En 1977, los personajes de El Chavo del 8 vivieron uno de los momentos más inolvidables de su historia en vivo.
Durante una gira masiva por Chile, un aparente juego en el escenario terminó con una pelota golpeando directamente en el rostro de Quico, interpretado por Carlos Villagrán.
El responsable fue nada menos que Chespirito, y aunque todo parecía parte del show, tras varios años de dicho suceso, usuarios en redes se cuestionaron si fue mera actuación.
Cuando el Chavo le pegó a Quico en el rostro
El momento ocurrió durante el programa Dingolondango, transmitido por la Televisión Nacional de Chile, donde acudió el elenco completo del Chavo del 8.
En una parte del show, Roberto Gómez Bolaños -caracterizado de El Chavo- saludó a los niños presentes en el público y tras subir de nuevo el presentador le preguntó si estaba contento. A esto, el personaje comentó: “Sí, me siento contento. A todos los quiero muchisisisisimo a todititos estos niños, menos a este”, mencionó viendo a Quico.
El conductor lo cuestionó respecto a por qué no le caía bien Quico y El Chavo detalló que era porque no le prestaba sus cosas. Villagrán mencionó que eso era porque cuando le compartía sus juguetes los pateaba.
Tras un breve sketch improvisado, Quico salió de cuadro para ir por una pelota de gran tamaño y prestársela a El Chavo.
Cuando volvió le dijo: “Aquí está mi juguete, pero prometiste no agarrarlo a patadas”.
El Chavo respondió: “Qué chiste tiene, es para aventarlo de patadas”.
Segundos después Chespirito, con la pelota en las manos, decidió lanzarla a la cara de Quico, quien actuó como si estuviera mareado, se tocó un poco la nariz y continuó sin hacer más comentarios.
Aunque este tipo de humor era común en el programa de El Chavo del 8, el ambiente cambió por unos segundos, pues el público quedó en suspenso y los niños no sabían si reír o preocuparse.
¿Por qué la gira en Chile fue polémica?
La visita a Chile en 1977 fue una de las más significativas del elenco de El Chavo del 8. Multitudes los recibieron con euforia, y los shows se llenaron de gritos, aplausos y niños emocionados. Pero tras bambalinas, las cosas aparentemente no eran tan armoniosas.
Según múltiples versiones, fue en esa gira donde Florinda Meza y Roberto Gómez Bolaños habrían comenzado un romance, mientras él aún estaba casado con Graciela Fernández.
La química entre Doña Florinda y el Chavo se intensificó en el escenario, pero también, según lo mostrado en la serie Chespirito: sin querer queriendo, las tensiones internas iban creciendo, especialmente con Carlos Villagrán, quien no estaba tan cómodo y quería triunfar por su lado.