Sicarios balearon otra escuela en Rosario: ya atacaron seis en lo que va del año

En el lugar también funciona un jardín de infantes. Las clases fueron suspendidas. Los atentados a instituciones educativas para dejar mensajes mafiosos se convirtieron en una de las principales marcas de la industria del sicariato

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Agujero de bala en la escuela
Agujero de bala en la escuela

Este año, las instituciones educativas se convirtieron en uno de los blancos más preocupantes de la industria del sicariato, que disparan sus frentes para dejar mensajes mafiosos. La Escuela Provincial Nº 1.346 “Francisco Netri” y el Jardín de Infantes Nº 79 “Pedacito de patria”, ubicado en Ayala Gauna al 8000, en el barrio 7 de Septiembre de la zona noroeste de Rosario, suspendieron las clases este martes por un ataque a tiros que tuvo lugar en la tarde de este lunes. Es el sexto establecimiento educativo que es baleado en lo que va del año en la ciudad.

La Policía secuestró cinco vainas servidas frente al predio. Uno de los disparos dio en una de las ventanas de la escuela de nivel primario. De acuerdo a los datos de la investigación a los que accedió Infobae, una de las dos instituciones había recibido un mensaje intimidatorio la semana pasada vía Facebook.

“Se suspenden las clases por prevención de los episodios de inseguridad”, fue el cartel que colocaron en la puerta del colegio. Por su parte, el jardín puso una cartulina donde avisaba: “Familias: hoy no hay clases por hecho sucedido en escuela Netri. Así fue indicado por supervisión”.

Por lo pronto, no se encontró una amenaza en el lugar.

La Policía y la AIC en la escuela Netri
La Policía y la AIC en la escuela Netri

El primer caso de un establecimiento educativo baleado en Rosario este año tuvo lugar el 6 de marzo pasado, cuando dos sicarios en moto dispararon diez tiros contra la escuela Nº 551 “Santa Isabel la Católica” ubicada en Grandoli y Ayolas, en el barrio Tablada. Allí, dejaron una nota dirigida a un preso vinculado a Los Monos.

La segunda fue la institución Nº 84 “José Mármol”, situada en Larrea al 300. El 9 de abril dispararon contra la fachada y arrojaron dos notas cuyo contenido mencionaba a reclusos que integran la presunta célula de Los Monos que opera en la zona noroeste de Rosario.

El mismo 9 de abril, pero minutos después, balearon el complejo educativo “Rosa Ziperovich” de Sabín y Juan B. Justo con notas idénticas a las halladas en la escuela “José Mármol”.

El 14 de mayo atentaron contra la institución “Estanislao López” del barrio Belgrano, de Provincias Unidas y Pampa. En ese caso también el papel tenía un mensaje de puño y letra para un preso que forma parte de la presunta célula de Los Monos que opera en la zona noroeste.

El 23 de mayo pasado atacaron otra vez al complejo “Rosa Ziperovich”. Sicarios a pie abrieron fuego contra el frente del edificio y pegaron con cinta un cartel alusivo al Servicio Penitenciario por supuestos “verdugueos” a presos de alto perfil de Piñero.

Otras escuelas como la “José Ortolani” fueron intimidadas con notas, pero no recibieron disparos.

La amenaza entregada el 6 de marzo
La amenaza entregada el 6 de marzo

No se trata solo de tiros a las escuelas. Por fuera de las balaceras, otras instituciones educativas denunciaron haber recibido intimidaciones a través de notas escritas, mensajes de Whatsapp o por redes sociales.

La semana pasada, la jefa de la unidad fiscal de Balaceras Valeria Haurigot hizo dos tandas de allanamientos por atentados contra colegios. La primera parte estuvo direccionada hacia alumnos de los propios establecimientos que mandaron esos mensajes a modo de “travesura” para no tener clases. La segunda fue contra la organización que lidera el preso Francisco Riquelme, sospechado de ser jefe de una célula del capo narco Esteban Lindor Alvarado en la zona noroeste de Rosario.

En los procedimientos contra la banda de Riquelme fue detenida Flavia A., la pareja del recluso, quien será llevada a audiencia imputativa como integrante de la asociación ilícita. Supuestamente, era la encargada de marcar domicilios para cometer balaceras y también manejaba el ingreso de celulares a la cárcel de Piñero.

Casualmente, Flavia A. fue suspendida como visita de ese penal por el plazo de 60 días por haber intentado ingresar teléfonos de forma ilegal.

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