Las galletas caseras de cacao con nuez son una opción deliciosa y nutritiva que se adapta a cualquier momento del día. Esta receta combina ingredientes accesibles con un proceso sencillo, ideal para quienes desean preparar un postre artesanal sin complicaciones.
Además de su sabor intenso y textura equilibrada, estas galletas aportan beneficios nutricionales gracias a la presencia del cacao, las nueces y el chocolate semi-amargo.
El cacao en polvo sin azúcar es conocido por su alto contenido de antioxidantes, especialmente flavonoides, que contribuyen a mejorar la circulación sanguínea y la función cognitiva. También puede elevar el estado de ánimo al estimular la producción de serotonina.
Las nueces, por su parte, son una fuente rica en ácidos grasos omega-3, fibra y proteínas. Estos nutrientes favorecen la salud cardiovascular, ayudan a controlar el colesterol y promueven el buen funcionamiento del cerebro.
El chocolate semi-amargo, en pequeñas cantidades, aporta energía y antioxidantes adicionales, además de un sabor profundo que complementa el perfil de la receta.
Para preparar estas galletas, comienza batiendo dos huevos grandes junto con una taza de azúcar blanca y una taza de azúcar morena hasta obtener una mezcla esponjosa.
Añade una cucharadita de extracto de vainilla, una taza y media de crema, dos tercios de taza de mantequilla derretida y media taza de manteca derretida. Mezcla bien hasta integrar todos los ingredientes líquidos.
En otro recipiente, combina una y un cuarto tazas de cacao en polvo sin azúcar, dos y dos tercios de taza de harina de trigo, una cucharadita de polvo para hornear y media cucharadita de bicarbonato de sodio.
Incorpora esta mezcla seca poco a poco a la preparación líquida, batiendo hasta obtener una masa homogénea. Agrega media taza de chips de chocolate semi-amargo y una taza de nueces picadas, mezclando suavemente.
Precalienta el horno a 163 grados Celsius. Con ayuda de una cuchara, forma montoncitos de masa sobre una bandeja engrasada o cubierta con papel encerado.
Hornea durante 10 a 12 minutos, cuidando que las galletas queden firmes por fuera y suaves por dentro. Deja enfriar antes de retirar de la bandeja.
Estas galletas pueden conservarse en un recipiente hermético por varios días o congelarse para disfrutarlas más adelante. Son perfectas para acompañar una bebida caliente, compartir en reuniones, regalar como detalle casero o disfrutar como merienda nutritiva.
También pueden personalizarse fácilmente: añade especias como canela o cardamomo, o incorpora frutas secas para variar.