El octavo detenido de la banda de las habilitaciones truchas a comercios en Córdoba es un inspector municipal: le secuestraron un Mercedes Benz descapotable

Héctor Jayo está acusado de haberle exigido ilegal y coactivamente una suma de dinero al dueño de un negocio. Entre los demás aprehendidos hay bomberos y policías.

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El Mercedes Benz descapotable que le secuestraron al inspector municipal
El Mercedes Benz descapotable que le secuestraron al inspector municipal

La causa que generó escándalo en Córdoba y que desbarató a una banda que falseaba habilitaciones para comercios sumó este jueves a su octavo detenido, y no sin una nueva nota de indignación. Ya habían sido atrapados bomberos y policías, y ahora le llegó el turno a un inspector municipal al que le secuestraron, entre otras cosas, un Mercedez Benz descapotable que, según indicaron medios locales, no era el único vehículo de alta gama en su poder.

Héctor Jayo está acusado de haberle exigido ilegal y coactivamente una suma de dinero al dueño de un negocio de la Ciudad de Córdoba para no clausurar su establecimiento, cuya habilitación se encuentra en trámite y pronta a ser concluida.

La aprehensión, según informaron medios locales, se produjo en el marco de una causa que se tramita en la Unidad Judicial Delitos Económicos, con conocimiento e intervención de la Fiscalía de Instrucción de Distrito 1 Turno 2 a cargo del fiscal Guillermo González.

Los miembros de la Dirección de Investigación Operativa, además del domicilio de Jayo, también allanaron el área de Inspección General del Centro de Participación Comunal (CPC) de barrio Empalme, donde el detenido trabajaba, como así también la Dirección de ese CPC. En ambas oficinas se secuestró “evidencia de relevancia para la causa”, según le informaron miembros del operativo a La Voz.

Mientras tanto, la Justicia sigue recabando testimonios de comerciantes que afirman haber sido extorsionados por Jayo y no se descarta que en los próximos días haya más detenciones a medida que avance la investigación que se inició con la denuncia formulada recientemente por la Directora de Habilitaciones de la Municipalidad de Córdoba.

A fines de septiembre, siete sospechosos fueron detenidos acusados de integrar una banda que se dedicaba a otorgar certificados truchos para la habilitación de comercios de distintos rubros. Entre los arrestados hay un miembro del Departamento de Bomberos de la Policía de Córdoba, dos ex integrantes de esa repartición y un policía en actividad, además de ingenieros y profesionales especialistas en materia de Higiene y Seguridad.

De acuerdo a la investigación, los acusados aprovechaban su posición, sus vinculaciones y sus conocimientos en materia de seguridad para confeccionar de forma irregular esa documentación de bomberos que los comercios necesitan para funcionar. Lo hacían desde hacía varios años.

Tras descubrir la maniobra, el fiscal Guillermo González dispuso 14 allanamientos en distintos puntos de la ciudad capital, Villa Carlos Paz y la localidad de Monte Cristo. Los investigadores fueron a los domicilios de los acusados y allí los detuvieron. También allanaron varios supermercados, un consultorio médico, una concesionaria de autos, un complejo deportivo y un local dedicado a la gestión de este tipo de trámites.

En el marco de la causa también se inspeccionó la sede del Departamento de Bomberos. Allí se encontraron documentos de relevancia para la investigación de la presunta asociación ilícita. En los procedimientos, además, se secuestraron autos de alta gama, al igual que en el domicilio de jayo, y diversos dispositivos electrónicos.

“Las tarifas que cobraban dependían del tipo de negocio que debían habilitar”, le explicaron a Infobae fuentes de la investigación.

Al subrayar la gravedad de los hechos y dimensionar el potencial daño que la violación a la normativa de seguridad aplicable puede ocasionar, el fiscal González planteó que la trágica historia de Cromañón es un ejemplo de lo que puede suceder cuando se llevan adelante este tipo de operatorias fuera de la ley. Se refería lo que aconteció la noche del 30 de diciembre de 2004, cuando el boliche de Once se incendió por el fuego de las bengalas durante un recital de Callejeros y hubo 194 muertos, la mayoría adolescentes y jóvenes.

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