Hace unas décadas, incluso siglos, los ancestros acostumbraban a nombrar a sus hijos con el nombre del santo del día en que nacieron, no en vano en las famosas “Mañanitas” hay una estrofa que dice: “Hoy por ser día de tu santo te las cantamos aquí…”.
El onomástico es el día en que se festeja algún santo, aunque es común que mucha gente lo use como sinónimo de cumpleaños, lo cual es erróneo, pues al hablar de él sólo se alude al listado de los nombres del santoral.
Como todos los días del año, este 26 de agosto también se conmemora a las mujeres y hombres que destacaron por tener conexiones especiales con las divinidades, que hicieron buenas acciones por el prójimo, y que tenían una elevada ética y moral, motivos que los llevaron a ser canonizados o beatificados y formar parte del santoral.
Santo del día
Santa Teresa de Jesús Jornet Ibars fue una religiosa española nacida el 9 de enero de 1843 famosa por fundar la congregación religiosa de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados en Barbastro, Huesca, por lo que es considerada la santa patrona de la ancianidad.
Teresa de Jesús nació en una familia muy religiosa con hermanas, tías y sobrinas en diversas congregaciones, por lo que era cuestión de tiempo para que ella también descubriera su vocación.
Aunque estudió en Lérida para ser maestra, ingresó al monasterio de las clarisas de Briviesca pero no pudo ejercer la profesión debido a razones políticas, por lo que se volvió terciaria carmelita.
Durante un viaje conoció al beato Saturnino López Novoa, quien con su grupo de amigos se dedicaba al cuidado de los ancianos, lo que inspiraría a Teresa a realizar labores benéficas por la que hoy es conmemorada.
Teresa, quien más tarde se convirtió en madre superiora, compró el convento de los Agustinos, que más tarde sería la Congregación de las Hermanas de los Ancianos Desamparados; ahí profesó la devoción de las carmelitas por la Virgen y el amor a los pobres por parte de las clarisas.
Su labor, sin embargo, le pasó factura a su cuerpo fatigado. Aunado a ello, el cólera también se llevó a 24 hermanas y 70 ancianos. Tras su muerte el 26 de agosto de 1897 dejó 103 asilos sólo en España y América.
Fue beatificada el 27 de abril de 1958 por el papa Pío XII y luego canonizada por Pablo VI en 1974, no obstante, estos procesos llegaron muy tarde porque ella misma había expresado su voluntad de no ser canonizada.
Junto a este personaje hay otros santos a los que también se les celebra este día, como los siguientes:
San Alejandro de Bérgamo
San Anastasio batanero
San Eleuterio de Auxerre
Santa Juana Isabel Bichier des Ages
San Maximiliano de Roma
San Melquisedec Rey
San Víctor de Mauritania
Beato Ambrosio Valls Matamales
Beato Ceferino Namuncurá
Beato Félix Vivet Trabal
Beato Jacobo Retouret
Beata Lorenza Harasymiv
Beata María de Jesús Crucificado Baouardy
Beato Pedro Mas Ginestar
Diferencia entre beatificar y canonizar
El santoral es el conjunto de personas (mujeres y hombres) que son veneradas por la Iglesia al ser proclamados como santos o beatos en una fecha determinada en el calendario.
En el trayecto hacia la canonización hay cuatro pasos: el primero es ser nombrado como siervo de Dios, el segundo es ser venerable; el tercer paso es ser beato y, finalmente, el cuarto paso es ser santo.
La beatificación sólo la pueden lograr los fieles que hayan fallecido con fama de ser santos en diversos sitios y este proceso se puede llevar a cabo de dos formas: a través de una causa de virtudes heroicas y la segunda es el martirio, es decir, si la persona murió a causa de su fe.
Por otro lado, el proceso para convertirse en santo implica sumar el nombre de la persona santificada en el canon (lista de santos reconocidos) y con ello se permite que la comunidad creyente le rinda culto público y universal, en tanto, se le asigna una fiesta litúrgica, se le dedican altares, capillas y se reconoce su poder para interceder ante Dios.
Aunque la Iglesia no ha dado una cifra exacta, se cree que actualmente habría hasta nueve mil santos reconocidos. De acuerdo con el Martirologio Romano, actualizado en el 2005, la Iglesia Católica cuenta con al menos siete mil santos, aunque no se cuenta a los mártires, por lo que muchos piensan que incluso la cifra podría llegar a las 20 mil personas.
En la historia reciente, el Papa Juan Pablo II logró canonizar a 388 santos, mientras que el papa Francisco ha batido todos los registros luego de que al día de hoy ha canonizado a 898 santos, 800 de ellos al mismo tiempo.
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