Un nuevo argumento para oponerse a la gestión Bullrich

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La ministra de Seguridad de la Nación acaba de invitarnos a abandonar la Ciudad de Buenos Aires. A los tres millones de personas que vivimos en la capital porteña nos dijo: "Váyanse". No encuentro un argumento más contundente sobre su incompetencia, aunque reconozco que la ministra ha mostrado en las últimas horas mucho empeño para dejar en evidencia la impotencia de su gestión.

No voy siquiera a argumentar la cuestión de fondo, es decir, lo que significa entregarle al G20 el territorio y control de esta Ciudad, sino a ceñirme estrictamente a lo que representa que una ministra de Seguridad no pueda garantizar la "seguridad" de tres millones de personas, cuando está obligada por su función a garantizársela de más de 44 millones.

Significa, nada menos, que no puede hacer el 10% de su tarea y en un territorio que posee herramientas y recursos de control que no tiene ningún otro lugar del país. El detalle es que, además, su Gobierno cedió durante los días de la cumbre el control del espacio público a organismos extranjeros, que tendrán a su merced tanto las calles como el cielo: podrían incluso derribar aviones.

En este contexto, la confesión de la ministra Patricia Bullrich es algo más que una frase desafortunada, está diciéndonos que ella desnudó al rey.

Las mujeres que tenemos que vivir, trabajar y andar por Buenos Aires cada día y todos los días, con G20 y a pesar de él, tenemos derecho a estar seguras, a que nuestras familias, vecinos, vecinas, también lo estén, al igual que cada persona que quiera habitar el suelo argentino, porque así lo ordena, ministra, nuestra Constitución.

Es simple: su obligación es clara y está determinada por eso que llamamos Estado de derecho. No tiene opción: es así o la que debería irse es usted.

La autora es diputada nacional (SOMOS).