A orillas del Lago Michigan, el deslumbrante Grant Park, con su inconfundible marco de rascacielos, es nuevamente la sede del Lollapalooza Chicago que comenzó el jueves y termina el domingo 5 de agosto. Hace ya más de una década que la ciudad más icónica del estado e Illinois es la capital global del festival.
Desde antes del mediodía el parque estuvo abierto y el público comenzó a colmarlo, algo que parecería imposible por sus inmensas dimensiones. El abrasivo sol del mediodía obligaba a buscar sombras, pero con el pasar de las horas todo se volvió una inmensa marea de gente en movimiento que serpenteaba entre los ocho escenarios.
Se calcula que estas cuatro jornadas pasarán más de cien mil personas por día para ver las 180 bandas.
La propuesta del Lollapalooza no permite tiempos muertos y siempre está pasando algo. Varias bandas pueden estar tocando a la vez en escenarios de la misma jerarquía. Hay eventos y opciones por doquier: aros de básquet, gamers famosos realizando streamings, stand de autos, ferias de discos, de ropa y de diseño. Hasta puede participar de torneos de ping-pong junto a jugadores profesionales o bailar al ritmo de un DJ sobre pistas LED que cambian de color.
El descanso es primordial y hasta necesario. Para eso hay lounges, tiendas y diferentes espacios arbolados. Es que el calor se hace sentir y para llegar del Escenario Grant Park al Bud Light (los dos extremos del área ocupada por el festival) se puede tardar hasta media hora, por la distancia y la cantidad de gente que se mueve hacia los distintos puntos y escenarios.
En total son ocho los “stages” en el Grant Park: cada uno con su propuesta, concepto y nombre propio
La música
Nombres como Chvrches, Camila Cabello (que pronto dará un show en Buenos Aires) Travis Scott y Khalid estuvieron entre los principales del día 1, pero Franz Ferdinand fue la banda que comenzó a calentar los motores del público. Los escoceses, viejos conocidos del festival, repasaron muchos de sus hits de estribillos y guitarras punzantes: Do You Want To, This Fire, Walk Away y This Boy, fueron la antesala de lo que vendría ,porque desde el momento de esa inyección eléctrica, todo comenzaría a colmarse de un público cada vez más enardecido y concentrado.
Otra sorpresa fue el show de Billie Eilish: con solo 16 años, un ukelele y un disco de estudio bajo el brazo, fue prácticamente imposible escucharla entre los alaridos de decenas de miles de sus fanáticos, que estaban entre los más jóvenes del festival. Un fenómeno que no tiene otro destino que el de crecer a fuerza de escenarios y audiencias virtuales.
El gran cierre de la noche tuvo a los Arctic Monkeys, pero especialmente al frontman Alex Turner como gran protagonista. Con la voz en su mejor momento, de a ratos se adueñó totalmente del escenario, con el resto de la banda a su servicio, especialmente durante los temas de su último disco "Tranquility Base Hotel". Claro, a la hora de cerrar no faltaron hits como "I bet you look good on the dance floor".
Hasta el domingo, Tyler, The Creator, Walk The Moon, Bruno Mars, The National, St Vincent, Vampire Weekend, Dua Lipa, The Weekend, Gucci mane, Portugal.The Man y Jack White serán algunos de los músicos que se van a presentar en Chicago, durante cuatro días en los que todo parece girar totalmente en torno al festival.