Cómo fue la insólita captura de un pintor acusado de abusar de mellizas

Diego Mauricio Mancilla, pintor, hoy de 40 años, vivía como si la Justicia no lo buscara. Pero, sí lo hacía. Desde el 27 de agosto de 2020 pesaba sobre su cabeza un pedido de captura emitido por la Fiscalía de Instrucción N°8 de Delitos contra la Integridad Sexual de la provincia de Mendoza con una acusación grave: había sido denunciado por el presunto abuso sexual de una nena de 9 años y la violación de su hermana melliza hace seis años.

Un año y siete meses después, hace tres semanas, Mancilla fue detenido por la Policía Federal en la ciudad de Puerto Madryn, provincia de Chubut, a 1.500 kilómetros de su Mendoza natal. Pero no estaba oculto, ni había cambiado su aspecto físico. Se había mudado hace muy poco a la Patagonia y había conseguido un trabajo en el restaurante de un balneario costero.

Pero Mancilla también intentó tener sus papeles en regla y se presentó el viernes 25 de marzo pasado en las oficinas del Renaper para renovar su DNI, y modificar su domicilio. Esa torpeza encendió las alarmas de la División Sistemas Biométricos de la PFA, que gracias a un simple entrecruzamiento de datos logró identificarlo, ubicarlo, detenerlo y trasladarlo a Mendoza para ajustarse al proceso judicial en su contra.

Está imputado por los presuntos ataques que habrían ocurrido en algún momento no determinado durante 2016. Por ese entonces, Mancilla, que trabajaba como pintor, habría abusado sexualmente de M. y R., dos hermanas mellizas que por entonces tenían 9 años.

Según la denuncia en su contra, Mancilla las habría atacado a ambas por separado dentro de la casa de su padre y su abuelo, ubicadas en el Barrio 26 de Enero de la ciudad mendocina de Las Heras. De acuerdo a la acusación, a una de ellas habría llegado a violarla. Por este motivo, la fiscal Maria Virginia Rumbo lo imputó por los delitos de abuso sexual simple y abuso sexual con acceso carnal, respectivamente, por los que podría recibir una pena a seis y 15 años de prisión en cada caso.

Cuando Mancilla fue a hacer el trámite de renovación de su documento, informó como nuevo domicilio la dirección del parador “Sara Beach”, sobre la avenida Almirante Brown al 1.900, donde había conseguido un trabajo. Así, luego de que la Justicia mendocina confirmara que el pedido de captura seguía vigente, personal de la División Unidad Operativa Federal (DUOF) local se dirigieron hasta el lugar el lunes 28 de marzo pasado para capturarlo.

Esa noche, cerca de las 23.20, los policías lo vieron salir, lo esposaron y lo trasladaron hasta la Comisaría 2ª de Puerto Madryn, donde quedó detenido hasta que el juez en turno del Segundo Juzgado Penal Colegiado de la Primera Circunscripción Judicial de Mendoza, Gabriel Bragagnolo, autorizó el traslado de Mancilla de nuevo a la ciudad de Las Heras.

Luego de detenerlo, los policías notificaron en Mendoza a la madre de Mancilla, una mujer de 71 años, jubilada, que se enteró en ese llamado telefónico que su hijo estaba detenido, que había sido denunciado por abuso y que tenía un pedido de captura desde el año 2020.

En esa comunicación, la mujer contó que su hijo Diego, a pesar de que debía haber estado detenido, estuvo viviendo en Las Heras, en su propia casa, hasta febrero de este año, cuando había decidido dejar la provincia y trasladarse hasta Madryn por trabajo.

En los últimos días, Mancilla fue llevado por la PFA hasta Mendoza, a disposición de la fiscal subrogante Cecilia Bignert, que está a cargo ahora de la investigación, y seguirá detenido y a espera del juicio en su contra.

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