Ricardo Casares mostró su rutina de cardio tras infarto: “Muero de miedo”

El presentador de televisión Ricardo Casares, de 43 años, ha iniciado un proceso de recuperación tras sufrir un infarto que lo obligó a someterse a una operación de emergencia justo antes de una de sus apariciones en el programa matutino Venga la alegría.

A través de un video en su cuenta de Instagram, recientemente Casares comunicó a sus seguidores el comienzo de su rehabilitación cardiaca, mostrándose sobre una caminadora mientras se monitoreaban su ritmo y otrosd signos vitales, lo que marca un punto significativo en su lucha por retomar su vida cotidiana.

“Día 1 rehabilitación cardiaca. Les confieso que me muero de miedo, pero con miedo también se sale adelante. VAAAAMOOOOS!”, expresó el conductor, quien ha demostrado un firme optimismo frente a este desafío.

A casi un mes del incidente cardíaco, Casares parece evolucionar favorablemente, un alivio no solo para él y su familia sino también para sus compañeros de trabajo y el amplio círculo de seguidores que acumula gracias a su carrera televisiva.

La rápida respuesta y el soporte brindado por sus colegas fueron fundamentales para que Ricardo Casares recibiera la atención médica necesaria a tiempo.

En particular, Patricio Borghetti, su compañero en Venga la Alegría, ha sido destacado por su papel durante la emergencia, alentando a Casares en su proceso de recuperación con palabras que recuerdan la fortaleza y la unidad que prevalecen en momentos críticos:

“Vamos Rickyyy. Salimos de Vietnam en su día, ahora de la Segunda Guerra Mundial, HASTA LA VICTORIA”, comentó Borghetti, dejando entrever la camaradería que surge en las situaciones más desafiantes.

La noticia sobre el estado de salud de Ricardo Casares y su proceso de recuperación ha generado una ola de apoyo y solidaridad entre la audiencia y colegas, no solo por su reconocida trayectoria en la pantalla chica sino por la manera humilde y valiente con la que ha enfrentado este evento.

Su experiencia subraya la importancia de la atención médica oportuna y pone de relieve la vulnerabilidad propia de la vida, independientemente del estatus o la carrera profesional.

Sus palabras no solo reflejan el peso emocional de enfrentarse a una segunda oportunidad de vida sino que también transmiten un mensaje de perseverancia y valentía a quienes lo siguen.

Ricardo Casares continuará con su rehabilitación cardiaca bajo la supervisión de especialistas, un camino que, aunque parece largo y retador, lo llevará eventualmente a retomar su vida con normalidad.

La transparencia con la que ha compartido su experiencia no solo ha permitido a sus seguidores mantenerse informados sobre su salud sino que también ha levantado conciencia sobre la enfermedad cardiaca y la importancia de cuidar de nuestra salud.

Tras ser trasladado de emergencia el pasado 24 de febrero al hospitsal, Ricardo Casares volvió a la televisión para la transmisión especial de los Oscar 2024, en donde se desarrolló el famoso enfrentamiento entre Barbie y Oppenheimer.

Casares portó un elegante traje blanco que para muchos simbolizó no sólo su renacimiento como persona y como conductor, después de pasar por momentos difíciles que casi le cuestan la vida, sino que además se fusionó con la elegancia que exigía uno de los eventos más glamourosos del espectáculo.

“Desde casa, pero no haría la transmisión en pijama”, escribió en sus redes sociales, informando a sus seguidores que estuvo trabajando desde su hogar, pero con la elegancia de un traje Calderoni de High Life, marca que también vistió a Javier Ibarreche y al Capi Pérez.

A pesar de no haber ido a Los Ángeles, finalmente Casares tuvo la fortuna de formar parte de los Oscar 2024 para Azteca.

“Maestro!! Hace dos semanas con un infarto al miocardio. Y hoy conduciendo los Oscar!”, “Harás falta en la entrega, eres increíblemente bueno en lo que haces”, “Se nota que eres el máster de los Oscares. El prox año regresarás” y “Qué bonito verte hacer lo que te apasiona contra todas las adversidades”, fueron algunos comentarios de los internautas.