Septicemia: cuáles son sus síntomas, causas y tratamiento

Dependiendo el tipo de síntoma que se presente, se puede conocer el nivel de gravedad de una padecimiento

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En muchas ocasiones se desconoce que se tiene un padecimiento hasta que se presentan síntomas (Infobae/Jovani Pérez)
En muchas ocasiones se desconoce que se tiene un padecimiento hasta que se presentan síntomas (Infobae/Jovani Pérez)

La septicemia es una afección que pone en riesgo la vida que se da cuando la respuesta del cuerpo a una infección provoca daños en sus propios tejidos. Cuando se activan los procesos que combaten infecciones en el cuerpo, estos hacen que los órganos no funcionen correctamente.

La septicemia puede progresar y convertirse en un choque séptico. Esta es una disminución considerable en la presión arterial que puede provocar graves problemas orgánicos y la muerte.

El tratamiento temprano con antibióticos y líquidos intravenosos mejora las posibilidades de sobrevivir.

Síntomas

Signos y síntomas de sepsis

Para que el diagnóstico sea una septicemia, debes tener una infección confirmada o probable y todos estos signos:

Cambio del estado mental Presión arterial sistólica (el primer número de una lectura) igual a o menor que 100 milímetros de mercurio (mm Hg). Una frecuencia respiratoria mayor que o igual a 22 respiros por minuto.

Los signos y síntomas de un choque séptico incluyen los siguientes

El choque séptico es una caída grave de la presión arterial que provoca problemas muy anormales en la forma en que las células funcionan y producen energía. La progresión al choque séptico aumenta el riesgo de muerte. Los signos de progresión al choque séptico incluyen los siguientes:

La necesidad de tomar medicamentos para mantener la presión arterial sistólica mayor o igual a 65 mm Hg. Niveles altos de ácido láctico en la sangre (lactato sérico). Tener demasiado ácido láctico en la sangre significa que las células no utilizan el oxígeno correctamente.

Cuándo consultar con el médico

La mayoría de las veces, la septicemia ocurre en personas que están hospitalizadas o que han sido hospitalizadas recientemente. Las personas que se encuentran en una unidad de cuidados intensivos tienen mayor posibilidad de contraer infecciones que pueden llevar a la septicemia.

Sin embargo, cualquier infección podría provocar septicemia. Consulta a tu médico acerca de una infección o herida que no ha respondido al tratamiento. Los signos o síntomas, como confusión o respiración rápida, requieren atención de emergencia.

Diagnóstico

Los médicos a menudo ordenan varias pruebas para tratar de identificar la infección de base.

Análisis de sangre

Las muestras de sangre se utilizan para analizar lo siguiente:

Indicios de una infección Problemas de coagulación Funcionamiento anormal del hígado o del riñón Falta de oxígeno Desequilibrios electrolíticos

Otros análisis de laboratorio

Otros análisis de laboratorio para identificar la fuente de la infección pueden incluir muestras de lo siguiente:

Orina Secreciones de la herida Secreciones respiratorias

Estudios de diagnóstico por imágenes

Si el lugar de la infección no se encuentra fácilmente, el médico puede pedir una o más de las siguientes pruebas por imágenes:

Radiografía.

Las radiografías pueden identificar infecciones en los pulmones.

Ecografía.

Esta tecnología utiliza ondas de sonido para producir imágenes en tiempo real en un monitor de video. La ecografía puede ser especialmente útil para detectar infecciones en la vesícula biliar y los riñones.

Tomografía computarizada (TAC).

Esta tecnología toma radiografías desde distintos ángulos y las combina para representar cortes transversales de las estructuras internas del cuerpo. Las infecciones en el hígado, el páncreas u otros órganos abdominales son más fáciles de ver en las

TAC

.

Imágenes por resonancia magnética (IRM).

Esta tecnología utiliza ondas de radio y un imán potente para producir imágenes transversales o en 3D de las estructuras internas del cuerpo. Las

IRM

pueden ser útiles para identificar infecciones de los tejidos blandos o huesos.

 Cada enfermedad tiene uno o varios tratamientos que seguir para combatirla (Getty Images)
Cada enfermedad tiene uno o varios tratamientos que seguir para combatirla (Getty Images)

Tratamiento

El tratamiento temprano y agresivo aumenta la probabilidad de recuperación. Las personas que tienen septicemia requieren un control minucioso y tratamiento en la unidad de cuidados intensivos de un hospital. Las medidas para salvar vidas pueden ser necesarias para estabilizar la respiración y la función cardíaca.

Medicamentos

Se utiliza una serie de medicamentos para tratar la septicemia y el choque séptico. Por ejemplo:

Antibióticos.

El tratamiento con antibióticos comienza lo antes posible. Los antibióticos de amplio espectro, que son eficaces contra una gran variedad de bacterias, suelen utilizarse en primer lugar. Después de conocer los resultados de los análisis de sangre, el médico puede cambiar a un antibiótico diferente para combatir la bacteria específica que causa la infección.

Líquidos intravenosos.

El uso de líquidos intravenosos comienza lo antes posible.

Vasopresores.

Si la presión arterial sigue siendo demasiado baja incluso después de recibir líquidos por vía intravenosa, es posible que te administren un medicamento vasopresor. Este medicamento contrae los vasos sanguíneos y ayuda a aumentar la presión arterial.

Otros medicamentos que pueden darte incluyen dosis bajas de corticosteroides, insulina para ayudar a mantener estables los niveles de glucosa en la sangre, medicamentos que modifican las respuestas del sistema inmunitario y analgésicos o sedantes.

Atención médica de apoyo

Las personas que padecen sepsis suelen recibir atención de respaldo que incluye oxígeno. Según tu enfermedad, es posible que necesites una máquina que te ayude a respirar. Si tus riñones se encuentran afectados, quizás necesites realizar diálisis.

Cirugía

Es posible que se requiera cirugía para eliminar fuentes de infección, como acumulaciones de pus (abscesos), tejidos infectados o muertos (gangrena).