La agricultura usa 76% de toda el agua potable en México: cómo la tecnificación evitaría la escasez

Debido a la escasez existen al menos tres acciones que se podrían implementar para reducir el consumo de agua en la producción alimentaria en México

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Ramiro López Aguirre, vicepresidente de la Asociación Mexicana para la Correcta Hidratación, “Agua en México”
Ramiro López Aguirre, vicepresidente de la Asociación Mexicana para la Correcta Hidratación, “Agua en México”

El 76% del agua potable en México es utilizado en la agricultura, porcentaje un poco mayor al promedio global que, de acuerdo con estimaciones del Banco Mundial, se sitúa en un 70%. Como sabemos, el agua es un recurso cada vez más escaso y si proyectamos la realidad actual a unos años, el panorama luce bastante complejo.

Se estima que para el año 2050 en la Tierra habrá unos 10 mil millones de seres humanos. Para poder alimentar a esa población, la producción agrícola deberá incrementarse aproximadamente un 70%, es decir, los recursos hídricos que deberán destinarse a ello serán enormes por lo que la disponibilidad de agua de calidad para los seres humanos será todo un desafío.

De acuerdo con un estudio de CONAGUA, de 2015 a 2020 el uso agrícola del agua en nuestro país tuvo un incremento de 3.4% en el país. En ese lapso sólo 11 entidades tuvieron tasas de crecimiento negativas, entre las que destacan: Coahuila, Nuevo León, Baja California Sur, Aguascalientes y Colima. El estudio no analiza las causas del decremento en el uso de agua y las hipótesis pueden ser muy variadas, desde una disminución en la actividad agrícola estatal hasta la tecnificación del campo y consecuente optimización del recurso.

Si bien todo esfuerzo de cada individuo y empresa para cuidad y gestionar el agua es importante y debemos fomentarlo, el principal sector que debe contribuir a reducir el consumo de agua es el agrícola. No obstante, es un tema sumamente delicado. Por ejemplo, si se incrementan las cuotas de agua para uso agrícola esperando que de esa forma exista menos desperdicio, seguramente se traducirá en un aumento en el precio de los alimentos, lo que terminará por afectar la economía.

La escasez del agua en los últimos años se ha incrementado en diversas presas de todo el país, este 2023 se agudizó por falta de lluvias Foto: (Europa Press)
La escasez del agua en los últimos años se ha incrementado en diversas presas de todo el país, este 2023 se agudizó por falta de lluvias Foto: (Europa Press)

Por lo anterior, existen al menos 3 acciones que se podrían implementar para reducir el consumo de agua en la agricultura en México:

1. Captación de agua de lluvia. Como se mencionó en la entrega pasada, guardar el agua de lluvia ayudaría a utilizarla posteriormente en cultivos.

Sería deseable que el gobierno iniciara una campaña masiva con apoyos para construir sistemas de captación y almacenaje de agua de lluvia.

2. Incrementar el tratamiento de agua y posterior uso agrícola de la misma. En México, cada 4 segundos se genera 1 millón de litros de agua residual (agua de drenaje, aguas grises, aguas jabonosas, etc.), de la cual sólo se trata entre un 20 y un 30%, de acuerdo con la Asociación Pronatura. El agua tratada suele ser más económica que el agua potable, lo cual ayudaría a reducir costos en la producción agrícola.

De 2015 a 2020 11 entidades tuvieron tasas de crecimiento negativas, entre las que destacan: Coahuila, Nuevo León, Baja California Sur, Aguascalientes y Colima  Foto: (ACNUR – Eugene Sibomana)
De 2015 a 2020 11 entidades tuvieron tasas de crecimiento negativas, entre las que destacan: Coahuila, Nuevo León, Baja California Sur, Aguascalientes y Colima Foto: (ACNUR – Eugene Sibomana)

3. Tecnificación del campo. Los sistemas tradicionales de uso de agua en cultivos, como la inundación y la aspersión, alcanzan una eficiencia del 50%. Sin embargo, existen tecnologías automatizadas con sensores de temperatura y humedad, que incluso recaban información satelital para saber cuándo regar, qué cantidad y en dónde hacerlo. De esta forma se alcanza hasta un 90% de eficiencia. Técnicas como la hidroponía y la aeroponía son otros ejemplos de optimización en el uso del agua, aunque por el momento están limitados a ciertos productos.

Además, todos los esfuerzos deben de ir de la mano con una inversión en modernización y conservación de infraestructura hídrica a gran escala para una gestión del agua más eficiente. Esto también ayudaría a detectar de manera inmediata tomas clandestinas y fugas.

Es imperativo que todos los sectores tomemos acciones inmediatas. La crisis a gran escala por la escasez del agua va a llegar tarde o temprano y más nos vale estar preparados para enfrentarla.

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