En 1999, en un contexto dominado por computadoras de escritorio y conexiones a internet lentas, Bill Gates publicó ‘Negocios a la velocidad del pensamiento’, un libro centrado en cómo la tecnología reconfiguraría la estructura del mundo empresarial.
Entre sus páginas, el entonces CEO de Microsoft lanzó una serie de predicciones sobre el futuro digital que, por aquel momento, podían sonar ambiciosas o incluso inverosímiles. Sin embargo, con el paso de los años, muchas de sus afirmaciones han cobrado una vigencia sorprendente. Una de ellas fue, sin duda, su visión anticipada de los teléfonos inteligentes.
Qué dijo Bill Gates sobre los smartphones
En uno de los fragmentos más citados de ese libro, Gates hablaba de la llegada de “pequeños dispositivos” que permitirían a las personas mantenerse en contacto permanente, realizar gestiones electrónicas desde cualquier lugar y consultar información como noticias, vuelos o mercados financieros.
Más de dos décadas después, esa descripción se ajusta casi palabra por palabra a lo que hoy se conoce como un smartphone.
“Las personas llevarán consigo pequeños dispositivos que les permitirán estar constantemente en contacto y realizar negocios electrónicos desde dondequiera que estén. Podrán consultar noticias, ver los vuelos que han reservado, obtener información de los mercados financieros y hacer casi cualquier otra cosa en estos dispositivos”.
La predicción del genio de Microsoft
El texto de Gates apareció ocho años antes del lanzamiento del primer iPhone, en un momento donde los teléfonos móviles apenas ofrecían funciones básicas como llamadas, mensajes y una agenda limitada. No existía aún una conexión directa entre el móvil y el ecosistema de internet tal como lo entendemos hoy.
Gates no se limitó a hablar de comunicación móvil. También anticipó la integración de servicios en línea que hoy forman parte de la vida cotidiana: sistemas para comparar precios entre productos, plataformas para realizar pagos o aplicaciones bancarias móviles.
Estas herramientas, que en su momento parecían parte de una ciencia ficción corporativa, están hoy al alcance de cualquier usuario desde la pantalla de su teléfono.
Un legado más allá de Microsoft
Aunque Gates se retiró de las funciones ejecutivas de Microsoft hace años, su influencia como pensador tecnológico continúa vigente. En los últimos años ha enfocado sus esfuerzos en la filantropía y en la reflexión sobre los impactos de la inteligencia artificial.
En su libro más reciente, 'Código fuente’ (2025), retoma esa mirada de largo alcance y proyecta cómo las próximas décadas podrían transformar nuevamente el empleo, la educación y la salud.
Su interés actual se centra en cómo la automatización podría resolver problemas estructurales, como la escasez de médicos o la falta de docentes.
Según Gates, sistemas basados en inteligencia artificial serán capaces de ofrecer diagnósticos médicos, asistencia clínica y enseñanza personalizada en entornos donde los recursos humanos son limitados. Startups especializadas en análisis clínico, asistentes virtuales o plataformas educativas ya están explorando estos escenarios.
No se trata solo de imaginar nuevos dispositivos. Gates plantea una transformación más profunda, donde las máquinas puedan cubrir tareas físicas y mentales con eficacia similar o incluso superior a la humana.
Esta idea se extiende también a profesiones técnicas, operativas e industriales. Desde robots humanoides en la construcción hasta algoritmos que optimizan la producción en fábricas, su visión contempla un rediseño completo del trabajo tal como se conoce hoy.
En retrospectiva, el fragmento sobre los dispositivos móviles es mucho más que una predicción. Es la evidencia de cómo una mirada informada sobre la evolución tecnológica puede anticipar realidades que, en su momento, parecían lejanas.
Hoy, los smartphones forman parte inseparable de la vida diaria. Y aunque no fueron inventados por Bill Gates, su capacidad para imaginarlos antes que nadie confirma por qué sigue siendo una de las voces más influyentes del sector tecnológico.