Las desconocidas propiedades medicinales del ahuehuete, el histórico árbol mexicano

Uno de los árboles más emblemáticos en la historia de México cuenta con una larga lista de propiedades medicinales poco conocidas

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El ahuehuete es el árbol nacional de México (Dirección de Comunicación de la Ciencia de la Universidad Veracruzana.)
El ahuehuete es el árbol nacional de México (Dirección de Comunicación de la Ciencia de la Universidad Veracruzana.)

Considerado el árbol nacional de México desde 1910, el ahuehuete es una conífera de grandes dimensiones cuyo nombre proviene del náhuatl “ahuéhuetl”, que significa “viejo del agua”.

De nombre científico Taxodium mucronatum, también es conocido como ciprés mexicano o sabino, y se trata de un árbol de tronco grande y hojas pequeñas que puede llegar a vivir hasta tres mil años.

De acuerdo con el Atlas de las Plantas de la Medicina Tradicional Mexicana, elaborado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el ahuehuete puede llegar a medir más de 20 metros de altura y se caracteriza por tener una corteza de color rojiza oscuro, un follaje verde brillante y penduloso. Las hojas son como hilos y tiene frutos cónicos esponjosos, de color verde azulado, que al madurar tiran numerosas semillas.

Originario de México, también se le puede encontrar en la zona limítrofe con Guatemala y se le ve en regiones en donde hay clima cálido, semicálido, templado y sobre los 100 y 1800 metros sobre el nivel del mar; así como en ecosistemas de bosque tropical, matorral, pastizal, y bosques de pino y encino.

El “poder medicinal” del ahuehuete

Árbol de ahuehuete en Glorieta de la Palma, sobre Reforma, en la Ciudad de México. (Twitter/@GobCDMX)
Árbol de ahuehuete en Glorieta de la Palma, sobre Reforma, en la Ciudad de México. (Twitter/@GobCDMX)

Además de su uso ornamental y ritos tradicionales mexicanos, el ahuehuete o sabino tiene usos en la medicina alternativa, en donde se emplea la corteza, la resina y las hojas para curar diversas enfermedades o padecimientos. Su madera es suave y débil, por lo que no se usa en la industria de la construcción.

Este árbol es usado para aliviar la diarrea. Para ello se toma una infusión de las hojas y el tallo cocido; aunque en otras regiones de México también se emplea la corteza y los frutos con el mismo objetivo.

Otro de sus usos es en el tratamiento de llagas. Para este caso se hace una cocción de la corteza, las hojas y los frutos. Este mismo remedio sirve para cuando hay problemas de circulación y se recomienda su ingesta en ayunas durante tres días consecutivos, luego se suspende por tres días, se reanuda, y así sucesivamente.

Se recurre al árbol de ahuehuete para otros padecimientos como lo son las hemorroides, la hidropesía, la presión arterial, trastornos menstruales, las várices, enfermedades de la piel o afecciones cardiacas.

El Códice Florentino del siglo XVI también dejó un registro de las propiedades medicinales del ciprés mexicano, en donde se expone que la corteza quemada es un poderoso astringente, por lo que es buena para aplicar en quemaduras, piel escoriada, corroída, y otro tipo de heridas superficiales. A nivel interno también es capaz de curar las úlceras y es diurética.

Por otro lado, las hojas pueden curar la sarna y la hinchazón de las piernas, mitiga las inflamaciones, previene los dolores de muelas y dientes; y ayuda a las personas con problemas hepáticos. En cuanto a la resina, ésta es capaz de aliviar los dolores provocados por el frío, las reumas.

Como todo tipo de planta, se recomienda que el uso de esta planta se realice bajo la supervisión de un experto, pues al menos la corteza tiene un poder abortivo, por lo que no se recomienda para personas embarazadas.

Un árbol con mucha historia

Árbol de ahuehuete. (SEDEMA, Gobierno de la CDMX)
Árbol de ahuehuete. (SEDEMA, Gobierno de la CDMX)

El ahuehuete es un árbol arraigado fuertemente a las tradiciones mexicanas y con una historia que proviene desde la época prehispánica, pues ocupaba un lugar especial en los jardines de Nezahualcóyotl y Moctezuma al ser considerado sagrado por su relación con el agua.

En los códices prehispánicos es común ver las figuras de Coxcox y su esposa Xochiquetzal en la última edad (edad del agua) junto a un ahuehuete que flota en los ríos.

El soberano Metecuhzoma Xocoyotzin tenía plantíos de ahuehuetes en los diversos jardines de la casa real de Tenochtitlan, pero también en Chapultepec. Nezahualcóyotl tenía cerca de dos mil sabinos en los jardines alrededor de su palacio. Actualmente, por el abatimiento de los mantos acuíferos se ha detectado que quedan menos de 100 ejemplares en México.

Diversos de estos ejemplares se encuentra protegidos: el árbol de Tule, ubicado en Santa María de Tule en el estado de Oaxaca, que tiene el récord mundial en ser el árbol con el tronco de diámetro más ancho del mundo; el llamado “árbol de la Noche Triste” donde supuestamente lloró Hernán Cortés; el “Árbol Sagrado” de Ocuilán de Ateaga que recibe a los peregrinos de Chalma, en el Estado de México; los ahuehuetes sagrados del bosque de Chapultepec; los que se encuentran en los Viveros de Coyoacán, entre otros.

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