Esta es la ‘cualidad’ que mantiene a ‘El Mayo’ Zambada al frente del Cártel de Sinaloa, según Margarito Flores

A sus 76 años de edad —hasta enero de 2024—, Ismael ‘El Mayo’ Zambada García se mantiene como uno de los únicos líderes criminales de la “vieja guardia” que nunca ha estado encarcelado.

Según las acusaciones formales que el Departamento de Justicia de Estados Unidos ha emitido en su contra, ha sido un importante líder del Cártel de Sinaloa desde el año 1989. Años antes, trabajó para el extinto Cártel de Guadalajara, por lo que se presume que su trayectoria criminal se ha extendido por cerca de cinco décadas.

En comparación con otros personajes de alta relevancia como Héctor ‘El Güero’ Palma o Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, Zambada García ha sido capaz de evadir a las autoridades y mantener su jerarquía dentro del grupo criminal.

Para huir de las fuerzas federales, la clave está en el Triángulo Dorado que comprende los límites entre Chihuahua, Durango y Sinaloa. En la sierra, ‘El Mayo’ tiene su hogar y mayor escondite.

Respecto a su posición de poder en el Cártel de Sinaloa, una reciente entrevista a Margarito Flores, extraficante de esta agrupación, destacó un aspecto de ‘El Mayo’ que sería fundamental.

En una conversación con el periodista Ioan Grillo, Flores manifestó que Zambada era uno de los jefes criminales con los que era más fácil trabajar, en comparación con ‘El Chapo’ o con Arturo Beltrán Leyva.

“Me recordaba mucho a mi padre, incluso de una forma más amable [...] Siento que tenía un cariño y respeto genuino hacia nosotros”, contó el exsocio del cártel.

Acorde con sus declaraciones, una vez que ‘El Mayo’ depositaba su confianza en algún socio, mostraba una gran apertura para realizar negocios vinculados con el tráfico de droga.

“Cuando se trataba de negocios, él decía ‘Lo que ustedes decidan, ¿y saben qué? Aquí tienen algo extra para ustedes’”, dijo Flores al periodista. “No me sorprende que siga siendo el líder de la organización, el más exitoso seguramente”, añadió.

Tal carácter lo habría distinguido, desde siempre, de las actitudes que tenían figuras como ‘El Chapo’ —al que Flores describió como el capo más difícil de tratar— o ‘El Barbas’, cuya fijación por la violencia le creó una reputación poco favorable, opacando sus aparentes habilidades para manejar sus finanzas.