Apostado en un palco del recinto de la Cámara baja, Javier Milei siguió la jura de los nuevos diputados. Fue un hecho inédito: nunca antes había ocurrido que un presidente participara de esta ceremonia. El mismo Milei que dio su primer discurso ante la Asamblea Legislativa de espaldas y denostando con improperios a los legisladores, se mostró ahora celebrando eufórico la composición del nuevo Parlamento.
En el oficialismo sobraron motivos para el festejo. Para JM la jornada fue la materialización de un sueño cumplido. Llegar a componer la primera minoría era un hecho impensado pocos días atrás.
Desde el palco libertario se ovacionó a Martín Menem, reelegido como presidente del cuerpo. No es para menos: la conducción del riojano garantiza la facultad para integrar las comisiones claves para ir adelante con las leyes que se pretende tratar. Es un montón.
Esta vez el show corrió por cuenta y orden de una oposición en estado de máxima excitación. El aporte coral de algunos libertarios hizo el resto.
Las fórmulas elegidas a la hora de jurar aportaron ese tono de comedia tragicómica al que nos tiene acostumbrado el estelar reparto de los legisladores. No faltó nada.
Algunos juramentaron por Venezuela, otros por Gaza, muchos por los 30.000 desaparecidos y otros tantos —créase o no— por la libertad de Cristina Fernández de Kirchner.
Cabe agradecer que no sumaran juramentos y plegarias para evitar el decomiso de los bienes de la corrupción, un operativo que la Justicia ha comenzado a ejecutar en estos calientes días de diciembre.
Entre la gritería y el ridículo sobresalió la provocación. Muy especialmente la que ejerció Juan Grabois, quien giró hacia el palco presidencial levantando los tres dedos que evocan el porcentaje de las coimas de la ANDIS denunciado en los audios de Spagnuolo. Martín Lousteau hizo lo propio, no queriendo quedarse atrás.
Lilia Lemoine, fiel a su estilo, activó desde una banca improvisada. Contestataria y empoderada, se dedicó a chicanear a los que juraban con descalificaciones a viva voz.
Obtuvo un momento épico cuando, totalmente sacada, la peronista María Elena Velázquez —quien, superando todo lo hasta aquí conocido, juró por Guillermo Moreno— intentó pararla al grito de: “Mirá, mi amor. Mirá, mi amor. Mirá, mi amor… ¿Quién te creés que sos? A vos te dejan hacer”. Efectivamente, el personaje de Lemoine está avalado por el libreto oficialista. Nadie hace nada para frenarla.
El paso de comedia del radical Gerardo Cipolini, machiruleando a al menos tres legisladoras de diversas fuerzas sin advertir que tenía el micrófono abierto, habla del decadente perfil del cuerpo. Todo muy divertido, si no fuera patético.
Javier Milei celebró el sueño cumplido. Ingresa al segundo tramo de su mandato con un Parlamento a la medida de sus urgencias. Corre para el león libertario el tiempo de la política. Nada de diatribas anticasta, nada de insultos e imprecaciones. La semana cursó a pura rosca.
Para el oficialismo, todo salió redondo. El resultado de las elecciones de octubre aceleró la descomposición de los alineamientos y la reconfiguración de nuevos bloques. El ganador siempre ejerce una fuerza magnética. Esta vez como nunca antes.
Raúl Jalil lo hizo. El gobernador catamarqueño detonó la unidad del peronismo en Diputados al arrastrar a los tres legisladores que le responden fuera de Unión por la Patria, llevando al empate en 94 miembros a los dos bloques mayoritarios.
La oferta del traspaso de YAMD, empresa minera con caja, a la órbita provincial aceleró el convencimiento de Jalil de que la fidelidad al peronismo kirchnerista no da para más. A la luz de estos decididos deslizamientos, otros se lo están pensando. Entre ellos, el ahora senador Gerardo Zamora.
A fuerza de seductores chamuyos, se llegó al desempate. El entrerriano Francisco Morchio se pasó al bloque de LLA. A pedido de Rogelio Frigerio, gobernador de su provincia, se corrió a los libertarios, llegando al mágico número de 95.
La renuncia de la legisladora Lorena Villaverde a su controvertida banca en el Senado permitió encapsular un nuevo papelón del oficialismo. Después del escándalo que se llevó puesto a José Luis Espert, no quedaba margen para nuevos patinazos éticos.
Envuelta en un tono cuasi heroico, Villaverde se bajó del Senado pero retiró su renuncia a Diputados, donde seguirá integrando el bloque libertario. No hay mal que por bien no venga. Patricia Bullrich y la mismísima Karina Milei se encargaron de convencerla.
La rosca le salió mucho más cara a Axel Kicillof, quien, a fuerza de toma y daca, alcanzó las leyes que le permiten endeudarse. Necesitado del concurso de las dos terceras partes de la Legislatura provincial, el gobernador compró votos con puestos en el directorio del Banco Provincia, entre otras delicatessen.
La desesperada advertencia de Kicillof, en el sentido de que debería utilizar recursos destinados a salud y educación para el pago de deudas generando “sufrimiento”, no alcanzó a sensibilizar.
El gobernador terminó desplegando su persuasión a fuerza de tarasca. Seis nuevos cargos en el BaPro con suculentos honorarios y la disposición de un total de 360.000 millones a repartir entre los municipios hicieron el resto.
