Eva Perón, Facundo Cabral y Jorge Bergoglio: las voces sudamericanas de San Francisco de Asís

El papa Francisco firmó su última encíclica frente a la tumba de San Francisco de Asís, patrono de Italia. En 2013 Jorge Bergoglio había elegido ese nombre para su pontificado. Pero previamente otras figuras de nuestra historia hicieron del “poverello” un norte en sus obras

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Facundo Cabral, Jorge Bergoglio y Eva Perón. Encontraron inspiración en San Francisco de Asís

El 3 de octubre de 1226 muere en la ciudad italiana de Asís, Francisco, originalmente Giovanni di Pietro Bernardone, a los 44 años de edad. Fue canonizado por la Iglesia Católica en 1228 y desde entonces cada 4 de octubre se conmemora y celebra el día de San Francisco de Asís.

El “poverello” (pobrecillo) de Asís representa una corriente dentro de la Iglesia Católica que apela a la vida austera y simple. De hecho los seguidores del santo patrono de Italia adoptaban como forma de vida el despojo de toda riqueza.

Esta actitud se transformó en un carisma que la orden franciscana llevó y aún conserva en su trabajo pastoral, su formación y aspecto vocacional. Los textos escritos por San Francisco ponen en evidencia el amor hacia la naturaleza, los animales y toda la creación, y la convivencia pacífica en comunidad.

La relevancia de San Francisco es universal; no sólo es valorado por los católicos desde una cuestión de fe sino también por otros intelectuales, políticos, líderes de todas partes del mundo, que toman su pensamiento como una fuente de inspiración. Los nombres de las ciudades de San Francisco y Los Ángeles en Estados Unidos encuentran su justificación por el Santo y por la basílica de Santa María de los Ángeles que se encuentra al pie del monte Subasio. En su “Otro poema de los dones”, Jorge Luis Borges menciona a Francisco y lo pone en eje de relevancia de todo lo que, según el escritor, merece agradecer en el divino laberinto de las causas y los efectos.

Entre las personas más relevantes de nuestra historia se encuentra Eva Perón. Ella nació en la ciudad bonaerense de Los Toldos en 1919. Su biografía y protagonismo en la historia argentina ya son parte de la memoria colectiva de todas las generaciones. Fue también una mujer que encarnó y profesó el carisma del santo de Asís. De hecho, fue nombrada hermana de la primera orden franciscana en su gira diplomática en Italia en junio de 1947. Este reconocimiento se debió entre otras cosas a sus colaboraciones y ayudas a las poblaciones más afectadas de la posguerra europea.

El Fray Pedro Errecart fue inicialmente muy cercano al ex Presidente Juan Domingo Perón y en efecto conoció a Eva Duarte. Su relación se potenció con el correr del tiempo y además de organizar el sacramento del matrimonio de la pareja presidencial en la iglesia San Francisco de Asís de La Plata, fue quien participó en el armado de la agenda de la llamada “Gira del Arcoris”, el viaje diplomático de Evita por Europa.

Los vínculos entre Evita y los franciscanos fueron muy estrechos. De hecho, cuando Perón fue derrocado, nos cuentan fuentes del Museo Evita, la familia Duarte se refugió en la Embajada de Ecuador en Buenos Aires desde donde, reservadamente, se organizó su traslado a Chile bajo la protección de los franciscanos, donde obtuvieron asilo hasta que pudieron regresar al país.

La obra de la Fundación Eva Perón siguió el ejemplo del “poverello” en el desarrollo de políticas y trabajo social para los más vulnerables. La construcción de hospitales y de escuelas que aún siguen en pie y centros de atención para la niñez y la ancianidad. Todo un proceso de ampliación de derechos que convirtió a “la Señora”, como se la llamaba, en una referente para los desposeídos.

En una visita a la ciudad de La Plata, para un aniversario de la localidad, Eva conocería a Facundo Cabral, que en ese momento era solamente un niño de unos nueve años de edad. Cabral logra saltar las vallas de seguridad en una plaza colmada de gente que recibía a Peróòn y a Eva y estrecharle la mano a la entonces primera dama. Evita lo invita a subir al vehículo y habla con él -¿Quería decirme algo?-, le habría preguntado el presidente. -Sí, ¿hay trabajo?-, respondió Facundo. En un reportaje Cabral contó que Eva Perón, en ese momento dijo la primera “frase ética” que él escuchó en su vida, y que lo acompañaría por siempre: “Por fin, alguien que pide trabajo y no limosna”. Gracias a esta conversación, logró que su madre obtuviera empleo y toda la familia se trasladó a la ciudad de Tandil.

