La mala calidad del aire tiene un impacto directo y significativo en la salud humana. La exposición a contaminantes aéreos puede provocar una amplia gama de problemas de salud, desde leves efectos irritantes hasta condiciones más graves y crónicas que pueden llevar a la muerte.
Entre las enfermedades más comunes asociadas con la mala calidad del aire se encuentran afecciones respiratorias como el asma, bronquitis, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y cáncer de pulmón. También puede afectar el sistema cardiovascular, incrementando el riesgo de infartos y otras complicaciones cardíacas.
La contaminación del aire incluye partículas suspendidas y gases tóxicos que provienen de fuentes diversas, como la industria, el transporte, la quema de combustibles fósiles y actividades agrícolas. Entre los principales contaminantes se incluyen el dióxido de azufre (SO2), óxidos de nitrógeno (NOx), partículas finas (PM2.5 y PM10), ozono (O3) y monóxido de carbono (CO).
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mala calidad del aire es una de las principales amenazas medioambientales para la salud humana, vinculada a aproximadamente 7 millones de muertes prematuras cada año a nivel mundial.
Aproximadamente 4.2 millones de estas muertes se deben a la contaminación del aire exterior, mientras que alrededor de 3.8 millones de muertes están relacionadas con la contaminación del aire en ambientes cerrados, causada por la cocina con combustibles y tecnologías contaminantes.
La OMS señala que los grupos de población más vulnerables, como los niños, personas de edad avanzada y aquellos con preexistencias médicas, son particularmente susceptibles a los efectos negativos de la contaminación del aire.
¿Cuál es la situación en México?
En México, la mala calidad del aire contribuye significativamente a la mortalidad prematura. De acuerdo con datos de la OMS y otros estudios específicos sobre la contaminación del aire en México, se estima que cada año, aproximadamente 20 mil 500 personas mueren por enfermedades vinculadas a la exposición a contaminantes del aire exterior. Estas cifras colocan a la contaminación del aire como uno de los riesgos ambientales más graves para la salud pública en el país.
De acuerdo con la información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en el 2022 una de las enfermedades más frecuentes en México fueron las infecciones respiratorias agudas, alcanzando un estimado de cerca de 16 millones de casos a nivel nacional. La mayor incidencia de estas infecciones se observó en el grupo etario de 25 a 44 años. Por el contrario, el segmento de la población de 60 a 64 años registró la menor cantidad de casos.
Entre las principales enfermedades que pueden desarrollarse por la mala calidad del aire están:
- Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC)
- Asma
- Bronquitis crónica
- Enfermedades cardiovasculares (como ataques cardíacos y derrame cerebral)
- Cáncer de pulmón
- Infecciones respiratorias agudas
- Rinitis alérgica
- Neumonía
- Arritmias cardíacas
- Aterosclerosis
- Hipertensión arterial
- Reducción del crecimiento pulmonar en niños
- Nacimiento prematuro y bajo peso al nacer (asociado a la exposición materna a la contaminación del aire)
- Diabetes Mellitus tipo 2
- Deterioro cognitivo y demencia en adultos mayores
Los países con la peor calidad del aire tienden a variar año con año debido a diversos factores como la industrialización, políticas ambientales, y eventos naturales. Según los últimos informes disponibles, los países que frecuentemente se encuentran en la lista de aquellos con la peor calidad del aire incluyen a India, Bangladesh, Pakistán, Mongolia y Afganistán.
En comparación con los países mencionados anteriormente, México no se encuentra entre los de peor calidad del aire a nivel global, pero sí enfrenta desafíos significativos a nivel nacional y regional en este aspecto.