La madrugada del jueves alumbró un nuevo amanecer para Kicillof. Luego de horas de negociación y entrega, salieron las leyes. En política, como en otros órdenes de la vida, billetera mata galán.
Si la casta existe, vive días de gloria. Por derecha, por izquierda y por el mismísimo centro, todos salieron festejando. Kicillof celebró la sanción de la ley de financiamiento con plegarias por Hebe de Bonafini. Participó este jueves de la ronda de las Madres fustigando a Milei.
Resta solo saber si el Gobierno autorizará a tomar deuda por U$D 3500 millones. El oficialismo no parece dispuesto a permitirlo, alegando que Kicillof no está respetando la Ley de Responsabilidad Fiscal.
“La ley salió adelante contra la voluntad explícita del Presidente, que una vez más apostó al caos, al desorden y a que la Provincia colapsara para sacar ventaja política”, acusó.
Kicillof sostiene que el país está en “una verdadera emergencia, producto de la política económica del Gobierno Nacional”.
El informe de la UCA, conocido este jueves, da cuenta de un número que puede admitir diversas lecturas.
Si bien se señala una caída de la pobreza medida por ingresos al 36,3 %, también se advierte que un tercio de la población permanece atrapado en la vulnerabilidad o estrés económico crónico.
Según el estudio, las desigualdades estructurales persisten. Los estratos socioeducativos más bajos siguen siendo los más afectados. Mientras el 25 % superior permanece prácticamente inmune a las privaciones económicas, los sectores medios acusan fuertes síntomas de deterioro.
La reciente reducción de la pobreza por ingresos no ha sido acompañada por una mejora en la integración laboral o previsional. La mejora de los ingresos no necesariamente implica mayor capacidad de consumo ni menor tensión financiera.
La prevalencia de sintomatología ansiosa o depresiva continúa muy elevada, especialmente entre aquellos que enfrentan situaciones económicas críticas o de incertidumbre.
El Gobierno pone mucha expectativa en avanzar con la Reforma Laboral. Se entiende que eso aumentará las oportunidades de trabajo genuino y en blanco. Por el momento no se conocen detalles de las novedades que aportará la Ley, que ya es resistida por sectores del sindicalismo.
El miércoles 9, Federico Sturzenegger se reunirá con los diputados para explicar en qué consiste el proyecto que el mismísimo 10 de diciembre el Gobierno elevará al Parlamento. Considerando lo inexpertos que son muchos de los recién llegados, algunos sostienen que “el coloso” irá a darles una clase magistral. Ironías.
Se pone especial atención en el cálculo de los montos indemnizatorios. La línea de trabajo no apunta a cambiar el régimen de indemnizaciones, sino a recortar el margen de discrecionalidad del que disponen los jueces laborales. Un tope cierto y estricto para las actualizaciones sería de IPC más 3 %, conforme ha trascendido.
También se sabe que quedará abolida la “ultraactividad”, que prolonga indefinidamente la vigencia de los convenios laborales, y que se establecerá la prelación de los convenios por empresa por sobre los pactados por los gremios a nivel general. En el Ministerio de Economía se pulen detalles de un articulado que promueva incentivos fiscales y tributarios para reducir el costo laboral y de despido.
Poco o nada se sabe de si la motosierra legislativa alcanzará los aportes solidarios pero obligatorios que sostienen la caja de los sindicatos. Un tema demasiado sensible que se discute bajo el radar: una clara moneda de negociación con los representantes de los trabajadores, a quienes se les quita un porcentaje del sueldo para sostener el costo de la representación gremial.
La Reforma Tributaria vendrá acompañada de la denominada presunción de inocencia fiscal. Se impulsará una presentación simplificada de la declaración jurada de Ganancias. ARCA hará un cálculo automático del impuesto anual a pagar y el contribuyente podrá aceptarlo o modificarlo. Para saber más habrá que esperar.
No habrá debate de un paquete Ley Bases II, como se especuló. Los debates se harán ley por ley.
La Reforma Educativa se propone dar a las provincias la más amplia y absoluta libertad para diseñar su propio esquema. Esto supone liberar la educación a distancia —hasta ahora prohibida para los niveles primario y medio— e incluso la obligatoriedad de concurrencia presencial a la escuela.
Estos serán los temas que deberán discutir los legisladores del nuevo Parlamento. No queda margen para excusas ni reconvenciones. El presidente Milei recibió en las urnas un mandato claro: ir adelante con las reformas propuestas y profundizar el rumbo económico.
Entre juras performáticas, rosca febril y maniobras de supervivencia, Milei logró un Parlamento a la medida de sus urgencias. Con la primera minoría asegurada y la oposición desbordada en escena, el Presidente inicia su segundo tramo con poder real.
Para cerrar una semana con todos los planetas alineados, Javier Milei recibió una nueva caricia llegada del Norte.
Consultado acerca de cómo ve a la Argentina en el próximo Mundial, Donald Trump —quien acababa de recibir de manos del titular de la FIFA, Gianni Infantino, una suerte de premio Nobel de la Paz blue— dijo que Javier Milei está haciendo muy bien su trabajo.
“Milei está haciendo MAGA a Argentina”, destacó.