Impuesto de Sucesiones en Asturias: los herederos que deben pagar y quiénes reciben la herencia gratis

En España, heredar no sale gratis. El Impuesto sobre Sucesiones es un gravamen directo y personal que se aplica sobre cualquier transmisión de bienes y derechos entre individuos.

Su objetivo es imponer una carga fiscal sobre los aumentos de patrimonio que generalmente se originan por medio de herencias. Este tributo es incompatible con el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, por lo que los ingresos sujetos al Impuesto sobre Sucesiones no están sujetos al IRPF.

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El cálculo del impuesto se realiza sobre los bienes adquiridos por cada contribuyente, considerando, en el caso de las herencias, el valor neto del patrimonio del fallecido, es decir, sus activos después de restar las deudas, cargas y gastos.

Además, es de carácter progresivo, lo que significa que a mayor valor de la herencia, mayor será la cantidad a pagar por los herederos. La administración de este impuesto recae en las comunidades autónomas, muchas de las cuales aplican descuentos para ayudar a los beneficiarios a hacer frente a este gasto.

El Principado de Asturias ocupa el tercer lugar entre las comunidades autónomas donde los herederos deben abonar una mayor cantidad de dinero para adquirir los bienes y derechos dejados por el fallecido, superando a Aragón, Cataluña y la Comunidad Valenciana en este aspecto.

En Asturias, los parientes directos (padres, hijos y cónyuges) que heredan cantidades inferiores a 300.000 euros cada uno, sin contar la vivienda habitual del difunto, están exentos de abonar este impuesto, gozando así de una exención del 100%.

A partir del tercer grado de consanguinidad y en adelante, los sucesores deberán pagar este impuesto en función de la base imponible (el valor que tiene la herencia), aplicando las cuotas, tarifas y reducciones pertinentes dependiendo de la situación.

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Las personas con discapacidad que presenten un grado igual o superior al 65% podrán beneficiarse de una bonificación del 100% en el Impuesto sobre Sucesiones, siempre que el patrimonio ya existente del beneficiario no exceda los 402.678,11 euros.

Además, la legislación de la región permite una reducción de hasta el 99% en el Impuesto sobre Sucesiones para aquellos casos en los que la herencia incluye una empresa de carácter familiar.

Las herencias que superan los 800.000 euros no se benefician de ninguna reducción, sin embargo, el presidente de Asturias, Adrián Barbón, señaló que son pocos los residentes con un patrimonio de tal magnitud. Por ello, asegura que “las clases medias y la gran mayoría de la población” están exentas del pago de este impuesto.

Así, la cantidad de dinero que tendrá que pagar un heredero residente en Asturias por recibir 800.000 euros de herencia por la muerte de sus progenitores, será de 103.135 euros; mientras que los habitantes de Andalucía, Cantabria, Galicia e Islas Baleares, por ejemplo, quedan exentos de realizar cualquier pago.

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La cantidad recaudada por este concepto varía en función del número de fallecidos y de su patrimonio, aunque la administración regional reúne aproximadamente 100 millones de euros anuales gracias a este gravamen.