En un operativo de gran impacto llevado a cabo en São Paulo en Brasil, las autoridades lograron capturar a miembros clave de la banda criminal peruana Los Injertos del Cono Norte, acusados de secuestrar a una joven peruana y de múltiples crímenes violentos.
El arresto se produjo tras una valiente acción de la víctima, quien, antes de ser completamente capturada, envió su ubicación a su madre en Lima utilizando la aplicación WhatsApp. Este mensaje de auxilio permitió a los oficiales brasileños intervenir rápidamente y así, evitaron que la joven fuera más tiempo retenida.
La banda, conocida por su extrema violencia y su involucramiento en diversas actividades ilícitas, está liderada por Jhan Pier Guevara Dávalos, conocido como “Jean”. Guevara, de 21 años, tiene un largo historial delictivo en Perú, relacionado con tráfico de drogas, secuestros, sicariatos y otros delitos violentos, de acuerdo con el informe de 24 horas de Panamericana TV.
Aunque logró escapar minutos antes del operativo policial, las autoridades de Brasil capturaron a otros miembros peruanos de la banda, incluyendo a Hanssel Oneill Díaz Espinoza y Misuki Mariana Guevara Dávalos, hermana del cabecilla.
La víctima, quien estuvo cautiva durante más de 18 horas en una vivienda al este de São Paulo, se las arregló para enviar su ubicación antes de que los secuestradores le incautaran el celular. Gracias a esta información crucial, la policía brasileña pudo actuar con rapidez y rescatarla.
Sin embargo, lo que más estremeció a las autoridades fueron los métodos utilizados por los criminales. Durante el secuestro, los miembros de Los Injertos del Cono Norte enviaron videos de tortura y amenazas de muerte a la familia de la víctima, un modus operandi característico de este grupo.
Los secuestradores enviaron una frase explícito a los familiares en el que se lee: “No se mata gente inocente, muerto se paga con muerte”.
Buscan operar en otros países sudamericanos
Este secuestro no es un caso aislado. Los Injertos del Cono Norte son una organización criminal con raíces en Perú, pero que ha comenzado a expandir sus operaciones hacia otros países de la región, incluyendo Brasil y Chile. La banda ha logrado forjar alianzas con otras organizaciones en Brasil, lo que ha incrementado la gravedad de la situación.
Según los medios brasileños, los miembros de esta banda también estarían vinculados al asesinato del esposo de la víctima, ocurrido en diciembre, lo que añade una capa de complejidad al perfil de este grupo.
La expansión de esta organización fuera de Perú ha generado gran preocupación entre las fuerzas de seguridad de ambos países. Las autoridades peruanas ya están al tanto de las actividades de la banda en Brasil y han comenzado a coordinar esfuerzos con sus homólogos brasileños para desmantelar la red de tráfico de drogas, secuestros y otras actividades criminales,
En este contexto, los equipos de inteligencia de Perú y Brasil están colaborando de manera estrecha para rastrear y neutralizar las operaciones de este grupo.
José Baella, exjefe de la Dircote (Dirección Contra el Terrorismo y el Crimen Organizado de Perú), advirtió, en conversación con el citado medio de comunicación, que esta organización ha alcanzado un nivel de transnacionalización preocupante, con presencia confirmada no solo en Perú y Brasil, sino también en Chile.
Esta expansión ha convertido a Los Injertos del Cono Norte en una amenaza de carácter regional, lo que exige un enfoque coordinado entre los países sudamericanos para hacer frente a la creciente presencia del crimen organizado.
Las investigaciones también han revelado que Los Injertos del Cono Norte están trabajando en alianza con otras bandas criminales brasileñas, que se dedican al tráfico de drogas, creando una peligrosa fusión de organizaciones que operan con impunidad en varios países.
Estas conexiones internacionales son una clara señal de la sofisticación y expansión de los métodos delictivos de este grupo. Además de los secuestros, se sabe que esta organización también está involucrada en el tráfico de drogas, lo que les ha permitido obtener grandes ganancias, a la vez que alimenta el ciclo de violencia y desestabilización en la región.