Pasión por su amante y obsesión por “Belleza americana”: la joven que envenenó a su marido y lo cubrió con pétalos de rosas
Kristin Rossum tenía 24 años, era rica y hermosa, se había recibido de toxicóloga, y estaba casada con un joven brillante. Pero la vida perfecta era solo una apariencia: adicta a las metanfetaminas, vivía una relación clandestina con su jefe en el departamento de médicos forenses de San Diego y se sentía atrapada en su matrimonio “como un pájaro en una jaula”. Las drogas que se robó del laboratorio para preparar el crimen perfecto, cómo armó la escena para que pareciera un suicidio