Ex Hacienda San José del Carmen cerrará para siempre después de masacre en Salvatierra

Más de 350 años de historia cerrarán sus puertas por la masacre en Salvatierra, Guanajuato; la ex hacienda de San José del Carmen pasó de los Carmelitas a las balas del narco

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El sitio tampoco ofrecerá recorridos en las instalaciones 
(Foto: Facebook/Hacienda de San José del Carmen)
El sitio tampoco ofrecerá recorridos en las instalaciones (Foto: Facebook/Hacienda de San José del Carmen)

“Mátenlos a todos”, era fue la orden de un hombre que portaba una de las siete armas largas con las que un comando irrumpió en la posada que se celebraba el pasado 17 de diciembre en la ex Hacienda San José del Carmen en Salvatierra, Guanajuato, y que terminó en una masacre que le arrebató la vida a 11 personas y dejó a otras 14 heridas.

Las rejas de la ex hacienda que los hombres armados vulneraron para “colarse” a la posada ya no volverán a abrir nunca más debido al horror y la tragedia en que se convirtió uno de los eventos para los que se rentaban sus instalaciones.

“La pérdida ha sido devastadora y entendemos que el vacío dejado por sus seres queridos es inmenso. Ninguna palabra puede aliviar el sufrimiento que se está experimentando en estos momentos. Queremos informarles que la Hacienda no volverá a estar abierta para el público o recorridos por respeto a cada uno de los jóvenes y a sus familias”.

La ex Hacienda de San José del Carmen era rentada para diversos espectáculos, además de ser parte de los recorridos turísticos por la región y como set para fotografías; entre sus atracciones principales se encuentran leyendas e historias de fantasmas que presuntamente se aparecían en las instalaciones que balearon presuntos integrantes del Cártel de Santa Rosa de Lima (CSRL).

El poblado de Salvatierra en Guanajuato

Foto:
Cuartoscuro
El poblado de Salvatierra en Guanajuato Foto: Cuartoscuro

De manos de frailes al narco

Fue la orden de los Carmelitas quienes iniciaron la edificación de la ex hacienda de San José del Carmen en 1648 sobre un terreno de mil 300 hectáreas que después vendieron en 14 mil pesos a Nicolás Botello -hacendado y fundador de Salvatierra, ciudad al sur de Celaya-; al morir éste, su familia decidió regresar la hacienda a los frailes.

Después de más de 300 años de historia el inmueble reabrió sus puertas en 2013 con la etiqueta de edificio histórico; sin embargo, fueron los mismos años en los que el crimen organizado se asentó en Guanajuato de la mano de los cárteles Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Santa Rosa de Lima (CSRL).

Algunos testigos y medios locales han apuntado al CSRL la autoría de la masacre de Salvatierra; hipótesis también compartidas por las autoridades sugieren que un grupo de hombres no invitados a la posada quiso ingresar a la fuerza, pero les negaron el acceso. Minutos después regresaron con armas de fuego y más hombres y comenzaron la balacera.

La Fiscalía de Guanajuato explicó que sujetos armados se metieron a una fiesta, y luego de que se les pidió que se retiraran, volvieron acompañados con sujetos armados y abrieron fuego Crédito: TikTok/panda.librado

“Iban a lo que iban”: sobreviviente de Salvatierra

En redes sociales se difundieron imágenes previas a la masacre, en ellas se aprecia a los jóvenes partiendo una piñata al ritmo de la música de la Dinastía Cornejo; en otras imágenes tomadas minutos después ya se ven los cuerpos sin vida de algunos jóvenes.

El reportero Arturo Ortiz logró ingresar a las instalaciones de la ex Hacienda de San José del Carmen después de la masacre de Salvatierra: en el lugar aún estaban los rastros de la piñata, los instrumentos de los músicos, el alcohol y la comida con la que amenizaban la noche; también las tiras amarillas para resguardar la escena del crimen y los impactos de bala en las paredes.

Según el velador de la ex Hacienda, quien tuvo que esconderse para no ser alcanzado por las balas, apenas irrumpieron por la reja que marca la entrada abrieron fuego: “iban a lo que iban”.

Las primeras investigaciones dan cuenta de material balístico perteneciente a siete armas de fuego distintas, las mismas que han sido utilizadas en otros crímenes; sin embargo y pese a ubicarse en una de las regiones más violentas del país, la ex hacienda no tiene instalada ninguna cámara de seguridad que pueda ayudar a identificar a los agresores.