente tenga un auto eléctrico o híbrido para cuidar el medio ambiente. Teniendo en condiciones las cubiertas, evitando las cargas que le generan un rozamiento al aire y usando autos acordes a las necesidades de cada uno, como por ejemplo no manejar una 4×4 por lugares citadinos, puede ayudar mucho a cuidar el medio ambiente", reflexionó Azorin.

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Además, el representante de la FIA se refirió al factor económico que implica dicha revolución: "Todavía no es viable en el país por un tema de costos. Se necesitaría de una subvención del Estado y una concientización para que los usuarios vean los beneficios. También debería haber una gran infraestructura para la carga de las baterías, que es el nuevo desafío de las automotrices, y los caminos adaptados, dado que un camión ó un colectivo eléctrico puede llegar a pesar el doble de lo pesan hoy, y se tendría que hacer una enorme tarea de prevención para que no se destruya el asfalto".

Sin embargo, el espejismo que otorgó la Fórmula E tuvo un aspecto negativo. En una era en la que la propaganda oficial exige el ahorro de energía, la carrera se llevó a cabo con el suministro eléctrico porteño. "La energía que se usó para la carrera es de Buenos Aires. Se trata de una competencia que consiste en carbono cero que no genera ningún tipo de contaminación", confesó Pablo Azorin, antes de confirmar que el próximo año el evento volverá en otro circuito. "No será en Puerto Madero, pero el contrato establece que se deben hacer durante cuatro años en la misma ciudad. Probablemente será en Palermo", concluyó.

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