Dejó el “país más feliz del mundo” para vivir en Argentina: amor por Maradona y terapia con cuencos tibetanos

Yeshi Tenzin es oriundo de Bután, una de las naciones que comparten el Himalaya. En 2008 llegó al país como traductor de monjes tibetanos. Y se quedó a vivir por más de diez años. Fue paseador de perros, artesano en calles y plazas, actor en la película Focus con Will Smith y modelo de una marca de ropa

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Yeshi Tenzin, el butanés que vivió 10 años en Argentina y su terapia con cuencos tibetanos

En el país donde nació y se crió, los indicadores económicos pasan a segundo plano para darle lugar destacado y prioritario al que mide el índice de bienestar de su población, llamado IFNB (índice de Felicidad Nacional Bruta), dejando muy en segundo plano lo que tanto le preocupa, o no tanto, a los gobiernos argentinos, el famoso Producto Bruto Interno (PBI). Por eso se lo conoce como “El país más feliz del mundo”.

Yeshi Tenzin es oriundo de Bután, nación de religión budista de Asia del sur ubicada sobre el borde oriental del Himalaya, la cordillera más alta del mundo (8849 metros de altura), que además abarca varios países como Nepal, China, Birmania, India, Pakistán y la Región Autónoma del Tibet. Lo que resulta muy particular de su vida es que llegó a la Argentina de casualidad y fue el único ciudadano procedente de esa región que residió aquí. Primero como traductor de monjes budistas que acompañó en un viaje relámpago hace ya quince años. Y luego, cuando finalizó esa tarea, quedó encantado con nuestro país e hizo de todo para sobrevivir como un argentino típico que se las rebusca como puede.

Un budista suelto en Argentina

Al principio fue paseador de perros, oficio que según su propio testimonio y experiencia, le ayudó a aprender a hablar el idioma castellano, con limitaciones, claro, pero supo hacerse entender hasta lograr un nivel más fluido. Más tarde, cuando casi lo hablaba perfectamente, pasó a ser encargado de “Al queso, queso”, conocida cadena relacionada con los lácteos, luego artesano en el Barrio Chino y las plazas del barrio de Belgrano por su habilidad para la creación de aros, pulseras, dijes y collares, modelo publicitario de la indumentaria Bolivia, y coronó su crecimiento personal cuando, “busca”como era, se animó a la actuación y tuvo un bolo en la película Focus, que rodó en la Argentina nada menos que Will Smith, destacado actor y también productor cinematográfico y discográfico estadounidense muy consustanciado con el rap.

Una imagen de Tenzin con el actor will smith durante el rodaje del film Focus en Argentina
Una imagen de Tenzin con el actor will smith durante el rodaje del film Focus en Argentina

Hasta que un día le ofrecieron por su manejo de idiomas ser el recepcionista del restó Pizza Cero, un clásico de Buenos Aires con una historia de tres décadas instalado en la tradicional esquina de Libertador y Tagle, al que concurren gran cantidad de turistas, además de su clientela local. Yeshi cuenta que hace casi diez años un músico que conocía y supo tocar en el local le presentó a los propietarios, Jorge González y Ezequiel, su hijo: “Ni siquiera pidieron mis antecedentes y trabajé como cajero con toda la responsabilidad que eso implica. Después estuve a cargo de todo lo que tenía que ver con las relaciones públicas, tema que me encanta por el contacto con el público, nacionales y extranjeros, porque uno aprende de todos, de las distintas culturas”, detalla.

Tenzin recuerda parte de su infancia y cómo fue que llegó al país de manera bastante fortuita en 2008: “Mis padres nacieron en el Tibet y al año de que yo naciera se exiliaron en la India para preservar sus vidas evitando las disputas por territorios. Estudié y me capacité en una escuela pública tibetana que funcionaba en un templo. Me enseñaron a cultivar maíz, arroz, y experimenté con el arte haciendo piezas con mis propias manos. La filosofía tibetana te dota de coraje y energía para superar el sufrimiento. Y trato en lo que está a mi alcance de reproducir y contagiar esa forma de transitar por este mundo tan particular y positiva. Todo eso me sirvió para generar y encabezar encuentros con el fin de meditar con cuencos tibetanos, que son sencillamente elementos e instrumentos para ayudar a sanar, a curar, a relajar, intentando lograr efectos saludables en las personas en todo lo que tiene que ver con lo espiritual, emocional, psicológico, mental y corporal, buscando reducir estrés y ansiedad para alcanzar mejor creatividad y concentración de nuestro cerebro”.

Yeshi Tenzin es fanático de Maradona, Messi y la Scaloneta
Yeshi Tenzin es fanático de Maradona, Messi y la Scaloneta

Viaje a la tierra de Maradona

Mientras desarrollaba todas estas movilizantes experiencias en un monasterio como voluntario en la India colaborando además en la enseñanza de idiomas porque hablaba siete de los dieciocho del país, al templo llegó una comunicación de la Argentina: “Lo primero que pensé fue ‘¿Argentina? ¡Maradona!’. Resulta que un empresario de tu país proponía invitarnos a dar charlas en su hogar. Era fan del chamanismo, la Pachamama, el yoga, el budismo, el catolicismo, se la pasaba aprendiendo y buscando nuevas cosas para mejorar el espíritu. Y hacia allá fui acompañado por dos monjes del Tibet. Yo sabía algo de español y recuerdo que cuando en el colegio habíamos estudiado sobre la Argentina me encantó. Así que no quise desaprovechar semejante oportunidad y partimos con visa por medio año. Pero finalizada la tarea me propuse quedarme. Así llegué a trabajar en “Al queso, queso”, porque quien nos había invitado y se hizo cargo de todos los gastos me dio trabajo allí ya que era el responsable de esa cadena. Comencé paseando sus perros y enseguida estaba a cargo de quienes trabajaban en el establecimiento del shopping Unicenter. Cuando quebró, a principios de 2012, me las rebusqué, como dicen en la Argentina, aplicando lo que había aprendido con las artesanías y hacía y vendía aros, dijes y pulseras en las calles. Fue hermosa la experiencia porque así conocí a una chica argentina y nos fuimos a vivir por la zona de Martínez”, rememora.

