Fed: confianza en la economía y los mercados

Luis Palma Cané

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De acuerdo con lo esperado, en su reunión del día miércoles pasado, la autoridad monetaria de Estados Unidos (FED) decidió aumentar el rango de su tasa de referencia, la tercera en el año y la quinta desde el inicio del endurecimiento en diciembre 2015, en 25 puntos básicos, lo que la lleva a un nuevo rango de 1,25-1,50 por ciento.

Respecto a la reunión anterior de noviembre, hubo muy pocos cambios y solamente referidos a los casi nulos impactos negativos de los recientes huracanes sobre los niveles de actividad. Queda claro, entonces, que la FED ha mantenido su visión positiva del escenario macroeconómico, esto es, sólido crecimiento (3% anualizado en los dos últimos trimestres), mercado laboral en continuo fortalecimiento (tasa actual de desempleo 4.1%) e inflación acercándose al objetivo del 2% anual (último trimestre anualizada del 1,9%). Asimismo, la entidad mantuvo el actual ritmo de absorción monetaria a razón de 10 mil millones por mes hasta diciembre y 20 mil a partir de allí, equivalentes sólo a un 0,4% de la base monetaria.

Si bien, como se ha visto, el diagnóstico de la FED prácticamente no se modificó, no ha sucedido lo mismo con sus proyecciones para el período 2018-2020. En efecto, respecto de las anteriores estimaciones, publicadas a fines del trimestre anterior, para el 2018 la tasa de crecimiento anual pasó del 2,1% al 2,5%, mientras que las correspondientes a 2019-2020 se elevan a 2,1% y 2,0% versus 2,0% y 1,8%, respectivamente. Asimismo, las tasas de desempleo se pronostican en el orden del 3,9%-4,0% frente al rango del 4,1%-4,2% anterior.

Claramente, entonces, la visión de la FED respecto al estado actual de la economía y a su posible evolución en el mediano plazo (2018-2020) es francamente positiva.

Dicho esto, la pregunta que se impone es: ¿Cómo seguirá la política de la entidad (tasa de interés y oferta monetaria) durante el período proyectado? En nuestra opinión, de mantenerse las actuales previsiones de crecimiento, mercado laboral e inflación, la autoridad monetaria mantendría su actual estrategia de gradual endurecimiento. En efecto, respecto a la tasa de referencia, deberían esperarse tres nuevas subas en 2018, hasta llegar a 2,25%, y dos más, tanto en 2019 (2,75%) como en 2020 (3,25%). Si este fuera el caso y la inflación se mantuviera en el orden del 2% anual, aún habría espacio para nuevas subas hasta llegar a una tasa real (neta de inflación) del orden del 2% anual.

Respecto a la absorción monetaria iniciada en octubre pasado (tapering), el escenario más probable sería un continuo y creciente ajuste, pero siempre gradual y seguramente nunca mayor a un promedio mensual del orden del 2% de la base monetaria.

En relación con los mercados, la presidente Janet Yellen declaró que si bien las actuales valuaciones son históricamente elevadas, esto no significa que se hallen sobrevaluadas. Nada entonces, al menos por ahora, respecto a eventuales exuberancias irracionales.

Dos observaciones finales. La primera: todo indica que el reemplazo de Yellen por el presidente designado, Jerome Powell, no sólo no sería traumático, sino que la nueva gestión seguiría los actuales lineamientos de la autoridad monetaria, que sin duda cumplió un muy buen desempeño en el reciente período de cuatro años. Por último: dadas las conocidas características de autoritarismo y arbitrariedad del presidente Donald Trump, un tema clave es si la FED podrá mantener su valor esencial de independencia respecto al Poder Ejecutivo.

El autor es economista.