Maximiliano de Habsburgo: quién fue el militar mexicano que le dio el tiro de gracia al emperador cuando fue ejecutado

Maximiliano de Habsburgo recibió un disparo en el corazón, pues los balazos que le dio el pelotón encargado de fusilarlo no le quitaron la vida

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De acuerdo con la historia oficial, el 19 de junio de 1867, el Archiduque Maximiliano de Habsburgo fue fusilado en el Cerro de las Campanas, Querétaro (Foto: AGN)
De acuerdo con la historia oficial, el 19 de junio de 1867, el Archiduque Maximiliano de Habsburgo fue fusilado en el Cerro de las Campanas, Querétaro (Foto: AGN)

La Segunda Intervención Francesa fue uno de los episodios más rechazados en la historia de México, pues fue el periodo en el que se impuso como gobernante a Maximiliano de Habsburgo.

Este periodo fue relativamente breve, pues únicamente duró tres años, de 1864 a 1867. El Segundo Imperio de México concluyó el 19 de junio de 1867, fecha en la que el emperador Maximiliano fue fusilado junto a sus generales conservadores mexicanos Miguel Miramón y Tomás Mejía, en el Cerro de las Campanas, Querétaro.

Al momento de ser ejecutados, el emperador recibió varios disparos en su cuerpo, mismos que no lograron quitarle la vida. Luego de que el pelotón disparó, Maximiliano se movió estando tirado en el piso, gritando en varias ocasiones la palabra “hombre”. Tras esto, un soldado se acercó a él y lo remató con un balazo directamente en el corazón, que le quitó la vida. Este soldado llevaba el nombre de Aureliano Blanquet.

¿Quién fue Aureliano Blanquet?

Aureliano Blanquet fue un militar mexicano, considerado uno de los personajes más traicioneros de la historia de México.

Aureliano Blanquet fue un militar que participó en la Segunda Intervención Francesa y fusiló a Maximiliano de Habsburgo (foto: INAH/mediateca)
Aureliano Blanquet fue un militar que participó en la Segunda Intervención Francesa y fusiló a Maximiliano de Habsburgo (foto: INAH/mediateca)

En una columna publicada este sábado en el portal del Sol de Hidalgo, el autor David Cárdenas explica a detalle quién fue este personaje.

En el texto, titulado Aureliano Blanquet, traiciona al despuntar el día, se lee que era un Zalamero, o sea, que es alguien que demuestra cariño de manera empalagosa. Señala que, incluso, Victoriano Huerta se refería a Blanquet con el calificativo de traidor, algo que a Aureliano nunca le importó.

Blanquet nació en 1848 en Morelia, Michoacán y formó parte del ejército de liberales durante la Segunda Intervención Francesa. En 1866 fue herido en la ingle, y su “heroísmo” contribuyó para ser nombrado Sargento 2°, y luego, Sargento primero. Tras la caída del imperio de Maximiliano, su ambición de poder lo llevó a formar parte de momentos trascendentales.

En la columna se señala que, conocedor de los alcances de personas más capaces que él, se formó en las filas de Porfirio Díaz. Ahí, Blanquet habría llevado a cabo un sinnúmero de atrocidades contra los mayas y yaquis.

Foto: Mediateca/INAH
Foto: Mediateca/INAH

Cuando era militar, rechazaba las ideas revolucionarias, pero a la caída de Díaz, “pasó lista” ante el presidente Madero.

En 1911, en Puebla, un grupo de hombres armados disparó en contra de los federales. Por este hecho, Blanquet los persiguió y asesinó a más de 40 personas.

Bajo las órdenes de Huerta, en 1912, combatió a los zapatistas. Madero, en su gobierno, lo ascendió contra la opinión de Emiliano Zapata, pero Blanquet nunca estuvo bajo las órdenes del presidente.

Huerta, Mondragón, Blanquet y Félix Díaz dieron un golpe de Estado que terminó con la vida de Madero. En 1913, Huerta lo nombró secretario de Guerra y Marina, y posteriormente, se convirtió en General de División y Ministro de Marina.

La cabeza de Blanquet fue exhibida en el Puerto de Vetracruz. Foto: Mediateca/INAH
La cabeza de Blanquet fue exhibida en el Puerto de Vetracruz. Foto: Mediateca/INAH

En 1914, Huerta y sus cercanos abandonaron el país. Blanquet se refugió en Cuba, pero regresó a México en 1919 para combatir al gobierno de Carranza. Blanquet peleó sus últimas batallas y encontró la muerte.

Al ser perseguido en Veracruz, en su huida, cayó en la barranca de Chavaxtla, en Huatusco. La orden era llevar su cuerpo para dar fe de su muerte, sin embargo, lo corpulento de Blanquet hacían imposible la tarea, por lo que los soldados le cortaron la cabeza, misma que fue expuesta en el Puerto de Veracruz.