En Lima, los vecinos suelen mirar con recelo a los extraños que rondan sus barrios. Pero el domingo primero de junio, ni el recinto sagrado de la iglesia Santo Cristo en el sector de Ermitaño, en el distrito de Independencia, resultó intocable para la delincuencia. Durante la celebración de una catequesis especial con catequistas y decenas de jóvenes feligreses, la fe y el sosiego habitual se vieron abruptamente interrumpidos cuando dos sujetos armados irrumpieron en plena ceremonia para robar a todos los presentes. Ni el sacerdote a cargo, entregado a su labor pastoral, pudo escapar del asalto.
Temor en la parroquia del Ermitaño
La mañana transcurría entre oraciones y lecturas religiosas. Los bancos de la parroquia Santo Cristo acogían principalmente a jóvenes en torno al catecismo dominical. En ese ambiente de recogimiento, el desconcierto estalló apenas dos sujetos irrumpieron, desenfundando armas de fuego, y exigieron a gritos que todos entregaran sus pertenencias. Cualquier intento de resistencia habría significado un riesgo mayor. Los hampones pasaron banco por banco, vaciando bolsos y otras pertenencias personales.
El sacerdote fue uno de los más afectados: de acuerdo con declaraciones recogidas entre testigos y la propia Policía, los delincuentes le arrebataron más de 3000 soles. En pocos minutos, el grupo que normalmente custodia el alma y la vida espiritual de la comunidad se vio sometido, ante la mirada atónita y el temor de la concurrencia.
Vecinos entre la indignación y el reclamo por seguridad
Las voces entre los vecinos manifestaron su indignación porque ni la iglesia, considerada tradicionalmente un espacio de respeto y protección, se salva ya de la violencia cotidiana. “Está muy mal, ya no hay respeto. Ni la iglesia respetan”, lamentó una vecina al noticiero 24 Horas. Otros apuntaron a la falta de vigilancia, advirtiendo que los domingos la zona suele quedarse más desolada y con menos patrullaje. Una feligrés habitual describió cómo se incrementan los riesgos en la intersección próxima a la parroquia, un cruce donde, según su testimonio, los asaltos se han vuelto frecuentes.
“No hay suficiente serenazgo, ni patrulleros. Los domingos es cuando más se siente el peligro porque está más vacío”, explicó otro residente.
La historia no terminó en el templo. Cuando los delincuentes escaparon, varios feligreses decidieron actuar. Lograron atrapar a uno de los responsables mientras intentaba huir. Poco después, agentes de la Policía llegaron al lugar y lo trasladaron a la Depincri de Independencia. La sorpresa llegó cuando, revisando cámaras de seguridad de la zona, descubrieron que el detenido había asaltado horas antes a un adolescente y una niña en la misma colonia. Vestía la misma ropa que durante el asalto en la parroquia y se hacía pasar por vecino, cargando una bolsa de pan. A las menores las amenazó para que entregaran todo su dinero y pertenencias, antes de escabullirse por un pasaje lateral. Por el momento, las investigaciones continúan para identificar plenamente a los autores y establecer si forman parte de una banda dedicada a robos en la zona.
La ola de delincuencia no da tregua en Lima
Este episodio evidencia un problema creciente en el país: el repunte de la inseguridad ciudadana y la frecuencia con la que se reportan asaltos, incluso en lugares tradicionalmente seguros como templos, mercados o espacios públicos.
Según el informe “Lima y Callao Según sus Habitantes” de 2024, la percepción de inseguridad ciudadana se incrementó notablemente: el 80.2% de los encuestados considera que este es el principal problema, frente al 70.9% registrado en 2023. Le siguen el transporte público, con el 34.2%, y temas como la limpieza y la corrupción, que mantienen porcentajes similares al año anterior. El 77.44% de los habitantes expresó sentirse inseguro en su ciudad, cifra que asciende a 80.9% en mujeres y desciende a 73.5% en hombres. Apenas el 6.2% siente seguridad, siendo este porcentaje todavía menor en mujeres, con solo 3.7%.