A mediados del mes pasado, el ex juez a cargo de la búsqueda de Santiago Maldonado, el doctor Guido Otranto, aseguraba en una entrevista al diario La Nación que "la hipótesis más razonable" indicaba que Maldonado se habría ahogado en las aguas del río Chubut. Sus palabras no tenían un fundamento férreamente cierto, decir que Maldonado podría haberse ahogado era una opción en un amplio abanico de opciones.
En aquella entrevista, Otranto -cuya actuación fue fuertemente cuestionada por la familia del joven artesano y tatuador y por organismos de derechos humanos como el CELS, con repetidos pedidos de recusación que lo corrieron del expediente- aseguraba que no había elementos para indicar que Maldonado pudiera "haber sido herido de gravedad por un disparo a corta distancia o una piedra, por uno o más gendarmes". Por el otro lado, también descartó que los 20 gendarmes que declararon hayan acordado previamente lo que iban a testificar. "Es muy difícil que todos se hayan puesto de acuerdo es poco probable. En algún punto las diferencias de visión y de datos surgen en una testimonial. No lo descarto, pero no estoy encontrando nada que me esté haciendo sospechar que hay un armado previo en sus declaraciones", argumentó.
Hoy, son horas críticas nuevamente para la familia Maldonado y para la Argentina. Los cálculos de Otranto, hoy reemplazado por el juez Gustavo Lleral, tienen un eco peculiar. El cuerpo hallado a comienzos de la tarde del martes en el río Chubut, enredado entre las raíces de sauces, a 300 metros de la comunidad mapuche de Cushamen, es el de Santiago Maldonado. Pero la cautela sobre la información es clave, los peritos están realizando la autopsia y no se conocen aún la data y causa de muerte del joven artesano.
En sí, quedan 81 días de hipótesis, pericias y versiones encontradas:
-La semana pasada, la diputada Elisa Carrió lanzó en el debate de candidatos a la Ciudad su propio cálculo: Carrió estimaba "un 20%" de posibilidades de que Maldonado estuviera en Chile, ocultado por la Resistencia Ancestral Mapuche. Poco después, Carrió pidió disculpas por sus dichos.
-En su presentación ante el Congreso, la ministra Patricia Bullrich elaboró la teoría de la puñalada: en un supuesto ataque de la RAM a mediados de julio, Evaristo Jones, un puestero de una estancia propiedad de Luciano Benetton en Epuyén, habría atestado un golpe con un objeto cortante a un hombre. Jones luego lo negó, aunque quedó un rastro de sangre en su ropa. El rastro fue analizado: no correspondía a Maldonado.
-Luego estuvieron los viajes a dedo, un Maldonado solo y confundido, en bicicleta o a pie, reportes de que Pedro Miño, un camionero de 73 años, lo habría encontrado en Entre Ríos a comienzos de agosto, a la altura de la localidad de Ceibas. A comienzos de septiembre, una pareja de fueguinos se presentó en una comisaría de Rio Grande para asegurar que "lo levantaron" en la ruta el 22 de agosto.
-La versión puntana fue quizás la más tragicómica de todas: una peluquería en Villa Mercedes fue allanada por orden del juez Otranto luego de que un rumor indicara que un joven posiblemente Maldonado, se habría cortado el pelo allí. Otro joven se presentó poco después para afirmar que él mismo había sido quien se había cortado el pelo.
-A comienzos de septiembre, el Servicio de Huellas Digitales Genéticas de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires determinó que no hay compatibilidad entre el perfil genético de Santiago Maldonado y las muestras obtenidas en distintos vehículos de la Gendarmería. En un extenso comunicado, el Juzgado Federal de Esquel comunicó los resultados de varias pruebas, entre las cuales se encuentran las pericias registradas en las camionetas en las que se sospechaba que el joven artesano pudo haber sido trasladado el 1° de agosto, luego de participar en la protesta sobre la ruta 40. El informe pormenorizado tomó 80 muestras de ADN y las comparó con las referencias obtenidas de Enrique Aníbal Maldonado, Stella Maris Peloso y Sergio Maldonado, padres y hermano del artesano.