
Un símbolo de libertad que demostró que el arte drag trasciende los límites sociales y culturales. Verlo en el escenario era algo fascinante, que hipnotizaba. Brillaba incluso cuando los reflectores de los escenarios estaban apagados. José Antonio Tassi Curotto dejó una huella imborrable en el arte de crear magia a través del transformismo. Antes de ser reconocido como Jossie Tassi, ya dejaba un rastro en el Callao, el puerto que lo vio nacer y morir.
Fue sobrino del gran actor cómico Rumildo Curotto. El juego de identidades era un legado familiar. Su tío llegó a la televisión bajo el nombre de Álvaro González. Fue una de las figuras del programa Risas y Salsa. Uno de sus personajes se ganó el cariño de los peruanos, por lo que era reconocido como ‘Guayabera Sucia’.

José Antonio busca a Jossie
Desde temprana edad, mostró un gran interés por el mundo del espectáculo. Creció en la acogedora casa familiar ubicada en la avenida Buenos Aires 1010, en el corazón del Callao. Fue allí donde descubrió su pasión por el baile y la actuación, encontrando en el programa de la animadora infantil Yola Polastri una plataforma para desarrollar su talento.
Formó parte del elenco de bailarines. Cada uno de ellos eran conocidos como ‘Burbujitos’. Su carisma y habilidades le permitieron destacarse, y poco a poco fue ganando reconocimiento. Esta primera experiencia, que fue como una escuela para él, le permitió descubrir una forma de expresión artística que, hace unas cuantas décadas, era considerada como escandalosa, grotesca, inmoral: el transformismo.
Cuando llegó a los veintes, nació Jossie Tassi, que le permitió autodescubrir su destreza para capturar la feminidad de los personajes. Destacó por personificar a íconos cinematográficos como Marilyn Monroe y Madonna, pero adaptadas a su esencia, con atuendos muy llamativos y bailes que dejaban a los asistentes con ganas de ver más.
Studio One y otros locales se convirtieron en su hogar. Coincidió con las estrellas del momento, Javier Temple –uno de los pioneros del transformismo desde los años setenta– Paco Ferrer, Coco Marusix, Naamín Timoyco y Toño Rodríguez. Con este último formó una amistad inquebrantable, quizás por sus orígenes chalacos y por ese objetivo de salir adelante.
El archivo de Internet no hace justicia a las presentaciones que realizó. Entre los pocos videos a los que ha podido acceder Infobae Perú, se encuentra su participación en el programa Fuego Cruzado, conducido por Álamo Pérez Luna y Mariela Patriau en ATV en 2007.

La gloria en el olvido
Acostumbrado a la cadena de aplausos, fue un suceso doloroso para él cuando desapareció de los escenarios, sin dejar rastro alguno. Según un informe presentado en el programa La Noche es Mía de Frecuencia Latina, el artista estaba en busca de nuevas oportunidades para regresar por todo lo alto, a pesar de mencionar la presencia de personajes sombríos que se lo impedían.
Después de esta declaración, no se supo nada de él, ni de su paradero. Para reconstruir esa vida que retomó como José Antonio, Infobae Perú se contactó con Pablo Boggio, amigo cercano de Jossie y compañero de aventuras escénicas.

Lo conoció cuando tenía 17 años, compartiendo giras con la obra de teatro de Peter Pan. Juntos trabajaban como payasitos en shows infantiles, por lo que la pionera de las drag queen peruanas se convirtió en su maestra, enseñándole a maquillarse
“Era una persona de un corazón enorme. Si veía a alguien que necesitaba aprender o algo, él estaba a la orden de brindárselo. Nos queríamos mucho, como hermanos. Era de un corazón grande. A él no le importaba la plata, solamente que las personas estén contentas y felices; eso es lo que más llenaba este su corazón”, comentó Boggio.
Recuerda que, cuando a su suegra le detectaron cáncer, y perdió el cabello por las quimioterapias, Jossie Tassi conmovió a su familia con un hermoso gesto: “La levantó y la metió el cuarto. Al salir, ella estaba maquillada, alegre y con una peluquita bonita. Nos hizo botar lágrimas. Para él, nada era difícil o imposible”.

Después de la muerte
El miércoles 7 de marzo del 2012, su rostro apareció en las noticias de último minuto: se informaba el lamentable fallecimiento de la drag queen. Tenía 44 años. Fue hallado semidesnudo por un familiar, dentro de su habitación que se encontraba en el segundo piso.
Se buscó mantener en reserva la causa de muerte, pero la prensa comenzó con las especulaciones. Se buscaba explicar qué paso con el artista. Este suceso dejó en evidencia la marcada línea de homofobia que reinaba con más fuerza en el Perú. Los titulares que lo calificaban como ‘maricón’ o ‘afeminado’ mostraban una vez más los peligros que vivían —y siguen viviendo— los miembros de la comunidad LGBTQ+

Una depresión alimentada por la indiferencia
Estaba destruido en vida. Sus amigos del barrio y del transformismo comentaron que se encontraba ahogado en la tristeza porque no lo querían en ningún local. Paso de tener una vida humilde y de alegría, a una donde tenía que sobrevivir a la indiferencia.
“Lamentablemente en nuestro país, cuando ya tenemos una edad, no nos llaman, no quieren darnos trabajo. Digamos que... somos un estorbo, por más artista que seamos. Él comenzó a sufrir cuando ya no lo llamaban hacer eventos. Se dedicó a pintar cuadros. Su familia siempre estuvo ahí. Cuando me dieron la noticia, fue un golpe muy fuerte. Lo bueno es que está en un mundo mejor, tranquilo, brillando, que nos cuida y protege. Lo extraño mucho y donde quieras que estés, amigo, mi hermano, te mando un beso y un abrazo”, reveló su amigo Pablo.
Durante una entrevista exclusiva que nos concedió Toño Rodríguez, era inevitable preguntarle sobre Jossie Tassi, su amigo y cómplice de travesuras en las funciones de teatro.

La ‘madre de madres’ del Valetodo Downtown nos comentó que, el fin de semana previo a su suicidio, estuvieron divirtiéndose en la famosa discoteca miraflorina.
“Fuimos a mi casa, hemos estado todo el domingo hasta el lunes, se ha ido y el martes se mata. Nunca me dijo nada. Nunca me dijo que estaba deprimido, nada. Creo que estuve algo resentido por lo que pasó”. ‘Toñizonte’ menciona que, durante el velorio, la madre de Jossie le pidió que le colocara un rosario en la mano. “Él te quería tanto. Siempre hablaba de ti”.

“Jossie no ha muerto. Solo mueren los que no han dejado huella, y la huella de su tacón es muy grande. Esas, no se borran”, recitó el activista gay y drag queen, Juan Carlos Ferrando en un homenaje que hizo en YouTube sobre su gran amigo, de quien no se pudo despedir. Netjoven recogió su testimonio en el que dejaba en claro que no deseaba enterarse de la causa del fallecimiento porque eso le generaría más dolor.

Su paso por este mundo no se quedó en el olvido. Pese al tiempo, sigue siendo una de las inspiraciones para las nuevas generaciones de transformistas y drags. Era sarcástico, excéntrico, con una personalidad arrasadora y con un carisma peculiar que se fue desgastando por ese maldito trastorno depresivo que te aísla, te parte en pedazos y te arroja a la tristeza más profunda.




