El tipo de clima que hay en cierto lugar está determinado por distintos factores entre los que se encuentran la altitud, la latitud, orientación del relieve, distancia al mar y corrientes marinas, dando pauta al llamado “tiempo meteorológico” que a su vez se apoya en otros elementos como la temperatura, la presión, el viento, la humedad y la precipitación para delinear las condiciones atmosféricas en un territorio en un corto plazo.
Debido al cambio climático, actualmente el planeta está en un proceso de redistribución en el que alguna modificación, por mínima que sea, en la temperatura media anual provoca cambios en los hábitats y sus condiciones.
En este contexto, aquí te dejamos el estado del tiempo para Monterrey este martes 16 de septiembre.
Sin importar si se aprovechará el día para dar un paseo o simplemente ir a la oficina a trabajar, conocer el clima que habrá en las próximas horas puede ayudar a evitar mojarse en la lluvia o cargar innecesariamente un paraguas y abrigo.
De acuerdo con el pronóstico de AccuWeather, se estima que la probabilidad de lluvia será de:
- 84% durante el día
- 5% durante la noche
En cuanto a la temperatura, se espera:
- Una máxima de 28 grados centígrados
- Una mínima de 19 grados centígrados
La nubosidad, por su parte, será del 83%.
La sequía de Monterrey
La mejor temporada para ir a la capital regia es de enero a agosto y de octubre a diciembre, temporada en la que se presenta un clima cálido o caluroso, donde apenas hay lluvias y con temperaturas que van de los 27 a 35 grados.
Debido a que en el verano las temperaturas son extremadamente altas, la capital vive una sequía que llega a su nivel más alto entre julio o agosto, una temporada que también es conocida como “canícula”.
En contraste, la temporada de lluvia comienza en el otoño, siendo septiembre el mes con más precipitaciones, sin embargo, ha habido ocasiones en las que han ocurrido tormentas que dejan severas inundaciones entre abril y junio. En enero, el mes más frío, el termómetro disminuye a una media de 14 grados aunque el “día más frío” usualmente se registra en febrero.
Según las marcas, la temperatura más baja en la historia de Monterrey fue la de 1983, cuando el termómetro bajó a -7.5 grados, mientras que la última nevada ocurrió en diciembre de 2004; en contraste, el día más caluroso se registró el 24 de abril de 1958, cuando se alcanzaron los 48 grados.
Qué debo hacer para asegurar mi patrimonio debido a los fenómenos meteorológicos extremos
La falta de preparación ante fenómenos hidrometeorológicos representa un costo diario superior a los 25 millones de pesos para las empresas mexicanas, según datos de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS). Entre 2012 y 2024, se pagaron en promedio 7,591 millones de pesos anuales por siniestros relacionados con tormentas, lluvias intensas e inundaciones, un incremento del 91% respecto al periodo 2001–2012.
Este panorama refleja la creciente vulnerabilidad operativa y financiera de las compañías, especialmente durante la temporada de huracanes, que se extiende hasta el 30 de noviembre, de acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
El pronóstico para 2025 indica una alta actividad ciclónica, con la posible formación de entre 8 y 9 tormentas tropicales, 4 o 5 huracanes de categoría 1 o 2 y hasta 6 huracanes intensos, de categoría 3 o superior.
Ante este escenario, Eduardo Gutiérrez, Socio Director en Eikos, consultora especializada en seguros y administración de riesgos, recomienda reforzar tres pilares fundamentales: seguros adecuados, protocolos internos robustos y alianzas estratégicas predefinidas.
En cuanto a cobertura, Gutiérrez advierte que disponer de una póliza no garantiza protección suficiente; “Una póliza integral frente a fenómenos hidrometeorológicos debe contemplar al menos los siguientes elementos: cobertura por huracanes, tormentas, granizo, deslaves e inundaciones; protección frente a interrupción de actividades o pérdida de ingresos; daños a bienes en tránsito o en uso fuera de planta; gastos adicionales por reubicación temporal; remoción de escombros y limpieza; procesos preferenciales de atención de siniestros”, detalla el especialista.
Además, recomienda revisar periódicamente los valores asegurados y mantener actualizadas las ubicaciones de los activos.
Un Plan de Respuesta ante Tormentas (ERP) debe contemplar cinco etapas:
Planeación anual.
Preparación inicial y final.
Respuesta durante el evento.
Recuperación posterior, incluyendo simulacros.
Actualización constante de procedimientos.
Más allá de los seguros, los protocolos internos juegan un papel clave en la gestión de riesgos. Alicia Martínez, Subdirectora de Daños, Autos y Fianzas de Eikos, señala que “es de gran relevancia que los protocolos incluyan canales de comunicación seguros, asignación de responsables por área y mecanismos para documentar daños con el fin de facilitar la gestión con aseguradoras y reducir el impacto en la continuidad del negocio”.