Responder a la crisis: la logística como eje central de la respuesta humanitaria

Diego Tipping, presidente de una organización humanitaria en Argentina, destaca que la credibilidad se construye antes de la crisis y que logística y presencia constante son claves para responder cuando más se necesita

Diego Tipping es presidente de una organización humanitaria en Argentina (Foto: Movant Connection)

Para Diego, la logística tiene un sentido que va más allá del servicio: “ser parte, desde la logística, de una causa humanitaria es ser parte de un proceso de transformación real”. Una mirada que resignifica la operación como herramienta clave para salvar vidas y construir confianza social.

En contextos de crisis, las personas esperan respuestas rápidas. ¿Cómo se construye credibilidad?

La credibilidad no se construye en la crisis, se confirma. Es un trabajo permanente, diario, que tiene que ver con seriedad, planificación, empatía y logística. En una emergencia, lo que hacés es confirmar todo lo que venías haciendo antes.

También tiene que ver con no prometer de más, con ser transparentes, con rendir cuentas de manera permanente a las comunidades, a los medios y a quienes colaboran con nosotros. Y algo muy importante: seguir estando cuando no están las cámaras. La credibilidad se construye en esos momentos en los que no hay visibilidad, estando al lado de las personas de forma constante.

Read more!

¿Qué significa para vos liderar desde la empatía y no solo desde la estrategia?

Creo que liderar desde la empatía y desde la estrategia no son cosas separadas, se complementan. La empatía es lo que le da sustento a la planificación. Hoy es clave poder pensar en el corto, mediano y largo plazo, con toda la complejidad que eso implica en un país, en una región y en un mundo tan cambiante. Pero esa planificación tiene que ser humana. Nuestro objetivo siempre tiene que ser poner a la persona en el centro.

A mí me toca recorrer no menos de 60 o 70 mil kilómetros por tierra al año, sin contar los viajes en avión. Lo hago porque siento que no se puede planificar detrás de un escritorio. Si no conocés la realidad de las comunidades con las que trabajás, del recurso humano y de la infraestructura que tenés en el territorio, difícilmente la planificación sea acertada al momento de ejecutarla. Escuchar, consultar, hacer parte al otro de la estrategia hace que se sienta comprendido y que después la ejecución sea mucho más coherente.

En ese recorrido del territorio aparece con fuerza la logística. ¿Qué lugar ocupa en tu trabajo?

Para nosotros, y para mí en lo personal, la logística es absolutamente clave. Es transversal a todo lo que hacemos. Uno puede tener la mejor estrategia, la más pensada, la más trabajada, pero si al momento de la ejecución falla la logística, es como si no hubieras tenido nada de lo anterior. En el mundo humanitario, la logística es la pata medular de todas las acciones. Define si lo que planificaste realmente llega a destino. Tiene un rol central, determinante.

"La única forma de acelerar los procesos de desarrollo e inclusión es comprometernos todos con una construcción común", destaca Diego (Foto: Shutterstock)

¿Qué rol cumplen los distintos actores que se suman a la acción humanitaria?

Nosotros siempre hablamos de compañeros de causa. Hay una cuestión humanitaria que nos atraviesa a todos. Vivimos en un mundo acostumbrado a tercerizar la culpa: siempre es por culpa de otro. Pero en un país y una región con números tan difíciles, aunque duela decirlo, todos en mayor o menor medida hemos fallado.

Falló el Estado en muchos casos, pero también las empresas, las instituciones y muchas veces nosotros mismos como individuos, por no involucrarnos lo suficiente. Creo que hay que involucrarse más, venir a este mundo a dejar un legado humanitario. La única forma de acelerar los procesos de desarrollo e inclusión es comprometernos todos con una construcción común. Para eso tiene que dolernos el dolor ajeno.

¿Cómo pueden las empresas del sector logístico involucrarse más en causas humanitarias?

Creo que es muy fácil motivar a las empresas de logística a sumarse a causas que transforman. Lo vimos en la pandemia. De repente trajimos al país decenas de aviones completos con insumos médicos, respiradores, vacunas. Las personas que trabajaban en esas empresas podían salir de sus casas para recibir, transportar y distribuir ese equipamiento. Y veían que esa acción salvaba vidas.

Ser parte, desde la logística, de una causa humanitaria es ser parte de un proceso de transformación real. Le da un sentido distinto al servicio. Para nosotros es tan clave que estamos trabajando en la creación de un centro logístico en Argentina que nos permita dar respuesta más rápida y eficiente a todas estas necesidades.

¿Cuáles son hoy los principales focos humanitarios en Argentina?

Los desafíos son muchos y cada vez más complejos. Las problemáticas son multicausales. Vivimos en un mundo que rápidamente obliga a tomar partido, incluso en medio de desastres naturales, y donde muchas veces se termina justificando la violencia.

Hoy enfrentamos desastres naturales, como lo que pasó en Bahía Blanca, que fue muy conmovedor. Vimos un enorme compromiso social, sobre todo de los más jóvenes. Pero también trabajamos en lugares donde se vive una realidad que muchos ni imaginan: comunidades donde el acceso al agua potable es una utopía, donde se vive de la caza y la pesca.

Ahí trabajamos en procesos de desarrollo, poniendo a la persona como motor de su propio cambio, dándole capacidades para transformar su realidad. El desafío viene tanto por los desastres como por una desigualdad cada vez más visible y más violenta, y detener eso es responsabilidad de todos.

¿Por qué es tan importante seguir promoviendo estas acciones?

Vivimos en un mundo muy desigual, que necesita mucha más empatía. Pero empatía real, no como palabra vacía. Ponerse de verdad en el lugar del otro. ¿Qué haríamos nosotros si nuestra casa desaparece en una guerra, si tenemos que migrar sin derechos, sin salud, con nuestros hijos a cargo?

A mí me tocó rescatar migrantes que cruzan el Mediterráneo en pateras (embarcaciones pequeñas y precarias). Personas que saben que quizá la mitad no va a llegar. ¿Por qué se arriesgan a eso? Porque lo que dejan atrás es aún peor. Entonces, ¿por qué seguir ayudando? Porque es un deber construir una humanidad mejor ahora. No hay un después.

Read more!