Tiempo atrás, el licenciado Daniel Arroyo me decía: "Percibo que se está gestando algo nuevo. La gente, que siempre está tres pasos más adelante que la política, está en esa búsqueda". Con los resultados electorales del domingo recordé estas expresiones, dado que, si bien Cambiemos ha realizado una buena elección a nivel nacional, los resultados muestran que la clase media le extendió al gobierno una cuota de confianza pero no un cheque en blanco. Este sector social quiere que al gobierno le vaya bien y apostó con su voto a sujetar la duda sobre la posibilidad de alguna transformación que hasta hoy no termina de asomar. También queda claro que los sectores empobrecidos se desengancharon del gobierno si es que en algún momento creyeron en él. Mauricio Macri no ha llegado a ellos.
Lo acontecido en provincia de Buenos Aires fue observado por el resto del país, especialmente por los sectores políticos; no sólo por el volumen electoral que representa, sino porque en este distrito se ponía en juego algo más que cargos legislativos. El peronismo y su sucesión, por un lado, y la revalidación del liderazgo de María Eugenia Vidal. Con respecto al peronismo, ni Cristina Kirchner ni Sergio Massa marcaron diferencias como para liderar al peronismo en el 2019. En el caso de María Eugenia Vidal, logró defender la marca Cambiemos con un candidato que llegó a las PASO del domingo con dos dígitos de desconocimiento. Buenos Aires además mostró que Argentina aún no está preparada para las terceras vías (Massa). En los meses que nos separan de octubre, nada hace pensar que la foto bonaerense del domingo sufra grandes alteraciones.
Con un resultado similar al registrado el domingo último a nivel nacional en octubre, queda atrás cualquier esperanza de que el gobierno de Macri convoque a acordar políticas de Estado, dado que la liga de gobernadores peronistas, con sus triunfos y sus derrotas, ve que el 2019 está más para la reelección de Macri que para que algunos de ellos lo derrote. Por lo tanto, los gobernadores políticamente dispersos estarán más preocupados en mantener sus gobiernos que en focalizarse colectivamente en ser alternativa del 2019. Esta situación de distracción le permitiría al gobierno avanzar sobre tres proyectos claves: reformas tributaria, previsional y laboral. Se debe recordar, además, que siempre que el peronismo fue oposición, el movimiento obrero monolíticamente actuaba salvando esa debilidad. Hoy nuevamente está al borde de una fractura expuesta. La movilización del próximo 22 de agosto contendrá el anuncio de un paro general fogoneado por el triunviro Juan Carlos Schmid. ¿Será causal de fractura o de unidad?
Sin lugar a dudas, la gran ganadora de estas elecciones es la diputada Carrió. Lilita, así reconocida por propios y extraños, a partir de estos resultados condicionará aún más las políticas del presidente Macri.
En Santa Fe, el resultado electoral mostró que dos candidatos a diputados nacionales apoyados por sus respectivos sellos partidarios obtuvieron diferentes resultados. En el caso del ministro de la Producción, Luis Contigiani, muy buen candidato, sufrió el desgaste de los gobiernos socialistas. No alcanzó con el apoyo de su gobernador Miguel Lifschitz. En el caso de Albor Cantard, candidato absolutamente desconocido, disfrutó de las bondades de la marca registrada Cambiemos. La sorpresa la dio el peronismo, que después de muchos años quedó primero en esta instancia. Agustín Rossi y Alejandra Rodenas disputaron una interna civilizada que los llevó al mejor resultado. En el caso de Agustín Rossi, quedó demostrado, con los votos que obtuvo, que el trabajo militante da sus frutos. Es difícil vaticinar si la sumatoria de ambos candidatos se mantendrá en octubre. La primera impresión es que no sería así, pero el peronismo está acostumbrado a olfatear tanto las victorias como las derrotas. Queda demostrado, además, que la política no es una foto que congela un instante, en todo caso es una película que sigue rodando continuamente. Tal vez el hoy senador Omar Perotti se aferró a la foto del 2015 y, abrazado a ella, decidió no liderar este proceso. Con los resultados conocidos, todo indica que perdió una oportunidad para el peronismo santafesino.
Por último, es una pena que la nueva política siga abrazada a conductas de la vieja política. Muchas veces los ciudadanos se iban a dormir con un triunfo para amanecer con otro resultado. Fue innecesario que el domingo se itere.
Esta cronista siente inmensa felicidad por haberse equivocado una vez más. Parecía que la apatía de los ciudadanos por la política iba a poblar las urnas de ausencias. Por el bien de la democracia, esto no fue así.