Un año más tarde volvió a producirse un hecho mágico en su vida que le generó expectativas en roles que hasta el momento no había explorado, pero fiel a su costumbre, se atrevió y no dijo que no. Mientras vendía sus artesanías en el Barrio Chino, obra de las casualidades se cruzó con una joven amante del budismo, se quedaron conversando y entre otras cosas le comentó que había desarrollado algún papel como actor en la India. Ella sabía que estaban rodando la película Focus en el país y además conocía a integrantes de la producción. Así llegó a tener trato directo con su protagonista, Will Smith, y también conoció a dos argentinos que participaron del filme como Justina Bustos y Juan Minujín. “Will me trató como si fuese su amigo, no podía creer el trato para conmigo y todo el staff tanto de artistas como de técnicos, un señor en todo el sentido de la palabra”, resume.

Como butanés se siente orgulloso de su país al que regresa cuando sus variadas actividades se lo permiten: “Tengo toda mi familia en la región, incluidos dos hijos con una mujer tibetana, una chica de 26 años y un varón de 23. Viven felices allá. En el 70 por ciento del país existen bosques, lo que hace que el aire sea de máxima pureza. Todos los habitantes basan su vida en la disciplina como fieles budistas, en medio de una monarquía constitucional muy libre, que tiene como principal objetivo que todos sus residentes tengan vivienda y también salud sin costo. Mi país está dividido en veinte distritos y limita al norte con China, con India, con la Región Autónoma del Tíbet. Es pequeño y residen casi 800 mil ciudadanos. Nuestro idioma es el dzongkha. Sus orígenes tienen que ver con la llegada del budismo por intermedio de los tibetanos que expandieron el territorio en medio de repetidos conflictos bélicos”, detalla acerca de su procedencia, y agrega sonriente, fiel a la tranquilidad de su carácter, otra de las tantas anécdotas de su vida en la que cuenta otra interesante oportunidad de trabajo: “Me pasó también mientras ofrecía mis artesanías en las calles. Alguien observando mis rastas y vestimenta típica de mi país me preguntó si me atrevía a hacer de modelo para una campaña. Era un fotógrafo muy conocido acá, el Chino Zavalía. Terminé trabajando para la marca Bolivia, no podía creer cuando veía los afiches con mi cara...”.

Paralelamente y de acuerdo con su formación cultural y espiritual obtenida desde niño en los templos budistas, continuó también liderando encuentros de meditación y yoga no solo en Buenos Aires, también recorriendo una docena de provincias, en especial del norte: “Intentando pacificar almas y sentimientos para que quienes concurren calmen su interior aplicando la filosofía budista sin ser monje, eso está claro. Empleo los cuencos tibetanos, canto mantras, que generan sonidos de metales para limpiar chakras, meditar, tengo mi propio altar en el que hago oraciones para ayudar a los demás. Son enseñanzas milenarias del budismo que aprendí desde chico en el colegio al que asistía y estaba instalado en un templo”, describe.

Yeshi Tenzin, como recepcionista en el mítico restó porteño Pizza Cero
Yeshi Tenzin, como recepcionista en el mítico restó porteño Pizza Cero

Las pasiones argentinas de Yeshi

Desde hace poco más de un año, Yeshi dejó la Argentina con bastante nostalgia porque mantiene los mejores recuerdos, no solo por el trato de la gente a la que define como “cálida, cordial y amistosa”. También siente pasión por nuestro fútbol y asegura que festejó como un argentino más el Mundial logrado en Qatar ante Francia. “Soy fan de Messi y amo al Dios Maradona. Y como soy arquero, aunque hace rato no voy al arco, así me sigo sintiendo. Idolatro al Dibu Martínez, es de otro planeta, yo digo que puede volar hasta la cumbre del Himalaya si lo desea. En la música tengo devoción por Gustavo Cerati y Charly que son lo más. El problema del país son los políticos que hacen daño y sus compatriotas sufren por eso injustamente. Siempre digo con bronca que en Argentina el dólar no tiene techo y el peso no tiene piso. Pero su gente es maravillosa y merece vivir mejor”.

Ahora Yeshi está en Málaga, España, con su propio emprendimiento, ayudando al prójimo con su terapia basada en los cuencos tibetanos con @viajeshimalaya como yogi viajero, donde se pueden conocer sus fascinantes tours o en su instagram oficial @ishitenzin. Y sigue recorriendo el mundo. En Italia conoció a Claudia y con ella comparte la vida y un nuevo proyecto que desarrollan juntos por el resto de Europa. Aunque confiesa que las máximas emociones las vivió cuando regresó a Nepal, India, El Tibet y su Bután natal, todas regiones entrañables para él ya que en esos países se encuentra repartida su familia. “Amo esas tierras, pero mi sentimiento también está en la Argentina, en la que aprendí a hacer de todo y me hicieron sentir uno más de ustedes”.

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