Eva Perón desarrolló una intensa actividad de ayuda social a través de su fundación.

Evita muere un 26 de Julio de 1952, es vestida con la túnica blanca de los franciscanos y un mes después éstos celebrarían un funeral propio de la orden.

Ese mismo año, Facundo Cabral cumplía 14 años en la cárcel. Después de una infancia violenta y desprotegida termina preso. En esa cárcel conoció a Simón, un sacerdote jesuita que le enseñó a leer y a escribir y que lo acompañó en todo su trayecto de educación primaria y secundaria que Cabral completó en pocos años.

“Hay medio mundo esperando con una flor en la mano, y la otra mitad del mundo, por esa flor esperando”, decía el trovador latinoamericano por excelencia. Cabral no tuvo una vida fácil, alejada de conflictos y pobreza. Pero fue uno de los personajes argentinos que más se hizo eco de su vida personal para transformarla en poesía y también en una suerte de militancia artística.

En el año 1996 la UNESCO lo declaró “Mensajero mundial de la paz” y entre sus obras escritas hay una importante cantidad dedicada e inspirada en San Francisco de Asís, más allá de grabar entre sus álbumes la oración simple de San Francisco, “Señor hazme instrumento de tu paz”. “San Francisco decía lo que tal vez sea la fórmula de la felicidad: deseo poco y lo poco que deseo lo deseo poco”, cuenta el trovador mientras nos introduce en el poema que escribió y tituló La Vida Sencilla.

“Procura tú, que tus coplas vayan al pueblo a parar. Que al volcar el corazón en el alma popular, lo que se pierde de nombre se gana en eternidad”. Facundo Cabral, en todos sus encuentros, conciertos y monólogos tuvo presente a San Francisco de Asís como ejemplo de pobreza, de sencillez, y de la búsqueda de la felicidad en las simples cosas.

El trovador Facundo Cabral

Lejos de pensar en una idea errónea de “naturalización” de la pobreza, el espíritu de las enseñanzas de San Francisco intenta ahondar en la vida simple y el amor fraternal. Dos pilares claves en la composición artística del trovador que inmortalizó la canción “no soy de aquí ni soy de allá (...) y ser feliz es mi color de identidad”. Murió en 2011 en Guatemala, víctima de un ataque mafioso que no le estaba dirigido. Dos años después otro argentino pondría a San Francisco en la escena mundial.

Desde su elección en 2013, el Papa Francisco actualiza una presencia sin precedentes de este eje franciscano en el tablero político y espiritual internacional. El nombre de su pontificado resulta ser una inspiración por las primeras palabras que escuchó de la voz del Cardenal Claudio Hummes una vez elegido como sucesor de Pedro en la Capilla Sixtina: "No te olvides de los pobres”.

Esta impronta fidelizó a idea del Santo italiano que luego el Papa profundizó con la encíclica Laudato Sí, sobre el cuidado de la casa común, de todo lo creado. Pero también por sus formas, sus modos y su estilo de vida: austero, simple y misionero.

Jorge Bergoglio en Asís, la ciudad del Santo cuyo nombre eligió para su pontificado: Francisco

Otra línea fundamental del pontificado de Bergoglio es la lucha contra la cultura del descarte. Tomando en consideración la vida simple y la búsqueda de la felicidad en la sencillez y poniendo en tela de juicio “el culto al Dios dinero” y los elevados estándares de consumo que abstraen a las juventudes y aíslan los polos de la vida.

Jorge Bergoglio no es ajeno a Eva Perón ni a Facundo Cabral; más allá de su nacionalidad argentina, son muchos los puntos de encuentro entre estos tres personajes claves en la historia de nuestro país, y por qué no del mundo. A los tres los unieron hechos en distintos puntos de sus vidas. Son el ejemplo más cercano del efecto multiplicador que una idea, un sentimiento, un llamado espiritual, pero principalmente la empatía y la sensibilidad fusionada con el intelecto hacia la otra persona, puede generar en el transcurso de la historia.

Cada uno de ellos representa el escandaloso grito de generaciones y sociedades que lejos de buscar honores, renuncian al establishment y ponen su vida, integral, a disposición de la hora. Vivir y ejercitar enseñanzas de amor y empatía, y transformarla en derechos, en arte y en fe.

Parafraseando entonces a Evita, a Cabral y al Papa, en este año tan peculiar e interrogativo, podemos decir que la mirada es siempre hacia la otra persona, que el amor alarga la mirada de la inteligencia, y que por eso siempre debemos elegir, antes que por nosotros mismos, por nuestros hermanos, porque nadie se salva solo.

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