El show de Romario jugando al fútbol callejero a los casi 60 años: “El que sabe no envejece”

El brasileño que brilló en Barcelona sigue derrochando talento en los partidos amateurs

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El brasileño disfruta en partidos callejeros

En las últimas horas se vitalizó un video que muestra en total vigencia a Romario, el delantero brasileño que supo brillar en Europa durante gran parte de la década del 90, y que demuestra que en el fútbol la edad no paree ser un problema para quienes cuentan con una habilidad superior a la del resto.

“El que sabe no envejece”, escribió el usuario @camisa21 al compartir el clip en el que se ve al ex jugador de 57 años demostrar todo lo que sabe en el fútbol amateur. En el clip se ven acciones sensacionales, plagadas de engaño y picardía, como un caño de pisada, un gol con sombrero sobre su marca y un enganche que dejó sentado a su rival de manera humillante.

Romario, surgido futbolísticamente de Vasco da Gama, demostró un talento superlativo a comienzos de la década del 90 cuando lució las casacas del PSV de los Países Bajos y del Barcelona de España. Etapa en la que anotó 167 goles en 7 temporadas y recibió el premio al mejor futbolista del mundo, en 1994, año en el que ganó el Mundial de los Estados Unidos con Brasil.

El año pasado, el ex artillero escribió una columna en The Player’s Tribune en la que hizo un repaso por su carrera, en la que anotó más de mil goles. Allí recordó que su carrera deportiva siempre convivió con su vida de jolgorio. “Tienes que hacer lo que te funciona. El sexo, para mí, siempre fue la hostia. A veces, el día del partido, me quedaba en casa, apartado del resto del equipo. Si me despertaba con ganas, tenía sexo con mi mujer y después iba para el partido. En el campo, estaba relajado... Ligero”, explicó.

Romario incluso contó que tenía acuerdos para salir de fiesta en algunos clubes: “Es verdad que hice acuerdos que me permitían salir de fiesta, pero nunca faltaba a los entrenamientos. Eso quiero dejarlo muy claro. Se dijo tanta mierda sobre eso: ‘Romário no duerme...’. ¡Sí que duerme! Es que se despierta más tarde. ‘Romário no entrena...’. ¡Sí que entrena! Pero no a las 9 de la mañana. Los directivos lo sabían. Si se lo explicaban a los entrenadores... Bueno, eso ya no era problema mío”.

En aquel artículo, también le dedicó unos párrafos a sus 1.000 goles, que los consiguió cuando tenía 41 años y jugaba en Vasco da Gama. Según explicó, la gesta se demoró más de lo pensado. “Invité a amigos de todo el mundo para ver mi milésimo gol. Hubo quien viniese de Holanda, de Australia, de Miami. Asistieron a un partido, pero no marqué. Entonces vieron otro, y otro... Tres partidos y el puto gol 1.000 no salía. Para un jugador como yo, eso era una eternidad. Todo el mundo se preparó para esa grande fiesta, pero al final ya estaban en plan: ‘Vaya, hermano, ¡marca ya el puto gol!’”, bromeó.

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